martes, 7 de febrero de 2012

Verduleras

Una madre es una madre, y siete, una verdulería.

Tanto rollo de tanto estudio y tanto título y tanta preparación y al final el gobierno del pp, y todo el pp, no son más que verduleras: todo lo hacen por el mercado, por el que dirán en el mercado, por el puesto en el mercado, eso es lo importante: y se visten para lucir en el mercado, y actúan para triunfar en el mercado; aunque igual son más de mercadillos éstos, porque lo dicen en plural “los mercados” o sea, que son de puesto ambulante “pero mira como tengo las bragas, siete a dos euros” y le dan importancia extrema a lucirse en el mercado: La del pp catalán domina la parte del grito pelado y la verborragia, y debe ser de las mejor preparadas: es la única  capaz de competir en cantidad de botox con Martínez Camino, el gran desaparecido, o silenciado: no se sabe cual de los dos se estira más la cara, si el obispante, o la Sánchez Colágeno.

El mercado; todo para el mercado; sí, el numerito está bien montado, con el del puesto de enfrente conchabado para subir y bajar los precios y las tensiones, lo cual encanta a Rub Al Kaaba, y dejan a los negros usar el top manta, pero controlados, que no sea se nos enfade el señorito y nos cierre el mercado.

Y ahí va Rouco, que cita todos los meses a comer en el palacio obispal de Madrid a los dirigentes de las empresas del ibex 35, porque los mercados, ya se sabe: no os preocupéis, seguro que hay una buena excusa inventada para contaros, hay que contentar a los mercados: mientras tanto, Martínez Camino hace ya demasiado que lo han borrado de la escena pública, con lo que a él le gustaba imaginarse vestido de plumas de cabaretera bajando escaleras en el telediario; pero no os preocupéis: Rouco se preocupa de estar a buenas con los mercados.

Pero como tengo los melones, señora” a grito pelado; el mercado ha de oírnos, debemos manifestar nuestra presencia en el mercado, bien guapas y que se nos vea: no seamos tan lelas como esas espigadoras de Millet que se pierden lo mejor porque a mediodía bajo el sol protector rezan el ángelus y trabajan con discreción y sosiego, entereza y constancia, por los siglos de los siglos, sacando lo necesario para que todos los demás se luzcan en los mercados. Maria autem meliorem partem elegit, quae non auferetur ab ea.

Cristo entró al templo y sacó a todos los mercaderes a hostia limpia: no les habló, no los sanó, no les hizo una parábola ni les conto nada: sólo los saco a hostias: y ahora, en su nombre, muchos ladran verdades de fin de semana y condiciones inexcusables para la necesidad de los mercados; Cristo los saco, a hostias; los vociferantes católicos comprenden que hay que tener talante y tal: el hachero de Stevenson morirá, pero es el único válido.

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