jueves, 24 de junio de 2010

Inquieto el gineceo

Doña Luisa de Mendoza y doña Elvira de Rojas; Marquesa de Alcañices y hermana de Fray Domingo de Rojas. La primera era esposa del secretario real don Juan Vázquez de Molina. En Atención a su rango fue el inquisidor D. Diego de los Cobos electo obispo de Ávila personalmente a tomar declaración a la posada donde vivía el distinguido matrimonio. Pero venía llamado por doña Luisa, a quien las sentencias del reciente auto de fe de Valladolid “levantaron el velo” de frases y conceptos que hasta entonces había estimado perfectamente ortodoxos; D Diego vino con la mayor discreción.

Tras solemne juramento de rigor “por Dios y por Santa María y por la señal de la Cruz” doña Luisa refirió sus diálogos espirituales con su amiga la marquesa de Alcañices, diálogos espontáneos y fervorosos, más voluntariosos que otra cosa.

Los inquisidores sondearon el ánimo de Doña Elvira, y días después de la detención de Carranza la examinaron en su monasterio de Santa Catalina, el 14 de septiembre de 1559. A las preguntas del Licenciado González, la marquesa respondió con negativas. Entrego escritos, rechazó la acusación a Carranza, pero como lo había dicho su amiga, pues el fiscal tomo nota.

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