miércoles, 19 de marzo de 2008

La condición peregrina

Buscan a veces proposiciones eidéticas en la cuestión peregrina, o coherencias imposibles, significados ocultos que huyen tras las palabras: las palabras significan lo que significan, y sólo significan lo que significan las palabras: nada más; nada menos. La condición del hombre es peregrina: emperrados en negarlo, tan sólo la hacemos más evidente, pero sólo ve el que quiere ver, y además se esfuerza.

Aquel cuyos amigos son pocos, es el peregrino: aunque se esforzó mucho Jung, se hincó en el lenguaje de sus tiempos,porque el I kin no habla del andariego, habla del peregrino:el peregrino es la perseverancia, que le aporta ventura porque su sentido del tiempo es distinto: lo cual hace que sea gran condición.

El peregrino es uno que va de Roncesvalles a Santiago, aturdido por sí mismo, con una mochila y un bastón, ostentando condición de humildad con una Tau y una mochila, desde el siglo IX lleva el peregrino yendo a Santiago, y sabiendo que seguirá yendo los siglos venideros, porque aunque nadie lo sepa, no hay culpa que no sea expurgada ni condición que no se cuestione; no hay mas que alguien que busca y de pronto encuentra: porque no perdonan los hombres, y el problema que está (ahí, tirado, es enorme y hace bulto, en la Pedraja) está en ti: y no te perdonas a ti mismo ni siquiera de lo que sabes "científicamente" que no tienes la culpa, y entonces eres consciente de que tu no te perdonas, nada que ver con los hombres, nada que ver con Dios, nada que ver con nada de nada, y esa culpa y ese amor te ha destruido aunque por fuera no se vea, y una mochila y un garrote espantan tus vilezas por la mañana cuando ves el orto solar y echas a andar casi sin poder porque el dolor es profundo, pero conforme andas vas andando y cada vez andas mas y andas mejor y anda que andarás, que nunca llegarás, y hay paradas, y estaciones, y sabes que una pequeña peregrina irá por ahí cuando ya no estés tu porque tu no eres tu que no eres nadie, una sombra en Sevilla o un efímero en Buñol, uno que va con una mochila un garrote y olvida hasta su nombre porque no somos nadie, sólo el tránsito por aquí nos hace y nos destroza para poder hacernos y saber que nada importa más que tu mismo y tu no importas nada pero intentas, esfuerzas fuerzas condicionas para al final salga lo que jamás debió suceder ni tu lo querías, y pasó, porque tenía que pasar y tu no tienes la culpa pero te culpas y mil kilómetros más allá te darás cuenta de ese error, y al final, venías de donde venías, pero tan sólo eres una sombra con un garrote una mochila ligera, una gorra y nada más que nada más te hizo falta y arriba subiste y abajo caíste y alguna vez te levantaste, hasta que en una de esas viste que ya jamás volverías a levantarte y fuiste entonces a la Quintana, entraste diste el parte, nunc dimmittis, ite missa est, y aquí no ha pasado nada. Y no hay más aunque hay quien necesita clasificaciones etiquetas y taxonomías de la realidad para ocultarse de ella; o justifican su condición por que Spicq les da el argumento teológico, que vale para la teología y supongo que para los curas que creen, pero los humanos sobramos de argumentos porque la intuición te lo dice, que está en tu cultura, que es tu: mochila, y a Santiago.

