Ser proletario es lo peor: has tenido que trabajar a sueldo, y por eso se degradó todo el sajonismo en su momento; el establecerlo como clase es una falacia argumental para engañar más a la gente y solidificarlos en un estado del cual no pueden salir, jamás. Si ya eres lumpenproletario es que además no tienes remedio: por tu bien han de eutanasiarte.
Un hombre va a trabajar y mantiene una familia y con lo que sea van adelante: y en pudiendo, prosperando: es la historia de todas vuestras familias. Y una vez prosperado el padre no quiere que sus hijos sean como él: los quiere mejor situados en la vida; y así se elabora una civilización: es la historia de todas vuestras familias, que en Roma la jornada laboral acababa a medio día: algunos remataban el día haciendo alpargatas o toneles, o cerámica, y prosperaban y se liberaban del vínculo con la familia adscrita, y nacieron los comerciantes que en pudiendo, solidificaron su posición y generaron nuevas familias: es la historia de vuestra familia; claro que había los que después del medio día se pasaban la tarde en las tabernae dándole al tintorrum, y claro que los había más laboriosos; es la historia de vuestro pueblo. En la edad media el horrible y espantoso señor feudal mantenía a las viudas y se hacia cargo de los hijos, de las bodas, de los convites, de las enfermedades y de toda la familia, a cambio del trabajo y algo de estipendio, eran más libres que ahora: eso si, no tenían facebook que yendo al molino es donde se cuajaban los cuajos que generan la civilización; por lo demás es la historia de vuestra familia, porque en pudiendo medrar, medraban.
Nadie quiere una vida solidificada en un estado inalterable: somos españoles, no proletarios, no somos reiterativos ni rutinarios: somos trabajadores, se va, se hace el trabajo, se acaba, se descansa y a otra cosa; se cuaja en el patio la relación con toda la familia y allegados, y en el patio toca Paco de Lucia que es un patriarca que de tal manera actúa con todos sus allegados, de qué si no íbamos a tener la escuela que está dejando: toca, mientras D. Enrique Morente ha dejado bien criados a sus hijos en el rigor familiar del trabajo, dedicación, entrega, devoción: al trabajo, no al resultado ni al dinero, y por la casa de D. Enrique se ha cuajado la otra parte de la escuela de música que va a eclosionar con asombro para todos: no son sólo sus hijos, todo el que se acerca siempre es bienvenido, y pasa al patio y colabora con las faenas de la familia, sean del campo, sean metalúrgicas, sea la herrería sea la oliva: se prospera y se mantiene la estructura familiar en el trabajo, que no en el salario, ni el dinero ni la codicia: es la historia de vuestra familia, de vuestro pueblo, de España: y es un pueblo de trabajo y alegría, no de proletarios que funcionan a toque de sirena ni a consigna ni a orden: hay que hacerlo; se va, y se hace y en haciendo enseñando al que está al lado que es el hijo del vecino o un crío que pasaba por ahí o alguien que desvió su camino; se acaba la faena, y se canta en el patio cuando todo está recogido, y cantan las espigadoras de Millet cuando Paco de Lucía toca la guitarra.
Así es España, y en cambiando el criterio y queriendo modernizarnos se subvencionan a los que dicen hacer rap con sueldos para negar que el vigor de nuestra cultura se forja en el trabajo que no el dinero, en el día a día, en la alegría y la introspección, somos un pueblo alegre que ahora está siendo degradado, y no podemos permitirlo: y al ejemplo me remito: la familia Morente, la familia De Lucía, valen por lo que hacen, no por su posición en el ibex ni en niveles de dinero.
Cuando Gilberto Gil era un aprendiz, en Sao Paulo los recibía Elis en su casa, y ayudaba a todos los novatos: aun se emociona recordando la españolidad de Elis, que tal mujer era y a todos abría su casa: ahora está ahí María Rita, cumpliendo el avatar; porque los que valen, se les ve y brillan, y no miramos cuanto ganan que es lo único que ahora se valora aparentemente en los medios: tanto gana, tanto tiene, tanto en fama le damos, y nada más hay: España no es así, no somos así, y esa falacia no prevalecerá, que no somos esclavos del dinero, sino de la alegría, el trabajo, y la caridad que es la forma mas excelsa del amor, no la limosna, la caridad: ya nadie sabe lo que significa caridad.
La caridad es dar todo a cambio de nada.
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