domingo, 5 de septiembre de 2010

La supremacía del tribunal

A San Pascual Baylón lo majaron a palos pasturando por defender la consagración: en ese momento el catolicismo empieza a considerar más adecuadamente la liturgia de la transubstanciación. La cueva donde pasturaba es ahora un santuario cerca de Orito, que está en Monforte del Cid, que ahora está pasándolas canutas con el cierre de las canteras de mármol, tan denostadas en épocas de abundancia, tan deseadas ahora y denostados públicamente los ecologestistas que ahora callan: olvidaron que la primera especie a proteger es el hombre.

De esas canteras salieron las piedras con las que está hecho el edificio del tribunal supremo de USA.

Superponiendo mapas, toda Europa cabe dentro del estado de Tejas; todo USA tiene un tribunal supremo hecho con piedra española; los jueces del tribunal supremo ni tienen coche oficial ni chófer pero son bien considerados en esa sociedad y en esa estructura: ahora en España se abre la veda para tener un tribunal supremo en cada pueblo,con coche oficial, chófer secretaria, casa putas y de tó (que mi pueblo no es lo mismo / que parece Güasintón / que tenemos autonomía / casa de putas y de tó) eso sí: no habrá ningún cuidado en que la administración de justicia sea eficaz, eficiente e igual para todos.

Pero tendremos tribunales supremos, uno por barrio.

Terry Gilliam en Brazil configura un panorama precioso del presente burocrático, horrible, mundial, denuesta la socialdemocracia repugnante y la enorme burocracia comunistoide: una película maravillosa, una realidad superada por el horror del presente.

Seguirán duplicando por partenogénesis la burocracia, para que haya un funcionariado al que mantener que nos empobrezca, pero olvidando la función primigenia de las cosas y su necesidad real: sean lujos todos, en el nombre de una realidad paranoicamente compartida por los interesados en que eso sea la realidad.

Ale, todos al supremo.

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