Siempre como muestra de rechazo social, se muestra a cualquier grupo que salga a la calle a cualquier estupidez. el 15m eran gente protojoven, más hijos que necesitan hacer una vida para justificar la de sus padres que chavales en camino de madurar: lo sé, estuve allí. De esa edad siempre son más los que no van que los que salen, y la propaganda hace que veamos a los alborotadores y no se compare con el total: no me creo nada de los medios de propaganda tan antigüos, tan ridículos.
Cuando el Papa estuvo en Madrid, los alborotadores:-son de izquierda, siguen los manuales de Gramsci tamizados en sedes y ya nos lo sabemos- insultaban a la gente que caminaba al grito de “la calle es nuestra” otorgándose una legitimidad que la realidad les niega, persistentemente.
Durante una noche en el recinto donde el Papa iba a cantar misa hubo dos millones de gente más bien joven durante toda la noche: ningún coma etílico, ninguna detención por drogas, ni una papelera rota.2 millones: sobre el repetidor de cuatro vientos timofónica contabilizó esa noche 1.785.326 líneas de teléfono activas en ese punto; por miserables que sean los otros operadores no es descabellado decir 2 millones.
Son muchos los que gritan, y tienen mucho dinero y todo el aparato del estado apoyándoles: son muchos más los que callan, observan, desprecian a estos desharrapados cerebrales hijos de papá y llevan su vida: con mayor o menor acierto, pero basándose en su trabajo y esfuerzo; en ellos confío.
Me decían los hijos de un amigo la otra noche que hay gente en la calle, que hay marcha: son muchos más los que no salen, por lo que sea; siempre son más lo que no se ve que lo que se ve. Así que tomen nota los triunfalistas: no se les ve pero permanecen atentos, y eso debería hacerles temblar.
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Otro ejemplo:
La pasada semana un pequeño grupo de alborotadores que no sobrepasaban las dos docenas reclamaban la devolución del pazo de Meiras.Al día siguiente los titulares a pie de foto de la prensa era que allí había "cientos de personas".
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