domingo, 13 de noviembre de 2011

Viento del pueblo

Se está poniendo de moda entre la hez política el decir que los ayuntamientos no son rentables y hay que reagruparlos.

Es cierto: no son rentables.

¿Desde cuando el esquema rector de la vida de la gente es la rentabilidad?

Los ayuntamientos son la legación del poder en los pueblos, no un negocio aunque la hez política considere que el asunto es cómo forrarse ellos aunque tengan que consentir que se forren sus amiguetes, y con el aplauso de la gleba obtengan votos, militancias y fidelidades: que haya esclavos morales no implica que éste sea un pueblo de esclavos; que sean lacayos del capital no implica que la vida de la gente deba ser un rédito que ellos ofrendan a su Moloch impertérrito, que quieran destruir España por un plato de lentejas manipulando a los cortos cerebrales no les da validez, aunque sean más los orcos que los hombres libres en número, eso no les otorga rango.

España es los pueblos, aldeas y villas, y punto: Madrid y sobre todo la corte es una excrecencia; que quieran convertir las capitales regionales en excrecencias sólo da medida de codicias y ladrones, no de España; no, los ayuntamientos no son un negocio y el criterio no es la rentabilidad, ni la gente son sólo contribuyentes, es al revés: el estado existe para servir a la gente, no para que una casta de gentuza esquilme a la gente; la administración de España no es un negocio ni debe basarse en criterios de rentabilidad.

4 comentarios:

pcbcarp dijo...

¿Empezamos suprimiendo los partidos?

pcbcarp dijo...

Empezamos suprimiendo los partido, ¿no?

Ignacio dijo...

Sólo la financiación

Anónimo dijo...

Buenos días Ignacio. Basta con agrupar carteras de contratación y gestión de los servicios vía mancomunidades sin perder identidad. Luego, como muchos ayuntamientos están gobernados por partidos locales ó por personas que realmente no son elegidos por pertenecer a un partido sino por ser conocidos y de confianza se presenten bajo casi cualquier sigla y esto resulta insoportable según la neodefinición de democracia acordada por ambas partes, las demás si no se integran ¡a por ellas!. Un abrazo.