“la causa por que estaba advertido el emperador fue porque la Serenísima princesa de Portugal había escrito al emperador, su padre, algunas cosas tocantes a lo que se decía y entendía acerca de un sermón que el dicho arzobispo predicó en Valladolid en que trató de los luteranos”
En billete añadido a la carta, 8 de agosto de 1559 – 1 semana antes de la llegada de Carranza a Valladolid – la princesa advertía al emperador que el inquisidor general le había dicho que avisase al emperador que estuviese “recatado” con Carranza cuando fuese a Yuste, porque los luteranos de Valladolid decían algunas cosas de él, que si se tratase de otra persona, merecerían el encarcelamiento.
Trayendo mensajes de Felipe II para su padre el Emperador, Carranza traía además normas precisas de actuación contra los tortuosos modos de penetración en España por parte de los luteranos que él mismo descubriera en Flandes: “junto muchas veces por mandado de la señora princesa de Portugal con los del consejo de estado para tratar del remedio que era necesario poner contra los herejes” Exactamente una semana antes, el 8 de agosto, la princesa Doña Juana instigada por Valdés pone en guardia al emperador contra Carranza: Para hacerlo, se utilizó una añagaza en la que Valdés conspiró con la gobernadora Doña Juana: bajo pretexto de que antes de la llegada del rey Felipe II que venía de Flandes había de comunicar con el arzobispo “negocios muy importantes” lo llamaba con urgencia a la corte en términos muy corteses. Y firmado por la princesa.
Perseguía detener a Carranza antes de la llegada del rey a España y su posible encuentro.
Días antes de la llegada de Carranza a Valladolid, la princesa Doña Juana, por encargo del Inquisidor general D. Fernando de Valdés arzobispo de Sevilla, comunicaba al emperador en un billete autógrafo añadido a su carta “olvidoseme decir a vuestra majestad que el arzobispo de Sevilla me dijo que avisase a vuestra majestad de que estos luteranos decían algunas cosas del de Toledo, y que vuestra majestad estuviese recatado con el cuando fuese. Hasta ahora no hay nada de sustancia…”
Las cárceles se llenaban de presos, y se dejaba a gente libre “porque no hay cárceles donde los puedan tener a buen recaudo” Eran insuficientes los miembros, tanto de la inquisición de Valladolid como del consejo de la Real inquisición. Valdés, aprovecha la carencia de inquisidores y escribe a la princesa gobernadora: “ y de los cuatro que quedan el uno es teólogo, que puede ayudar poco en los negocios que ahora se tratan” Estos eran evidentemente de carácter teológico, ya que de herejía se trataba. Por tanto, que mejor que cualquiera menos teólogos, total, simplemente hablamos de unos sencillos autos de fe en los cuales se apioló a la gente en masa, excepto a alguno que se le dio trato preferencial para apiolarlo. Hombre, teólogos: ahí lo importante son buenos burócratas bien burocratizados para que la cosa salga conforme el sistema mande y si no cambiamos el sistema.
Desde Yuste Carlos I escribe al saber de la prisión de Cazalla y otras personas, recomendando a la princesa que inste al inquisidor a atajar con brevedad tan gran mal, dándole todo el favor y calor que fuese necesario. Ya tenía hilo del cual tirar.
Para Tellechea, Probablemente al hacer balance de su vida entera, de signo liberal y tolerante, comenzaba a ver las cosas de modo diferente Veía la herejía como algo in fieri fácilmente extinguible. “no es sino un principio sin fundamento ni fuerzas” “es necesario poner mayor diligencia y esfuerzo en el breve remedio y ejemplar castigo”
Carlos I tenía impaciencia por ver a Carranza, y le manda recado con Garcilaso……….
Que no pudo llegar a tiempo, detenido por el adelantamiento de Cazorla, y ahí la cosa benefició a Valdés para que la confusión creciera: Valdés, no ha pasado a la historia asociado a la piedad, ni a la verdad.
No hay como ser princesa. Princesa de España. Manipulada por un elemento sospechoso de lo que querais menos de piedad, la Doña Juana en cuestión porfía para encerrar a Carranza con la guía espiritual del nunca bien ponderado Valdés, y con rotundos argumentos “había oído decir” “alguien habia dicho que….” y con esas certezas y seguro que un profundo conocimiento del problema; Carranza, a la cárcel: preso por la inquisición un arzobispo, no debe de sentarle muy bien la verdad.
