El avatar del héroe es dar la vida por los demás o por la causa mayor; de ahí todos los de nuestra cultura, incluida la santidad hasta hace poco; los héroes dan su propia vida en defensa de otros o de una causa realmente justa: nada que ver con los propagandistas y demás jaleadores que en vez de dar su vida por los demás, se pegan la gran vida a cuenta de los demás además yendo de santos laicos y salvadores de los débiles, engordan como cerdos y dicen memeces.
Tristes tiempos, en que los gañanes y vividores se autoproclaman líderes de masas y se hacen autoadoraciones públicas.
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