martes, 9 de febrero de 2010

Trento

Ensoberbecidos ignorando la naturaleza de la cultura, hacen un ministerio de cultura que consiste en que definimos cultura como aquello que nos da la gana que sea la cultura y por tanto establecemos una normalización de ésta de manera que tan sólo reconocemos lo que nos interesa: Lenin y Stalin establecían quien era intelectual, quien poeta, quien científico: no se te ocurriera escribir un verso si no estabas clasificado como poeta que ibas a la cárcel.

Ahora los pintores son aquellos que exponen en las salas de la administración porque la administración les ha pagado sus bodrios, porque nadie gastaría nada en eso: nomenklatura disfrazada de “buenrollismo” se acabó la creatividad: apenas esbozos por algunos lados, apenas nada.

Ante la soberbia episcopal y el desmadre desatado, Lutero lió la que lió: cosa que se habría podido solventar en Trento si hubiera sido cosa de teólogos, y no se impusieran los canonistas; los teólogos fueron a la cárcel o salieron de estampida; los canonistas se dedicaron a ejercer de inquisición: jamás admitieron que estaban demasiado lejos de la vida espiritual de la que alardeaban y demasiado próximos a lo terreno, cuando de eso eran acusados, apiolaban a quien fuera: ahora, en este sucio sistema socialdemócrata se solventa en la administración de justicia cualquier cosa: desde la reproducción asistida, la eutanasia, la vida conyugal o la capacidad de alegría: el sistema de enjuiciamiento es un conglomerado autosostenido de justificación de sí mismo y del sistema, obviando cualquier referencia a la realidad, obviando cualquier cosa que se salga de las normas de encorsetamiento ceremonial de las que alardean y que lejos de ser una cuestión de respeto son de exclusión.

Carlos de Seso fue detenido por alguaciles de la inquisición en Roncesvalles cuando aunque dijera que no, intentaba escapar de los autos de fe de Valladolid: lo único que había hecho era darse pisto con el libro de el beneficio de Cristo alrededor de la corte y de personas poderosas, intentaba ir de “socialmente integrado” a alto nivel, sin saber ni de lo que hablaba, era un vividor, lo que ahora llamaríamos un hombre de negocios.

¿Donde está Roldán? ¿quien controla el dinero que se da a los sindicatos y partidos? ¿es casual que el que más ha perdido en España con la estafa de Madoff haya sido Almodóvar? ¿cuando explicará la de la Vogue lo del capitán Kan? ¿ no os parece de risa?

Se hicieron los estatutos de limpieza de sangre ante el desmadre social, económico y vital que había generado la algarabía de la morería hecha chusma en el poder, con el desdoro de los judíos y los progroms y demás jaleos: los estatutos de limpieza de sangre demostraban si se era cristiano viejo o un farsante: ahora, has de demostrar no sólo que hablas en políticamente correcto sino que además has de ser socialmente correcto y guai de la muerte: el haber negado desde el primer día la falacia del clima cambiático me ha supuesto el denuesto público: ahora, la jauría calla: si pueden, me matarán, pero no oiré aquello de “tenías razón” Tan solo el descrédito permanece, aunque la verdad sea inmutable.

Tan sólo el descrédito y la ignominia permanece: la restitución del daño hecho simplemente no existe.

algo habrá hecho” cuando te han colocado un sambenito, ya puedes ser santo: pesa el Sambenito y no la santidad.

La ministra de cultura, ágrafa, soberbia y lela como todo el gobierno, sublima su maldad al admitir el cargo, legitima la condición humana cuando convoca a “gente de internet” para justificar el apiolarnos de la manera mas vil a todos aquellos que no somos sumisos como sumisos son todos aquellos que acuden a cualquier llamado (ya hay que ser chulo y tontaina para creerse que representas a internet)  y van al llamado a “oponerse vehementemente” para acabar cediendo un poquito y luego acudir a la caja, aunque se opongan, pero mantengan su chiringuito lo mejor engrasado posible, como los delatores hacían cuando iban a los alguaciles de la inquisición a denunciar herejías: herejía era que el vecino trabajaba mucho, mal cristiano era, no lo denunciaba porque hacía más dinero que él trabajando mas, eso no, no era la envidia, era la pureza del catolicismo lo que los movía. Santos varones.

Pepiño el de los palotes excita la envidia de la gente a los sueldos de los controladores aéreos para ponerlos en la picota, desacreditarlos, y además de ir de “defensor de los pobres contra los ricos” asegurar una serie de negocios que seguro se están montando ya para hacer empresas de controladores aéreos: nada que ver con las denuncias a la inquisición por envidias, es justicia social: ya lo dijo la pasionaria en los mítines previos a la guerra:

Yo no puedo hacer a los pobres ricos, pero a los ricos pobres, si

Lo cual es una deplorable declaración de principios: el problema no es que haya quien gane mucho, el problema es que hay quien gana poco: esa percepción es la diferencia, bestias; pero que vas a pedir a Pepiño, un desertor del arado, como casi toda la satrapía política. ¿Porqué no nos cuenta lo que gana la gente del psoe por el hecho de ser del psoe? A no, es que eso crispa y no es políticamente correcto: el pp, le apoya en eso, seguro.

Denostaron la Copamérica a cuenta de que “los yates son cosa de ricos” a los que decían eso, si les preguntabas si llevaban un formula uno como Fernando Alfonso, te decían facha; toda la cúpula de la izquierda en Valencia tienen “velero” claro; ellos yate no; cuando muestras las declaraciones de Carod de la rompida diciendo en La Moncloaca que “ahora habrá que ver donde es la sede de la copa América” porque quería llevársela a Barcelombia, y, como todos, se cree todopoderoso y omnisciente, pero la gente se volcó a ver el deporte, y pasando de los millones: que la gente va a ver correr a los ferraris de formula uno; el problema no es que haya ricos, es que hay demasiados pocos ferraris por las calles, hay demasiado pocos ricos, hay demasiados burócratas envilecidos y funcionarios ensoberbecidos; no hay un problema de riqueza, hay un problema de pobreza que no se solventa atacando a la riqueza.

Pero hay que ver las regatas cuanto esfuerzo y creatividad conllevan; lo más avanzado es la construcción de esos veleros. La envidia sigue viva, como cuando Valdés Encerró al Obispo Carranza en una cárcel de la inquisición: el problema no es lo que yo tengo, es que no quiero que tu tengas lo que tu tienes.

España está ahora subsumida en una crisis: la crisis del XVI; la diferencia esencial es que entonces los acusados por la inquisición tenían más garantías jurídicas y personales que ahora cualquier miembro que no sea socialmente correcto.

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