que mas da quien seas, quien hayas sido que creas o que has creído, a quien quisiste o quien te quiso, como te mataron y como has vivido, que hiciste y sobre todo que dejaste de hacer; lo importante es haber caminado, no a un lado o haberte quedado a mirar, sino haber dado pasos, siempre los tuyos a tu ritmo, a tu paso en tu cadencia y control, a veces trastabillando el paso porque unos ojos negros que no ochichornian nada te desvían, y a veces de Roncesvalles a Santiago acabas en Sevilla, porque te habías ido por Australia, y paraste en Madrid a ver a un amigo y Sevilla no existe porque Durrell dice que para amar a una ciudad basta haber amado a uno de sus habitantes, y Madrid entonces no es amable pero los amigos son amigos, mil años chateando, cien años de bloguedad dan para mucha intimidad, amistad es lo principal, porque el amor es la entrega y la gente presa de relativismo se confundió, que el amor no es la compasión, por mucho que goces en mi compañia o goce yo de ti o gocemos los dos, el amor es la caridad: dar todo a cambio de nada, y si no no vale, y por eso los peregrinos en el siglo nueve echamos a andar en Roncesvalles hacia Santiago y seguimos ahí; para que las mujeres se peinen, podamos llegar y ellas se laven el pelo y entonces los marinos arríen velamen y vean en el fragor de la tormenta, pairo y proa al vendaval, que el Santo Cuerpo Iluminado se ve en cualquier tormenta y indica el camino a casa que si te alejas es porque ya has vuelto.

Y sabes cual es tu casa quien eres como te llamas y porqué de tantas cosas, a pesar de toda sombra, a pesar de todo miedo, a pesar de la realidad, la comprendes y entonces sabes que la condición que te constituye es la peregrina, aunque le aberre a la White porque no lo comprenda o a Nesta porque quiere comprenderlo o a Nacho que no ha entendido nada, y escribe Spain desde Nueva York mal escrito y le echa la culpa a Nesta,y sabes que seguirás caminando hasta la puerta santa aunque pares en su casa a vivir una vida a dos voces y sientas el infinito en una mujer y esperes que no falle porque no fallará porque ya no puedes mas, y ahí es tu condición peregrina: cuando paras, no es por cansancio: todo es por placer.

La condición del peregrino es el amor; el hecho del peregrino es caminar, paso a paso, andando a su ritmo hasta que llega, como canta Alicia en el lema del blog; y lo demás adornos superfluos que molestan: porque lo importante es que vayas, y en el camino encontrarás el desvío, que te lo dijo Borges: en las grietas está Dios, que acecha. Por eso sabrás que no te has desviado que el camino era ese, y la condición es que no pasa nada, y este momento es el que vale, mañana dios dirá.

Viene la pascua, resurrexit.

12 comentarios:

Váitovek dijo...

Ignacio:

Una ampliación complementaria sobre la Caridad, que entra bien en tu escrito: Caridad es perdonar lo imperdonable, que dijo Chesterton.

Me recuerdas mucho algo que he leído hace poco en Rosenzweig, acerca de la Oración de la Increencia, y como el cristiano más cabal de su tiempo fue Goethe, que se declaraba pagano militante.

Ignacio dijo...

No me delates

o s a k a dijo...

feliz Semana Santa

n a c o
God.bless.you

Anónimo dijo...

Sinceramente, creo que ya BASTA.

http://sinblancaporelmundo.wordpress.com/2008/03/19/vosotros-los-vascos-y-los-catalanes-nazionalistas-sois-los-culpables/

Anónimo dijo...

sinblancaporelmundo.......
He entrado en tu blog y he leido tu comparación del nacionalismo vasco y catalán con el holocausto judio..... Un poco fuerte ¿no?.
Vamos nada que ver.

Saludos

o s a k a dijo...

peregrino, felices Pascuas

n a c o
hastaSantiago

Ignacio dijo...

Naco: lo siento.

tu jamás llegarás a Santiago

o s a k a dijo...

allí te espero

n a c o
pachuloslosdelebro

Ignacio dijo...

chulo seras, pero llevas dos años para una sola pererinacion

o s a k a dijo...

es que... estoy matando humanos

n a c o
aSantiago!

Ignacio dijo...

¿hay pilinguis?

o s a k a dijo...

preciso: SÓLO hay pilinguis

ya tengo la mía, el resto pa tú

n a c o
teimaginaráselstrés...