Una mujer se explaya, el amante lo graba y salta a la fama: su afán de notoriedad y exhibicionismo han quedado más que cubiertos.
Exhibicionismo: la transmisión de imágenes sólo implica la necesidad de público, no un acto sexual ni una pasión compartida.
Al saberse, como una ola, todas las mujeres socialistas corren a protegerla: por ese revuelo me enteré yo.
Si corren a protegerla es porque la saben atacada, o pillada haciendo algo malo.
El truco de echar culpas fuera, y no asumir los propios actos salta por todas partes: tiene la culpa los funcionarios, el partido contrario….quien sea menos ella: en breve será la moral católica, el puritanismo o un virus interplanetario.
Nada nuevo que una mujer culpe a otros de sus infamias; fue Concha Velasco la que dijo que aunque las pillaran en la cama había que negarlo siempre; y es muy fácil dar alaridos para cubrir a una mujer pillada en error; siendo así muy reconocida por el mujerío; pero si sin saber nada del tema todas salieron en defensa en formación cerrada es porque todas saben que ese defecto en una u otra expresión lo comparten todas. Salieron en desbandada porque se sintieron reflejadas; no fue un movimiento de simpatía, sino de complicidad.
No es lo que ha hecho el defecto.
Lo que ella sabe, y las demás también, es que lo que ha hecho está demasiado lejos de ser inocente ni inane.
Lo que ha hecho no es de ella ni para ella. Lo que ha hecho es echar sobre su marido el ridículo, la humillación pública, el desprecio y la ruina; lo ha hecho ella sin su colaboración, y sus actos han desgraciado a ese hombre, que queda tocado, personal y socialmente para siempre; si además la quería o era un buen marido, lo ha destrozado. Fuera como fuera la índole de su unión.
Los hijos han de soportar las miradas, señales, cotilleos y todo el ridículo en el que se van a ver durante toda la etapa de su crecimiento. No les ha hecho la vida ni cómoda, ni fácil.
O sea: un sencillo acto propio de la intimidad al hacerlo público destroza la vida de al menos tres personas de su alrededor, le condiciona el resto de su vida, pues haga lo que haga siempre será asociada a la masturbación; pone en evidencia toda la falsedad de la moral/antimoral de la progrhez y el absurdo relativismo: siempre encontrarás demagogia para justificar cualquier cosa; cualquier cosa es justificable mientras sea uno de los nuestros; siempre hay palabrería para culpar a otros: enemigos reales o ficticios, siempre se acaba defendiendo unos intereses espúreos y lo que realmente da igual es esa desgraciada.
Y si hubieran visto la vida de Brian sabrían que la solidaridad hubiera sido haber hecho lo mismo que ella y haber inundado la red de tal material. Pero jamás lo harán: haced lo que yo diga pero yo por si acaso me quedo a cubierto.
Ella en su egoísmo disfrazado de palabrería, ha hundido todo a su alrededor; los que la apoyan han colaborado al hundimiento, y el intentar culpar al adversario es de mucha bajeza y mezquindad.
Asumir los propios actos es tarea de la conciencia de cada uno, y cada uno debe hacerlo si no cara al público sí en su intimidad; si te escudas en un sistema de culpabilizaciones y autojustificaciones nunca comprendes nada, nunca sabes quien eres, nunca eres, y si no sabes quien eres a nadie puedes ni querer ni respetar ni mucho menos educar, aunque todo lo llenes de palabrería y posses.
Y en breve tendremos a la pajillera implacable junto a la chica de la curva en el imaginario viral.
5 comentarios:
Hoy llega la Galaxia vía láctea: a leches y sin azucar; sirva todo para separar la paja del grano de este asunto tan manido o para contribuir a la creación de otra estrella tele5.
- Es una desfachatez defender la doble moral venga de quién venga.
- Llamar "amante" a quien actua con tanta crueldad es un error grave de apreciación.
- Utilizar a Concha Velasco para demostrar la conducta inmoral de algunas mujeres no es demagogia, es mala leche.
- Muy acertada la expresión "mujerio" para designar al tipo de mujer-alarido, muy propias de los hombres "mujeriegos", ya se sabe, todo tiende a la unidad.
- La deslealtad y sus penosas consecuencias las hemos sufrido y causado hombres y mujeres desde el principio de los tiempos; No veo en este caso nada novedoso al respecto.
Si la Velasco dijo eso y lo sostuvo en el tiempo, yo no tengo la culpa.
El que quiera leer novedades que lea el Evangelio, yo simplemente hago mofa y befa de un genocidio, el feminista, tan cruel.
Bien cierto, el Evangelio.
...lo de Concha, no cuela. Saludos, Corregidor.
Me da igual lo que cuele o no: si declaró eso, declaró eso.
Bien, declaró eso. Y la chica yé yé...o de las j@ns.
Y mientras la falsamente llamada opinión pública berrea su propaganda en nombre de otra falsedad aún mayor:la libertad de expresión. El sistema turborreactor insaciable requiere militantes en todos los frentes, nada nuevo bajo el sol; el pueblo por cada generación en su ¨poblar¨ha conocido diversos modos de servir a los gobernantes de cada nación. El horror de esta época no está en prestar servicio a los gobernantes, eso se asume, sino en no saber en qué lo prestamos ni a quién, ni cuándo ni cómo; preguntarse el porqué hasta parece utopía dada la confusión creada.Y si lo llegamos a saber, por lucidez o inspiración,que somos militantes sin carné, sin voz con voto, el peligro de ostracismo o locura es inminente: ¿llega Morfeo?. Padecemos un gobierno que rige tanto más que las naciones, las ¨nociones¨y a éstas ocultando, tergiversando y mintiendo en su sentido, que lo tuvo y bien recto. Herramientas de las que se sirve quien sospecha, quien mira la realidad por encima o por debajo y no de frente. Y así ante cualquier hecho vivimos la simulación de gozar de libertad de expresión, por no hablar de otras libertades igualmente simuladas. Y se llama opinar a la proclamación de un sólo juicio: binomio de dos términos blanco-negro siempre enfrentados como una bestia bícefala: pp-psoe, feminismo-machismo, etarras-españolistas, catolicismo-laicismo...y siempre de un modo: víctima-verdugo;y a un lado, tal vez éste, el individuo que presencia el espectáculo y piensa que el combate está entre las cabezas de la bestia sin saber que el sacrificado es él: en cada sí, en cada no y en el "incluso" está alimentando la bestia: le roban su propia voz, su propio discernimiento del bien y del mal: su vida.
Admito que lo dicho es hacer pública una paja mental, la mía y me explayo: agradezco escuchar y expresar opiniones diferentes.
Hubo una época, creo que la Victoriana, que trataba la histeria con masajes pélvicos;era enfermedad diagnosticada a mujeres que padecían trastornos de tipo nervioso por represión sexual...y llegaron Freud, Marx, Nietzche; no sé en que orden, todos de Alemania a traer la liberación (se agradecería una visión conjunta de esta tríada). El trastorno continua,ahora está de moda el bipolar, y se propaga: pruebo masajeando ideas con el mejor aparato que tengo, el diccionario.
Gracias por la Galaxia, Ignacio.
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