Dilios informa al senado y se acaba con la traición y
Jerjes se mete el orgullo gay por donde le cabe: Sabemos nombres y nada
más, pero en las Thermópilas volvieron a salvar la civilización, nos
volvieron a salvar; loor a los héroes de la cultura, de la tierra y de
la evolución, que no de otra cosa hablamos: frente a la barbarie dictada
y obedecida por el banco central alemán, los éforos dictaminan que hay
que salvar la economía, volver a crecer y no se cuantas cosas más de
números sin fondo y jardines sin sentido: a la orden de los bárbaros de
más allá del Rhin, los éforos quieren entregar las águilas imperiales de
Roma a cambio de un estipendio: estupendo, se nos llenó el sistema de
éforos, que el soborno es grande como prometió Jerjes a Leónidas, pero
hay gente que tiene claro que la vida es más importante que la propia
vida: en Esparta la vida era rigurosa, si, claro, y rotunda, y por eso
pudieron negarse al soborno implacable del dinero del banco central
alemán que entonces como iba sin blanquear venía directo de los ríos de
Babilonia a engrasar a Platón, y las ciudades de prosperidad admirada
que se burlaban de Esparta: pero el rigor espartano no era una fachada
como la demagógica de la socialdemocracia, que en Esparta no había
prostíbulos: en el resto de Grecia Solón reguló su uso y disfrute: para
eso lo legisló bien que era uno de los siete sabios: consta para la
historia como el inventor de los burdeles; y aunque Plutarco intenta
comprender el rigor de Esparta basándose en que su moneda era de una
especial configuración, la realidad es que Esparta no se vendió al
sistema financiero del banco central alemán pactado con los jacobinos: y
esa honestidad y limpieza de conciencia hace que ni con una traición
pudieran con trescientos soldados de la infantería española frente al
todopoderoso ejército sarraceno que iba bajo el cobijo de haber comprado
a toda la intelectualidad Griega; pero la infantería española es lo que
es, y Leónidas aguantó y vencieron en la guerra y en el tiempo porque
los nombres dan igual, como da igual la lluvia sobre el golfo de Lepanto
cuando todo el mundo se puso a rezar el rosario: sabiéndose la que se
nos venia encima, todo el pueblo español, de Cadaqués a Filipinas
salieron a las calles y plazas a rezar el rosario mientras Cervantes se
batía el cobre frente a las delicias turcas y España volvió a parar a
los sarracenos a las puertas de Viena: y la reconquista vuelve a
empezar, que el gobierno actual con su ministerio de la oposición han
vendido sus deleznables servicios a los chinos y los moros que lapidan
mujeres y asesinan maricones por el hecho de serlo, y eso no está en
nuestra naturaleza que es la cultura, y que aunque lo disfracen de un
europeísmo basado en Hitler y Napoleón, el pueblo español ha salido a
las plazas a rezar el rosario: rápidamente el dinero de los sobornos a
los éforos ha corrido comprando a los más conspicuos y vehementes
aduladores del sistema, pero al pueblo se le engaña un rato: ya sabemos
que por donde cantan las sirenas navega Ulises y Leónidas le zumba a la
morería para que Europa sea lo que ahora es y muchas gracias a los
héroes del tiempo, que Leónidas y Cervantes no dieron su vida en vano y
ahora vuelve el dinero de los templos babilónicos a engrasar la
maquinaria de los éforos españoles y el pueblo sale a las plazas: y
ahora, con pobreza y humildad de nuevo, Leónidas dará su vida por
España, la gente rezará el rosario y apoyarán y volverá el esplendor,
que El Cid mira desde su caballo en la plaza mientras los éforos usan el
dinero para confundir a la gente hambrienta que ha salido a las plazas a
rezar el rosario porque los éforos venden su vida, su trabajo y la
cultura que no tienen al banco centra alemán para justificar la alianza
jacobina y hundir España, que desde Leónidas hasta hoy para bien y para
mal hemos tenido nuestra historia y no hemos jugado a aspirar a tener
dominio del mundo envidiando al vecino, porque nosotros somos los
envidiados: Leónidas morirá y no será más que un nombre, pero morirá
peleando y lo hará bien porque su conciencia está tranquila porque sabe
que su mujer le quiere y que no es su muerte lo que importa sino la
libertad.
¿Podría decirme que camino debo tomar para irme de aqui? preguntó Alicia; "eso depende, en mucho, del lugar al cual quieras ir" contestó el gato. "No importa mayormente el lugar" ; "en tal caso, poco importa el camino" "...en tal de que lleve a alguna parte..." "puedes estar segura de que todos los caminos conducen a alguna parte, en tal de que andes un trecho lo suficientemente largo"
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