viernes, 9 de marzo de 2012

Teoría del arte

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Después de jugar un rato con mis amigos, que el mundo es grande y salir de la escuela es en sí una fiesta y merendábamos en cualquier casa: todas las madres eran la madre, todas las puertas estaban siempre abiertas, debajo de la palmera pené a mi padre, que sube la cuesta roya con la vespa porque alguien se ha puesto enfermo y me largo a la jarra y los hombres se van en las vespas a la fábrica que ya cambia el turno y vamos a coger renacuajos que siempre entretiene, en el charco que hay debajo de la fábrica de luz que funcionaba: la calle nueva se alumbraba con una sola farola que consistía en un hierro en espiral con una bombilla que muchas veces no funcionaba; un día, asfaltaron la calle y se jugaba mejor; después de los renacuajos maleábamos la tarde yendo por el rio e inventando la vida conforme se abría a cada rato y te ibas haciendo mayor y ya veías que las chiconas festeaban y lo de los chiris se ponía serio y uno se casaba que lo conocías por la familia, y el otro día comí con su hija que es una mujer encantadora; y cuando habíamos acabado de jugar debajo de la palmera y del río y paseada la Violeta sin darnos cuenta estábamos en el oscurico festeando con la chiri
¡ay!
la primera dama
el primer drama
el primer amor
y nos sentíamos avergonzados luego, pero que hombre me sentía cuando ella me daba la mano; intentábamos parecer normales pero nunca fuimos normales porque lo más normal es no serlo, y acudíamos a la iglesia como a casa, con la gente pululando ahí y andaba Paco que a mi me dió la catequesis y luego se hizo cura y luego lo enterré, y siempre estará en mi vida; otras nos juntábamos en sus escalones a ver pasar la entrada de la noche hablando de nada creyendo que lo sabíamos todo y luego a dormir que el frío se nota, ahora, que todo está acondicionado; pero pasaban los carros, y luego alguna noche de vuelta de fiesta los veías aparejar que hay luna y había que labrar, más tarde volvían a la fábrica los hombres y nos hacíamos hombres a cogida de garrofa y oliva y paseos en moto: que si subía una chicona ya eras el chico de todas las películas que jamás se han rodado y el más hombre que el mundo ha visto, y yendo sólo derrapé en la curva de La Violeta y aun llevo la cicatriz en la rodilla, y aunque mi padre me avisó, como era domingo esa tarde fui a la Cima y del dolor me tuve que ir a casa pero los rituales hay que cumplirlos, como enterrar a mi padre o enterrar a mi amigo, como jamás dejar de saludar al pasar por la farmacia porque a golpe aprendes la vida y la muerte y el valor de los amigos, que si nunca lo habías valorado, ya llegará tu momento
Es la tierra, el nudo en el olivo;
el viento que trajo el dolor tan sentido
lo quieras o no quieras, la leña y el destino
campos y paisajes tu pueblo, el mío.
Una botella de ron, una cuadrilla de amigos
una paella con Juan, una sesión con cariño
un arroyo que pasas que se convertirá en un río
un hombre que es tu amigo.
el sentimiento escondido
una chica que pasa: que jamás supo; un vino
a mitad de la mañana, una obra, un destino
un clavo que clavas, y tu padre contigo
ya tantos años muerto, ya todo está hundido.
Y la farmacia, y la Violeta, y acompañábamos al Santo de la ermita al pueblo, y teníamos la feria y había coches de choque, y recuerdo aún haber animales a la venta, aunque al final sólo era testimonial ¡cuantas horas estábamos echando en los coches de choque! que extraño es el proceso de hacerse hombre entre el yecarri  y los coches de choque y la Cima, aprendiendo a jugar al billar en León y las chicas que pasaban y que eran rotundas, firmes, enhiestas y torneadas como resulta imposible: hay piernas que son la prueba de la existencia de Dios,
