Llegó tres días después, se adjuntó al grupo que peregrinaba (no iba a ir con ellos, él se encuentra excelente) llevaba todas las tonterías de graciosete; los pocos ratos que caminó (es barato coger taxis a veces) se pasó el rato diciendo a dos chavalas (obviamente, las atractivas) que eso era muy duro y que nadie llegaría. Que estaba bien para dar un paseo de vez en cuando pero eso de peregrinar no era científico. A los cinco días se volvíó con asuntos urgentes que le requerían. Pero eso sí, se moría de risa burlándose de los pazguatos católicos que iban y se cansaban, hay que ser tonto hombre, con lo bien que se está sin hacer nada jamás. Es catedrático ahora: se le ha jodido el sistema, lo de denigrar estudiantes, copiar, y luego lo de cortar copiar pegar ya no cuela: ahora va de intelectual; lógicamente, hará todo el daño posible, jamás ha creado, jamás creará. Como los reconocidos artistas de izquierda: denigraron a la burguesía porque no vendian nada, y en base al atosigamiento consiguieron que la administración los financiase vía comprarles sus obras: en un mercado libre nada harían porque son ineptos, pero en base a eso la burocracia socialdemócrata repugnante se ha montado una ficción de intelectuales y artistas alrededor: véase la estupidez culturaloide valensiana: ni uno sabe escribir sin faltas de ortografía. Demostrable.
El vicepelma hizo el camino de Santiago con la bici de montaña en el maletero del coche: en los pueblos la bajaba y se acercaba con el al bar: se encuentra heroico.
A todo aquel que va, y lo hace lo denuestan; a los artistas que han triunfado por sí mismos, intentan “aproximarlos” a “LA” verdad científica: si no a denostarlos ningunearlos despreciarlos y malbaratarlos: luego reivindican a Sorolla, aunque a veces lo escriban con Y.
En ese magma en el cual la educación se ha solventado entregándola a quien va “de parte de” y no por méritos (lo de las oposiciones es mentira, y lo sabeis todos) se elabora un constructo de la realidad basado en que la guerra civil fué una magistral operación militar de la izquierda y va a examen: como pongan que la ganó Franco, suspendidos; esa es la realidad cientifista. Para nota pasar por la cama seducidos por la intelectualidad exquisita y excelsa de tan egregios sabios, que son tan sí mismos ensimismados que el mundo les teme. No asumen que dan risa.
¿Alguien se extraña de que ayer en las cortes no se oyeran más que estupideces?¿a quien asombra que por “consenso” el caudillito frenillopático haya decidido que la que gana las elecciones para mandar en el pp catalán sea una que tiene el merito de que es fácilmente reconocible por lo excelso de su operación de ampliación del labio superior, lo que la emparenta con la Narbona en su “bellecismo” y justifica en su belleza lo del proyecto gran simio?
Esto no es coña. Es España hoy: la envidia está basada en la ignorancia, que viene de la indolencia: no me enfrentaré a estudiar latín y aprenderlo; lo declaro lengua fascista y con eso para alante; el esfuerzo que lo hagan otros: yo soy maravilloso porque yo lo valgo y los demas me adoren: así los intelectuales son los que decida el sistema, como Stalin, que elegía los poetas pintores y escritores y los que no ni podían tener el material para trabajr a solas.
Esto es un descojono: la historia se burlará de ellos por sí mismos, de nostros por soportarlos.
6 comentarios:
Qué tristeza que tengas tanta razón.
¡Anda! No sabía que fueses radiólogo, porque eres bueno haciendo radiografías. ;o)
En el fondo es que tenemos una clase política que no nos la merecemos. (Lo de que “no nos la merecemos” entiéndase como cada cual estime oportuno).
Pero cuánta razón tienes, Ignacio, la madre que te echó.
Un saludo
Echó? Joé... ¿le depositó vale? suena un poco brutal.
A mi me parió una vecina porque a mi madre yo le daba asco.
magistral
n a c o
nuncamejordicho
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