jueves, 30 de noviembre de 2006

El estado letal

Cuando en la evolución natural de organización del poder urbano se configura la forma de administración, con algún criterio se trocea el territorio. Cuando esto evoluciona, se organiza y nace el estado.

El estado entonces cuartea el territorio para tener una organización de control de poblacion, territorio y espacio; el estado se organiza a sí mismo y nace el estado moderno.

El estado se configura como una forma burocrática de organización del territorio para proteger y controlar a la gente.

Con la propia evolución, se descubre que la forma de control es una forma de poder: se empieza a santificar la burocracia como una extensión de las formas de defensa y control: el ejército y la policía.

Hasta ahí, todo razonable.

Llegados a un momento de la historia, las poblaciones locales intentan controlar las burocracias para extender su poder sobre el territorio, asi nacen los nacionalismos.

Y lo que fué un movimiento romántico ha degenerado hasta ser la paradoja de Epiménides: como vivimos bajo un estado opresor, creemos una burocracia que no niegue al estado opresor (cuestión de dinero) y de poder a la jerarquía local, real o ficticia; apoyemoslo en los delirios del primer alunado que veamos, y justifiquemoslo a gritos y con maldad.

De este miserable modo, lo que era un estado burocratico opresor en España se ha transformado en un monton de burocracias represoras por las llamadas autonomías, que han demostrado no ser sino un nido de burocracia, corrupción (sinónimos) y degradación.

A todos los niveles.

 

Pero como mola instalarse en la repugnante socialdemocracia, aunque la evidencia de que lo que corresponde a los tiempos es el estado liberal, jugamos a dos bandas (como las carreras deportivas en los colegios de monjas "han ganado todos" ) y seamos liberales pero con cara de asco.

 

Y además, dado que se ha superado en la realidad el concepto de nación y competencia, abrumado por la realidad, entonces elaboremos un macroestado, llamemosle europa y fundamentemoslo antes de en nada eficaz, en un aparato burocrático axfisiante y enorme, a la par que carísimo; luego, ya veremos para que vale.

Hay que desmontar el estado socialdemócrata, hacer una europa liberal, y destrozar la burocracia.

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