Confirmado:
Que una mujer tenga dos piernas, es extraño.
Que todas las tengan, es una conspiración contra mí.
y la chorra hasta los dientes que ya no has salido del colegio ni casi pasan carros y tienes una moto y a veces vas al baile y Fortunato pasa por la plaza y en Caberote se reúne lo más granado del ejército republicano, de la columna Durruti, que estaban extrañados en Buñol aunque la gente no quiera saberlo porque ahora la memoria histórica la dicta el politbuñol y se ve que no existen aquellos que me hicieron a mi anarquista y como me viene el anarquismo de ellos me moriré siéndolo, como me llevaré algunas cosas íntimas de tanta gente que sé y que supe y que viví, y que le vas a hacer: a muchos amigos debo pedirles perdón por mi desaparición, encontraré la manera, pero es que a veces desaparezco, que una vez fui a sacar la basura que la colgábamos de la reja y pasó Gustavo que se iba no sé donde y me subí y volví a los tres días; menos mi padre, se alarmó todo el mundo; poca gente me ha conocido, fuimos a Cañadas del Hoyo; éramos ya jóvenes y hay cosas que no contaré: que no cundan los malos ejemplos, y ya nos creíamos hombres; y la vida iba yendo, que nos encontrábamos muy adultos pero siempre miras la iglesia que si hay un bautizo se llenaba de críos todos a coger caramelos, “padrino roñoso” siempre con las escaleras limpias, a cotillear como iban los que se casaban: y cuando salía la banda todos los críos detrás a desfilar. Luego al encuentro, cuesta del castillo para arriba, cuesta del castillo para abajo; que empieza la Pascua y en la plaza jugábamos a churro va y por la noche a cenar “al local” ¡con baile! jamás olvidaré mi primer baile, cuanto miedo, jamás olvidaré porque no hay nada que olvidar que sino el pueblo te lo recuerda,
El Baile
Es la más bonita
de las que andaban por la sala:
fue la favorita
cuando la vi como andaba.
Como siempre el baile acaba;
y la fiesta, continúa.
Habrá más noches de gala,
mujeres como esa, ninguna.
que nadie somos nosotros que sólo somos la tierra y el oro que les salía de las trenzas tan guapas y muchas ahora son abuelas y siguen siendo mujeres de rompe y rasga, bien plantadas y más chulas que un siete, con las cosas claras: que hay que ir a la ermita y beber del manantial, que somos por San Luis y San Venancio y el agua, que ahora el politbuñol enfarragado en la codicia quiere romper la secuencia del agua para una “puesta en valor” de algo que huele muy mal, porque por la vía íbamos el Domingo de Pascua y pasábamos el puente y pasábamos los túneles, y que bonito era cuando entrabas al túnel y la rotunda magnificencia de dos piernas con mucha sabiduría se hacía la asustadiza y te cogían la mano: eso daba más miedo en el momento que el de que te cogiera el tren; pero nunca pasó nada, porque íbamos advertidos y trompellotes éramos y somos, pero no tan tontos como hacen ahora a los críos sobreprotegiéndolos; y la vida va, la vida viene, y los machos cabríos migraron a La Jarra y me invocaron para apoyar la jugada y ahí se tramaron tramas y se conspiraron conspiraciones, y que bien fotografía Matamales, que nunca había visto una imagen con tanta gente, que no hay imagen más llena en toda la historia del arte,
Estamos todos ahí.
que estamos todos los que estamos, los que estuvieron y los que vendrán, que somos gente recia de pueblo y la invasión tibia de la socialdemocracia no la vamos a dejar que hunda al pueblo, y el que no sea de Buñol, que se joda.

5 comentarios:

Carmen dijo...

Estás que te sales últimamente con Buñol eh. Morriña?

Ignacio dijo...

No.
¿Quien eres?

Peggy dijo...

La foto es muy buena

ZP Nunca Mais dijo...

Se nota que ya te pueden los recuerdos, los años.
Muy buen post.

Carmen dijo...

Ya te lo diré cuando te vea