Dió la vuelta el viento

Y ya se anuncia la primavera: yo voy en manga corta, y hace un día estupendo: tendré que ir a ver el puerto y demás; empiezan hoy las fallas, acaba la cuaresma: la purga sometida no ha sido sólo personal, se han empeñado en que hagamos una anticatarsis social en España, enrocados en su propio lío, pero equivocan el objetivo, equivocaron el país y se equivocaron de todo: si la casta política no cambia, la reacción de la gente va a ser de órdago.

Empieza fallas, viene la pascua y España a base de progreces se ha convertido en un país de imbéciles en el que el que no lo es es estigmatizado; lo importante no es la elección a miss España del 9 de marzo y los actos de los que apoyan a uno u otro para miss, viene la pascua y son fallas, la vida se abre paso a pesar de tanto cenizo.

La niña de Rajoy creció siendo machacada espiritualmente por su divorciada madre, se hizo militar y con diecinueve años volvió en un ataud del frente, y se le negó la medalla del mérito al combate, cosa que a Rajoy nada le importa, claro: el estaba preocupado de saludar y estar en actos sociales con Almodovar cuando el equivalente de la niña convalecía en un hospital de la paliza que le habían dado por estar en una caseta del pp en unas fiestas: así trata el pp a su gente: luego, no se extrañen de nada.

Llega fallas preludiando la pascua y los cenizos intentan convencernos de que la realidad es una determinada y sólo esa: si Rajoy el lunes no pregunta por la quiebra de cajas de ahorro, de bancos, de constructoras y el papel del gobierno sabemos perfectamente por qué lo hace: no es la primera vez que en la galaxia hemos visto como Rajoy cubre a zp.

Harán una peleita para el público; para el Embajador es pressing catch: parece, pero nada es, mucha apariencia nada de realidad, personalmente pienso que es más a espadas: la de zp es una espada pesada y medieval en manos de un alfeñique inexperto e imbécil; la de Rajoy es un florete, en el cual se han preocupado muy mucho de que lleve un tapón de corcho en la punta, por si por un descuido le da de verdad al otro no vaya  hacerle daño; no quiere vencer ni convencer, simplemente que todo quede como está, que así les va muy bien.

Es algo de vergüenza: no tienen ni sentido, ni común.

 

A pesar de todos ellos llegan las fallas y vendrá la pascua: y si siguen siendo así de pazguatos y deplorables, conseguirán enervar a la gente de verdad, y no está la cosa para que se den esos lujos: demasiado roban y demasiado han robado para que ahora la gente le siga aguantando las gracias. Limítense a gobernar como si fueran personas decentes y háganse a un lado: el protagonismo es de la gente, no de cuatro petimetres en la villa y corte; gentuza trepadora social, ineptos álalos y ágrafos advenidos al poder a saber porque métodos de santería, vudú o amiguismo, que no por sus méritos.

España no necesita a esta gente. Ellos sí necesitan a España. Y ya estamos hartos de tanto vividor.