martes, 21 de noviembre de 2006

Pobres de espíritu

Nos empezamos a hartar todos del gobierno. En mi caso, tambien de la oposición. Demasiadas cosas no me gustan en este putrefactado mundo, vacío y pueril. Y ese es el problema.

La gente que se define de izquierdas suelen pensarse como un prodigio intelectual (todos) Los que son de derechas, suelen argumentar su tendencia: la única diferencia es que los de derechas son demasiado críticos con sus políticos, y a la minima dejan de votarles. son más libres.

Claro, escribo sólo de los que hablan.....y yo les oigo: bloggers, esencialmente.

Porque los amorrados a la casta política y demás zangolotinos, se les observa, como a amebas, pero ni se les escucha: aburren demasiado.

El rango y criterio, la seriedad y el enfrentamiento de posturas entre los dos partidos se ve demasiado claro en Valencia: en las cosas que no están de acuerdo, pasan de soslayo; en las demas, evidencian que son lo mismo: una ley de protección del medio ambiente, o de mujeres maltratadas, o de lo que sea: uno monta la algarada, el otro o le da "oficialidad" y la hace "seria" o se dedica el "yo, mas que tu" y así de animalada en animalada a ver quien la hace mas gorda, pero nadie para ese baile e impone cordura.

Ejemplo: del agua ni se habla (fijaros como sólo la nombran pero nadie dice nadie serio ni se compromete a nada) y en el caso más publicitario hacen lo mismo: las mujeres presuntamente maltratadas, a hacer leyes cada vez mas y mas atentatorias contra la intimidad y mas discriminatorias contra los hombres, por ambas partes; ninguno de los dos para el carro y dice: los niños se ponen a salvo, por real decreto, y los padres ya son mayorcitos: el que cometa un delito, comete un delito.

¿o es que son mas merecedoras de atención por el estado las mujeres maltratadas que los joyeros? ¿o es que podemos quitar el albedrío a las personas de liarse entre ellos segun su criterio, con sus aciertos y erores?

 

Pues no, si hay que cuidar a las mujeres (y ser un paladín medieval de cuento de hadas cursis y relamidas) ahora que mando yo, lo soy más que tu, dos pueblos más, ale.

Y en esos parámetros se mide la vida política española hoy.

Y si no hay discusión de fondo ¿a que se dedican?

Simplemente es una cuestión dinástica.

Uno se apunta a un bando u otro, más por razones  leves que por convicciones, y defiende ese bando, sea lo que sea: y ahí los llevan los políticos.

Y así va la cosa: Carlistas, liberales, rojos y nacionales, y nada más: simplemente, decides a que bando defiendes, en que equipo pones tu pasión, simplemente.

Y claro, la casta política encantada, los borregos siempre dóciles son buenos sabios al ser manipulados: en absolutamente todo son dirigidos por sus respectivos pastores hacia una tendencia, un pensamiento, un hecho o una vehemencia.

 

Así de simple es la cosa. Así de compleja; aí de encastrada como un tumor en las personas; han conseguido degradar España hasta la infamia; y no es algo leve, está solidamente asentado.

Esta corte dinástica acabará con las personas: acabarán siendo todos borregos: obreros, proletarios, como querais: masa obediente a las ordenes de esos ígnaros; y todos tan contentos.

Ni siquiera nos dejan espacio a la diversión; ni siquiera se atreven a dejar vivir: tanto es su miedo a que se desmadre el ganado, que condicionan todo; y así nos va. Es lo peor que le puede pasar a una nación; y nos está pasando.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Nos estamos suicidando como nación. Cualquier país medianamente civilizado se enorgullecería de un pasado tan glorioso como el de España. Nosotros nos avergonzamos. Hemos dimitido de ser españoles y estamos esperando a que el muerto expire.
Saludos ignacio.