Guiada por cotilleos, alguien ha dicho que han comentado…. y cabalgando la soberbia que tiene que dar estar en el más alto puesto (o casi: Carlos I estaba en Yuste a punto de Morir para hacer lo mejor que hizo en su vida: dar su nombre a un coñac) guiada por cotilleos, instalada en la soberbia que debe dar tal puesto que nunca es consciente por la propia naturaleza humana, la Princesa es un instrumento en la venganza coitada y taimada de Valdés: ella se cree protagonista, sólo es un instrumento; faltaba la mojigatería y el timorato, que andaban mandando.
Un par de autos de fe, mucha pompa y circunstancia y con su leyenda personal de princesa se disuelve en la historia; estoy seguro que jamás pensó en el alcance de sus actos, de ninguno de ellos: nunca fue una mujer para su marido: fue la princesa del príncipe, y seguro que cumplió el papel a la perfección exigida, lo vivió y seguramente murió en su papel poseída por su leyenda personal: eso es lo que condiciona a las personas; la leyenda personal.
Apiolaron a los del auto de fe; encarcelaron a Carranza, Europa era un lío, la gente desorientada y desconcertada: la gente se replegó y lógicamente la violencia salta, no necesita ayuda.
Alguien da como certeza algo que alguien ha dicho que uno le ha contado que ha oido……”lo se de ciencia cierta” y se lían las cosas.
A fecha de hoy, con el sistema de inquisición montado mediante la corrección política, el sistema coercitivo enorme del sistema burocrático con el enorme armamento del estado y un sistema judicial cuando menos sospechoso, la policía acosando a los ciudadanos y dejando a los asesinos pasar, los políticos descojonándose de la gente, la gente presa del relativismo no sabemos ver en donde hay: porque miramos en la dirección que nos señalan y no en la dirección correcta; los grandes burócratas disfrazados de políticos destrozando todo aquello que tocan, ahora quieren “refundar la realidad” y crear el mundo de nuevo, y nadie quiere ver que sólo son iluminados, tontos de pueblo engolados y engreídos: señores esta es la realidad, y todos hemos colaborado por acción y omisión, y esto con esas memeces no se soluciona: miremos a nosotros mismos antes de denunciar a nadie a la inquisición y volvamos al camino de la historia, que en el tramo torce de la senda se nos distrajo la jornada.
11 comentarios:
"la senda torce se distrajo"
es una expresión castellana perfecta.
es una expresión que descubrí hace demasiado tiempo de una traducción que hizo Jaime Siles de un libro de poemas de Rafa Marí, un ibicenco que no conozco; ese libro tenía doble gozo: las poesias son preciosas y la traducción de Siles es exquisita.
En una de esas lo presté.Si alguien amablemente lo encontrara o me diera referencias, pues volvería disfrutar.
¿y qué significa exactamente?
Eso, es relativo.
Independientemente de la utilizacion y manipulacion de los personajes con fines torticeros por intereses ajenos a la Iglesia, no me queda claro , siempre que hablas de este proceso , si estas de acuerdo con la labor del tribunal inquisidor .
y eso ¿es importante?
Estoy con Peggy... a ver Ignacio, de toda la labor del Tribunal dela Inquisición desde el siglo XIII a principios del XIX (que creo que es cuando se "reforma" o se abole) cuéntanos bien desglosadito qué hizo bien, mal, o regular...
Lo malo es lo que después del XIX se ha hecho contra la Inquisición.
Paradójicamente, ha sido (y sigue siendo) la inquisición de la Inquisición.
Y -tabién es paradoja- dando más crédito a las voces "ideologizadas" de los enemigos/acusadores y prevaleciendo un rumoreo del estilo de "alguien me ha dicho..." "...han comentado que..." "...leí en no se donde..." "...dicen qué..."
etc. etc. etc.
Si me explico.
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Y yo te entiendo perfectamente.
Abundo en lo que Terzio ha dicho tan bien. Y a veces, querido Ignacio, andas cerca de ser tú el inquisidor del inquisidor con esas oscuras menciones a Valdés.
De oscuras, nada.
Dejo bien claro que no sólo me cae mal. sino que me parece un deplorable momento, una persona infame y una muestra de la capacidad de envidia.
Quizá me equivoque: quien le juzgue habrá sido Dios que no yo, pero no oculto en absoluto mi enorme animadversión hacia ese elemento.
Son cosas de "primeras impresiones" no soy frío ni objetivo con Valdés, y lo sé. Pero más que busco nada hallo en él por lo cual pueda al menos entrar en dudas.
Con tu ultimo comentario me aclaro , habiendo estado en Trento Carranza y con el prestigio que tenia apoyado por la Corona no me cuadraba la acusacion del Inquisidor, demasiada arbitrariedad .
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