Cazalla testimonia que Carranza le disuade de denunciar a Seso al Santo Oficio tras ver en la celda del Convento de San Pablo que Seso era un hablador que no alcanzaba a entender lo leído pero así lo creía, en su soberbia, que siempre es producto de la ignorancia; Cuando el inquisidor le acusa de ello, calla: guardaba el secreto de confesión adecuadamente; no así Cazalla, que reveló con sosiego mientras le torturaban que no había querido denunciarlo,
… como se puede compadecer este artículo de la justificación con lo del purgatorio, y que el dicho Sr. Arzobispo le respondió: Bien está, que no sois aun capaz de estas verdades”
No somos aun capaces de estas verdades: hay quien la inteligencia se las da tempranamente, y a quien le llegan tarde; ayuda siempre el trabajo y el esfuerzo: pero la soberbia siempre proclama verdades absolutas de todo a cien e ideologías místicas de fin de semana barato barato: jamás llegan a ninguna conclusión válida, pero confunden, siempre; porque el precio de la vida es la propia vida.
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