sábado, 1 de noviembre de 2008

Mañana va a ser otro día

Escribiendo cada post cual fuese el último

y pensando en sólo una mujer, la única.

Levanta de la cama obedeciendo un hábito

amanece por pasión con precisión armónica:

y encara al ordenador esperando algo.

Lee información de la gente atónita:

desbroza lo confuso con café, un lapsus

y consigue aclarar; alguna lectura sólida

sacando a cada día un alba nítida.

post a post, hilados elabora un corpus

donde amaga el fragor de lo vivido y trágico

de placeres y momentos; de deseos válidos

certezas implacables, anhelos vacuos

trabajos y amores: momentos desolados

y alguna disquisición que no venía al caso.

sale el sol embotado en ciudades raras

y no enfrenta haciendas ni impuestos al paso.

su vida va pasando, con las cosas malas

que ya  rehúye con displicencia y hartazgo.

Enfrenta la ciudad y le atropella el tráfico:

abunda la gente con su paso y montazgo

con anhelos secretos (en cosmética emboscados)

agota tanta presión que ejerce el caos mediato:

come algo como si fuese rico, bebe algo tal celebrando

y embota su cerebro, de gente y tráfagos

de mujeres y desprecios, posses: sigue andando.

Arma en un post cuatro conceptos básicos

como quien se pone a cantar a solas, borracho.

Cuenta algo, insinúa, enseña algo

muestra apenas de sí un soslayo

a trazos dispersos por post variados:

la historia de su vida hecha unos retazos

como su alma perdida, como un enorme fallo

con la humeante tristeza que te lleva a sentir

que a este mundo perverso entraste por descargo,

que caíste aquí por error, que me tiento y no me hallo

que al mundo lo atropellas molestando su tráfago:

que mejor harías en irte, que aquí no era, que debes partir.

Que molestas, que no eres, que aquí no pintas, largo.

Por una mierda de vida sin certezas de saber ni motivos para reír

sin apegos cotidianos, ni un sitio para tí

con una realidad rastrera que no te va a confundir

sin mujer ni ansiedades ni esperanzas por cubrir.

El día se ha lucido de mierda y embrollado

la noche presenta soledades, que mejor hundir

en cuitas y en escritos que nunca han importado

que acaban en la red, como un post tramado

de lágrimas y cemento de rabia y hartazgo:

de ilusión depositada en lo que a perder se ha echado

y el afán del día al cabo te ha destrozado.

Pero acaba la jornada con sabor amargo

escribes y contestas, lees, arrebatos

de pasión y entrega, esfuerzos vacuos

con un jergón armado para dejarme tumbar

por estar y existir, por la vida que te ha tocado vivir

por la esperanza trabada entre tu paso, hoy, a dormir

y el lecho te acoge con frío legendado:

aguanta, resiste: el tiempo va cambiando

y en el fragor de los días los pasos taimados

darán aun sorpresas: cuidado, cuidado:

alerta prudencias, que aun queda tramo

y una mujer espera madurar con los pasos

marcados a fuego en el carisma legendario.

Aguanta el tirón como si fuese un sábado

y disfruta la vida, que el rigor anidado

romperá con certeza el nudo trabado;

y si no a guantazos el asunto acabado:

que los días fluyen y el rigor y el rechazo

evidencian triunfos, enemigos abajo;

aunque así no percibas los triunfos aherrojados.

En la ergástula habida te has de redimir

con café y con afecto, con tintes sagrados

en futuros improbables de vidas y encantos:

alegrías y suertes, esquinas y tajos

mujeres e inquinas, al final, al paso

soledad y nada: la vida se abre paso

y encomiendas letanías al futuro sabiendo

que lo ya vivido su huella ha dejado.

Y aunque queda poco, lo que sea va a saco

y que pase lo que sea: el rigor ha tramado

y en cumplimiento místico el desierto atravesado:

esperemos ahora que depara el paso.

1 comentario:

o s a k a dijo...

realmente, sin Dios no hay nada. Ni las mujeres valen. Ni ellas.

lo siento

buen (extraordinario) poema

n a c o
keepwalking