Desde que el pueblo soberano echó abajo el muro de Berlín la deriva de las organizaciones políticas se fundamenta tan sólo en excitar las bajas pasiones de la gente con la democracia como mantra absoluto y la negación de la persona mor de un grave constructo ficticio de una vida mejor: no vale el catolicismo, pero sí una promesa de una vida mejor, que empobrece y degrada la vida y a las personas. Lo que llaman la democracia tiene como modelo USA; la bondad del sistema va avalado por series de tv y películas que demuestran fehacientemente que saben hacer propaganda y que si quieren vender algo saben como hacerlo: pero en cuanto Sarah Palin y Pamela Gorman salen a estrado con propuestas basadas en la inmediata realidad de la gente y no en el constructo falaz de la corrección política, son sistemáticamente denostadas: ninguno de los denostadores sabe ni de que va la cosa, pero todos tienen una elaboradísima opinión: la democracia es lo que es, y que a nadie se le ocurra usar la democracia para ser demócrata sino será machacado. Las algaradas en el norte de áfrica llenas de indignación de la gente han sido sistemáticamente reconducidas para que sean por la democracia; la indignación de los españoles por el sistema de dispendio habiente ha sido secuestrado por conspicuos líderes de sí mismos entregándolos a una recomposición de la izquierda: vista su inexorable disolución, quieren tener las masas necesarias engañadas para poder tener su derecho al saqueo en el estado, y de nada más se trata: ni los africanos piensan en la democracia, ni a los españoles ya nos convence el cuento de la democracia como suma perfección, que el sistema ha pasado de ser aburrido a ser cargante, ofensivo y humillante para las personas.
Los africanos deben llevar su evolución y su camino: aunque yo lo vea errado no soy quien para poner orden en el mundo; en España este ridículo postfranquismo denigrante demuestra que sea lo que sea, no van a poder con la gente, que la pulsión de la cultura se impone sobre modas evanescentes de puro ficticias: faltar al respeto de los africanos imponiéndoles más o menos sibilinamente “la democracia” o mantener el estado actual en España es una tomadura de pelo de soberbios engolados, el germen de la maldad.
La realidad es que han entregado España a la plutocracia y pretenden una concepción del mundo con el estado como divinidad absoluta de nuevo Moloch y el becerro de oro como aspiración absoluta: caerá; no sé como ni de que manera pero ese constructo no se sostiene.
2 comentarios:
Por supuesto que todas las protestas son "por la democracia". Ayer leí a un cura decir que Cristo murió por la libertad de expresión. Así andamos.
Sí que se sostiene.Lleva sosteniendose siglos, siempre. Por ejemplo, ya Hammurabi dictó pena de muerte para los representantes del templo ante ciudades extranjeras, los mercaderes que, abusando de dicho crédito, emitían falsas notas de dinero en su propio nombre pero respaldados por el crédito de la ciudad, contra las reservas de plata que servían para liquidar los pagos entre las ciudades-templo y así en secreto y estafando a la ciudad creaban dinero.
Y el Eclesiastés se queja de que "todo obedece al dinero, y no te atrevas a pensar mal del rico ni en tu gabinete".
Se sostiene y se sostendrá, es asunto de toda la vida.
Tratarlo como "novedad" de este tiempo es el error de todo tiempo, que siempre se cree "distinto y súper especial". De eso nada.
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