Antes se regalaban flores; siempre lo hice siguiendo la pauta, del mismo modo que entiendo el lengüaje del abanico: lo aprendí con los clásicos; hoy, en el capítulo “Enseñar al que no sabe” os explicará un invitado lo de las flores:
Sólo en ti pongo mis ojos
-el heliotropo expresaba-
«No te querré mientras viva»,
dice la flor de la albahaca.
«Soy tímida», la violeta.
«Soy fría», la rosa blanca.
Dice el jazmín: «Seré fiel»,
y el clavel: « ¡Apasionada! ».
El jacinto es la amargura;
el dolor, la pasionaria;
el jaramago, el desprecio
y los lirios, la esperanza.
Dice el nardo: «Soy tu amigo»,
«Creo en ti», la pasionaria.
La madreselva te mece,
la siempreviva te mata.
Siempreviva de la muerte,
flor de las manos cruzadas;
¡qué bien estás cuando el aire
llora sobre tu guirnalda!
“Doña Rosita la soltera” García Lorca.
2 comentarios:
Regálame dos gardenias y un par de lirios, quieres?
Última memez.
Publicar un comentario