Los agentes infiltrados entre el enemigo fascista han confirmado que el tal Castro, F. es un elemento subversivo vinculado a la CIA en lo que ellos denominan “tontos durmientes” a los cuales mantienen económicamente en la espera de que algún día sirvan para algo. Cosa que dudan, evidentemente. Preparando un duro golpe que sirva de aturdimiento para el enemigo fascista y de ejemplo para las masas, ha sido consultado el camarada Uguin sobre cual es la mejor manera de utilizar este contacto.
Considera el camarada Uguin que la imaginación es revolucionaria, como ya demostró él mismo con los disidentes durante la guerra contra el fascismo en España, y propone que se deje a la camarada Seminova libertad de acción con vistas a un golpe que sea simple, sencillo pero eficaz y sirva de ejemplo a las masas de Stalinamérica en el imparable avance de la revolución científica.
Reunido el politburó, voluntariamente aceptamos la sugerencia del gran Stalin de hacer caso al camarada Uguin: somos conscientes de que su amistad personal no interfiere en su analítica y científica toma de decisiones.
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