La producción: ya hace tiempo que avisé de que “este año el Jueves Santo cae en martes” y ya hay idiotas proclamándolo gravemente como una certeza evangélica: lo importante es la producción. No sois personas, sois productores, todos proletarios, se acabó lo de cada uno hacer su vida en sociedad en base al propio criterio: trabaja a las horas que convengan los días que convengan; y en base a eso la jerarquía católica pica con el Corpus, que es para llevarlos a la hoguera, ciertamente.
Es el trabajo razón económica, no de desarrollo de personas o un instrumento para su vida, sólo eres en la medida en que trabajes y el sistema te valore: y cuanto más ganes más cerca de Dios imagino, un Dios por lo civil que contabiliza la fe en dólares y la devoción en productividad: que casualmente los que más la mentan son los más haraganes.
El trabajo es para el desarrollo de la persona, y si lo es a sueldo ha de ser respetado y respetable, considerado y juicioso porque las personas deben desarrollarse: el sistema lo es para las personas, que no al revés. y si Europa es algo más que una canción de Santana llega hasta Rusia: fracasado el euro, no caeré en las iras napoleónicas ni en el vigor del IV Reich, que les den: que esto, es España: rugen los paniaguados a favor del sistema contra su país, confusos y bien pagados porque ignoran todo, pero, eso se cae, que España no es un país de corderos.
Pero cuanta confusión, y hoy es la Inmaculada.
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