viernes, 18 de octubre de 2013

Espanto

Tres millones de personas en pobreza severa están a cada amanecer pidiendo juramento al rey y a la corte

si fuiste, o consentiste
en la muerte de tu hermano.
Las juras eran tan fuertes
que el rey no las ha otorgado.

Pero ni los borbones están ni han estado nunca próximos al pueblo ni la jugada tramada por f. González para colocarnos al heredero de rondón les permite pensar en los españoles: sólo en servir adecuadamente a la codicia, sólo en su fervor de empleados de la plutocracia, sólo en su afán de agradar al nuevo Reich; tan sólo importa que los números le cuadren a un sistema fiduciario de la plutocracia tan volátil como impostado, tan imposible como fallido: ninguna crisis debía haber durado tanto, esto es una voladura controlada, y a cada amanecer tres millones de españoles en pobreza severa piden el juramento

le toman jura a Alfonso
por la muerte de su hermano;
tomábasela el buen Cid,
ese buen Cid castellano,
sobre un cerrojo de hierro
y una ballesta de palo
y con unos evangelios
y un crucifijo en la mano.
Las palabras son tan fuertes
que al buen rey ponen espanto.
—Villanos te maten, Alfonso,
villanos, que no hidalgos,
de las Asturias de Oviedo,
que no sean castellanos;
mátente con aguijadas,
no con lanzas ni con dardos;
con cuchillos cachicuernos,
no con puñales dorados;
abarcas traigan calzadas,
que no zapatos con lazo;
capas traigan aguaderas,
no de contray ni frisado;
con camisones de estopa,
no de holanda ni labrados;
caballeros vengan en burras,
que no en mulas ni en caballos;
frenos traigan de cordel,
que no cueros fogueados.
Mátente por las aradas,
que no en villas ni en poblado,
sáquente el corazón
por el siniestro costado,
si no dijeres la verdad

El enorme trabado burocrático es de tal perversión que los mismos que firman desahucios y condenas aplazadas a muerte se manifiestan luego bondadosamente siguiendo las consignas de sus amos y sectas: por la mañana firman el desahucio y luego van a manifestaciones como una expiación por lo civil; en este nuevo sistema de laicismo litúrgico y sumiso, la gente quiere creerse leyendas personales tan falaces como desquiciantes, y el sistema alienta que esa gente siga medrando en el sistema gracias a su estulticia, y jamás a pesar de ella.

Se inventan patologías y se demonizan costumbres, sirviendo al sistema en el nombre de la liberación de la mujer, en el caso de toda patología asociada a la condición femenina: todo es una patología, no hay procesos naturales en su vida; se demoniza la costumbre: el tabaquismo, el alcoholismo; como puritanas ridículas de películas del oeste demonizan las consecuencias mientras alaban las causas y las fomentan, y por supuesto de todo ello hacen caja, que ellos lo valen. Demonizan la estructura de pueblos para poder elaborar una estructura de urbanizaciones ridículas de precio tasado para estabular a la población y crear guetos y santuarios por lo civil, es la sublimación del sueño social social de Stalin y Hitler, es la magnificación de la estupidez de las marquesas de Serafín.

La marquesa, en su bondad

tuvo que inventar los pobres

para ejercer la caridad.

Manipulan el lengüaje en su desconocimiento para poder manipular los conceptos y así servir mejor al amo que les manda sus consignas que en su feble ineptitud creen haber pensado ellos: “el alcohol es una droga legal” y justifican el uso de drogas mientras demonizan a los fumadores con esos argumentos tan ridículos; culpabilizan a la gente para poder seguir robando a espuertas en su impúdica ciencia sin raíces: a la mujer por serlo, y lo consideran feminismo de defensa cuando tan sólo culpabilizan a la mujer en su condición para hacerla manipulable e utilizable;  culpabilizan al parado por serlo y al vagabundo por ello: y hasta ahora les ha funcionado mientras han robado y saqueado dejando todo hecho un erial; pronto amanecerá, y volverá El Cid a pedir juramento a los reyes y sátrapas que silbarán con alharacas y esparajismos hablando de memeces que querrán que sean importantes a base de darles bombo y platillo, tres millones de españoles en pobreza severa pedirán juramento

Muy mal me conjuras, Cid,
Cid, muy mal me has conjurado,
mas hoy me tomas la jura,
mañana me besarás la mano.
—Por besar mano de rey
no me tengo por honrado,
porque la besó mi padre
me tengo por afrentado.

Tres millones de afrentados en España hacen rechinar los féretros, hacen hablar los sepulcros, y debemos acabar con esta infamia cual nuestra historia manda, o hasta las piedras nos recriminarán nuestra infamia.

Ya se parte el buen Cid,
sin al rey besar la mano

3 comentarios:

Váitovek dijo...

A mis hijos, a los 4, les he leído mucho el Cid,y siempre les deja en suspenso total con los ojos como platos. Pero es que a mí, cada vez más, me produce auténticos escalofríos y me hace sentir tan por debajo de esas gentes y tiempo claros y duros como diamantes.

...porque no la besó mi padre me tengo por afrentado.Qué tío.

Jamás, salvo en aquello de "no me seais snobs, que Dios puede hacer hijos de Israel de estas piedras", he leído - y visto un mundo- con una tan radical refutación del ridículo pero monstruoso principio oligárquico-aristocrático. Al lado del Cid los nobles y monarcas - y también los villanos de la clase media- parecen fantoches patéticos.

Y cuando digo jamás digo en ninguna parte del planeta en ningún tiempo - ni "300", ni griegos ni pollas, todos feroces esclavistas-, ha existido un tiempo y lugar en el que la igualdad absoluta bajo la ley (la de verdad, la que compartimos con las piedras) y la libertad hayan existido como en aquella España alrededor del mundo del Cid y sus gentes ( en el resto no. business as usual)

Váitovek dijo...

Aunque a mí me gusta mucho más el poema primero, el Cantar, que los Romances.

Ignacio dijo...

De los sos ojos tan fuerte mientre lorando
tornava la cabeça y estava los catando.
Vio puertas abiertas e uços sin cañados,
alcandaras vazias sin pielles e sin mantos
e sin falcones e sin adtores mudados.

Sospiro mio Çid ca mucho avie grandes cuidados.
Ffablo mio Çid bien e tan mesurado:
"¡Grado a ti, señor, padre que estas en alto!
¡Esto me an buelto mios enemigos malos!"
Alli pienssan de aguijar, alli sueltan las riendas.