El nacimiento de la leyenda.

Una maestra comete un desliz.

El desliz lo hace a distancia con alguien que lo graba, y lo difunde.

La maestra es concejal, y dimite.

“Era un regalo para mi marido” declara acerca de la grabación.

Acto seguido en twitter se monta una campaña con todas las mujeres socialistas apoyando a la maestra.

Toda la demagogia habitual de “tu cuerpo es tuyo” etc.

Nada ha hecho malo la maestra, a nadie creo que asombre que la gente se masturbe y desde luego lo puede compartir con quien quiera.

Nadie creo que haya forzado a la maestra a la dimisión.

Ha dimitido y ha declarado que era un regalo para su marido para intentar parar la que ya sabe que se le ha caído encima, quizá por afán de protagonismo, o de exhibicionismo, pero ya es consciente del lío: ni con su marido cuela lo de que era un regalo, era sexo por cam, y el otro cabrón lo ha hecho público: si al marido lo consigue engañar, en el bar le dirán tan simple razonamiento. Y aunque pare ese primer golpe, que no le será fácil por mucho que use todos los trucos feminoides, luego has de salir a la calle, y tu marido, y tus hijos (dos, pequeños) en un pueblo, en el cual estaban preguntándose los pajilleros en las redes sociales por donde vivía, porque está buena: con eso imagino que hay que vivir. Es maestra y por muy buen CV que tuviera ahora sólo existe su video, y no es agradable mandar tus hijos a semejante maestra; la presión social se va a ejercer implacable: sobre ella….sobre el marido…..sobre los niños: por mucho que digan que apoyan, o apoyen, hay que vivir con eso: insoportable y no lo soportará.

En su exhibicionismo y afán ha arruinado su vida: ella sola.

El apoyo en las redes sociales es loable: lo que han conseguido: como yo, ya lo ha visto todo el mundo no sólo en España, con la correspondiente leyenda.

La gente tiene razón: masturbarse o no es opción de cada uno y nada tiene que ver con su función pública; el apoyo no le ha hecho ningún favor. Además la gente cuando apoya una cosa así se fanatiza, y van creciendo el argumento: de tal modo que dentro de poco “la habrán hecho dimitir los fachas” “la presión de la iglesia” ”los carcas” y toda esa demagogia al caer el sol ya estaba por twitter creciendo exponencialmente.

Queda pues otra leyenda como la del guardia civil que apaleó a una señora que le preguntó para cruzar la calle en valenciano en Barcelona, en vascuence en Bilbao y San Sebastián; en Gallego en una aldea: y el guardia civil iba dando palizas a todas: debió quedar agotado el pobre.

No pasará mucho tiempo  antes de que oigamos que la iglesia hizo dimitir a una maestra porque se masturbaba, que la derecha le dio una paliza, que la echaron por masturbarse….este tipo de demagogias elaboradas en las cabezas de los que apoyan a esa mujer, elaborarán tal leyenda.

Ella ha encauzado esa ruina en su vida, realmente digna de compasión. La leyenda se va a elaborar en twitter: si no la hubieran apoyado, yo, e imagino que muchos, ni nos habríamos enterado. En breve oiremos cualquier animalada contra las mujeres que se masturban que la ha dicho la iglesia, o la derecha o algo así.

Pillaron a una mujer jodiendo con su marido en lo alto de una torre de un castillo hace dos años: implacables los mismos que ahora apoyan la privacidad de esta mujer, públicamente pusieron verde a aquella: era una política de la derecha inglesa: con el mismo criterio se ensalza a una, se denostó a otra, en nombre de la moral: tal criterio merece tal valor; los medios oficiales de la izquierda se encarnizaron contra la derechista británica y nadie dijo nada de sus derechos e intimidades.

Ella sola ha arruinado su vida. El apoyo social ha acabado de hundirla. Así nacen las leyendas virales que muchos quieren llamar leyendas urbanas: la demagogia y la mentira buenas, no son.