Deckard disimula su conocimiento de la lengua de Gaff: la neolingüa es la clave para unificar a todos los trabajadores de Tyrrell Corporation: es más cómodo dominar el mundo si con cuatro términos puedes tener siempre controlada a la población. Gaff sabe que Deckard es lo que es; Deckard lo ignora, pero tiene aprensiones, por eso no está en activo.
La neolingüa es una mezcolanza que está muy bien trabada para la película; me llamaron friki cuando estrenó Blade Runner y me gustó, los mismos que me denostaron, al segundo estreno la elogiaban: el denuesto más elevado era que fomentaba la paranoia por ser una película paranoica; lo mismo decían de Rescate en N.Y. y Rescate en L.A. Magistrales y llenas de presciencia. En Rescate en L.A. Los condenados lo son por graves delitos contra la sociedad: como ser fumadores, o ateos.
Paranoicos de futuros apocalípticos, antes de llamarnos frikis: callaron sutilmente cuando apareció rotundo Terminator, ahora están todos esos “críticos” instalados en poltronas con títulos pomposos al servicio de la plutocracia que prevenía Blade Runner y fomentando el uso de la neolingüa: aunque le llaman “corrección política” porque hay que “ser positivo” y toda esa verborragia ridícula que concluye en hablar para no decir nada, pero siempre con una sonrisa, como los bobos de nacimiento.
La patria del hombre es la infancia, en la que conformas y organizas el mundo como te es dado, y como tal lo vas viviendo; en el paisaje, en los sitios, en las personas y en como te relacionas con ellas: en el lengüaje, que nos condiciona la manera de pensar, la vida: a mayor riqueza de lengüaje, mayor capacidad intelectual de la persona; a mayor empobrecimiento, más fanatismo, más capacidad de ser manipulado. El lengüaje exige dedicación, cumplimiento y esfuerzo, y por abandono e indolencia se pierden matices que enriquecen: gracias a Chico Buarque y supongo que por admiración o imitación, hablo diferenciando la b y la v; esto, hace que mucha gente me diga que hablo raro; hasta en mi pueblo, que me han criado (mandan huevos) eso, no es un detalle baladí: porque para poder decir algo no puedo tener conceptos evanescentes o usar una palabra sin saber su significado; el síndrome Humpty Dumpty se estableció en éste blog, aunque fuera literalmente fusilado por los popes del sistema: Humpty Dumpty le dicen a Alicia: “las palabras significan lo que yo quiero que signifiquen” y en ése momento estamos: entre circunloquios, ignorancia, vaguedades, ignorancia, palabras sin concepto y enmascaramientos en adjetivos, todo con mucha ignorancia, se habla sin decir nada pretendiendo ser un pozo de conocimiento zen: zen trifugado en los albañales del sistema que corrompe todo: la riqueza del castellano tan enorme, compleja y definitoria me deja jugar con las palabras y los conceptos, pero confunde al enemigo: todos los incultos instalados en su idiocia e incapaces de aprender: como forma “social” primero, luego en los medios de comunicación hay palabras que han sido “prohibidas” y letalmente se subterfugian en conceptos y palabras ajenas: en castellano la relación sexual se llama joder, y no es una palabrota: explica muy bien Hermione en Harry Potter que “el miedo a las palabras es el miedo a lo que significan” y así, se ha llenado una sociedad de miedo: hablar bien no es no decir palabras “feas” porque no hay palabras feas; es saber lo que se dice, y hay maricones, hay que joder, hay putas y hay venéreas, nombre mucho más bonito que una adjetivación ridícula.
La religión en su sutileza ha conservado a la perfección el significado de las palabras, porque la liturgia es el lengüaje, y su expresión más elevada: por eso la iglesia católica intenta por todos los medios destruir la liturgia: para dejar de ser la religión y pasar a ser una organización de a saber qué pero con mucho bombo: la liturgia es el lengüaje, y nadie que no comprenda que no comprende el misterio de la Santísima Trinidad, ni sabe hablar, ni sabe comprender, ni sabe lo que es “misterio” ni me cuenten milongas: una ecuación diferencial exige un nivel de abstracción mental enorme; más dibujar arquitectónicamente una construcción, trazar una carretera o hacer un puente: si no comprendes el misterio y que hay cosas que no se comprenden, no puedes comprender que hay cosas que sí comprendes.
Sin la religión ni la liturgia ni tendríamos catedrales, ni tendríamos Bach, ni tendríamos la teoría del Big Bang.
Y el principio es el verbo, y la religión nos ha enseñado, sobre todo a partir de Santo Tomás, a definir perfectamente las palabras en su significado, para poder entendernos; todo lo que no sea eso, son rugidos.
Por eso se alienta tanto el estudio del sajón: es una estructura simple con muy pocas palabras, adecuada para no pensar ni elaborar construcciones complejas de ningún tipo, pero muy eficaz para dominar a masas de gente: y como lemmings todos a alardear de su dominio del inglés ¿pero has leído a Santa Teresa? “es que yo la religión no me va mucho” pero se inglés: o sea, es analfabeta y decide demostrarlo en varios idiomas.
El principio es el verbo.
2 comentarios:
Buenos días Ignacio.El conocimiento del sajón es fundamental para comunicarnos con más hombres, compartir la mesa con ellos y hacer buenos negocios.Ellos también quieren conocer nuestro idioma, mucho más complejo y rico, demos primero nosotros el paso que resulta más sencillo. Cuando descubran el español llegaremos ambos mucho más lejos.Un abrazo.
El asunto no es aprender, eso es el enmascaramiento, el asunto es degradar y abandonar hasta el olvido el castellano.
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