Con la red aguas abajo, explotada la dinamita se recoge toda la cosecha. Toda. Y queda el fondo arrasado, y la explosión arrasa con todo, por eso se pesca con caña, para poder seguir pescando.
El asunto no es pescar una vez, es poder pescar a menudo.
La satrapía política ya ha agotado todo el caladero: los cuentos de la bolsa, la prima, el riesgo, el estado y el bienestar no se los cree nadie, ni ellos; recogen los principios de la propaganda y la aplican exactamente igual siempre en todo momento y ocasión y ya no pican más que los que quieren picar: siempre hay un agradecimiento tras cada una de esas actitudes; quien nada debe a la hez ya no pica y no es cuestión de nivel de inteligencia. A cada desmán sacan un otro, una alternativa, una idea, o un conejo de algún sombrero para tapar su infamia, pero ya no cuela, aunque estemos bombardeados.
Hay una serie de felones que hacen de palmeros del régimen: hacen propuestas aparentemente bondadosas para mejorar y corregir el sistema: son los peces muertos, siguen la corriente. Y eso sí, con una soberbia impropia, magnifican su papel, indican caminos correctos y todo lo que queráis: pero son los peces muertos arrastrados por el río, porque no da mas de sí el sistema, la democracia ha resultado ser un sistema fiduciario de esclavitud de las personas, y nada más; la socialdemocracia liberal sólo es una excusa para el sostenimiento del capital fiduciario, y nada más, y la hez política su justificación, y nada más: el sistema va contra las personas en su vida y desarrollo, contra la cultura y contra el hombre, y no es susceptible de ser mejorado porque todo lo que se supone que mejora es para empeorar nuestra vida; pero con pompa y boato.
Es muy sencillo: no más dinamita para pescar todos los peces, y ni uno mas. A pescar con caña, así podremos pescar más a menudo. Así de simple.
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