jueves, 22 de abril de 2010

Neo

Ante un cambio del grado del que estamos padeciendo cualquier distorsión del sistema es lógica: sea financiera, sea lo que sea. El uso y disfrute de los “tiempos” de organización da medida de las necesidades del sistema y de la codicia: es incomprensible que la policía sí esté informatizada y no el sistema judicial. Hay que informatizarlo todo, aunque no sepamos para que: hay una especie de neoluditas que a toda innovación le oponen un pero, desde “esto es la era de mr. chip que nos va a quitar el trabajo“ de Miguel Ríos a las constantes deformaciones cientifizoides: si no hay contaminación ambiental, hay contaminación lumínica o “atenta al clima cambiático” da igual que todo se revele mentira: se revela el miedo a todo cambio y con una simple propuesta de un paraíso real que nunca llega, como la famosa revolución que decían los comunistas, que siempre hay un fallo por culpa de otro y la vida mejor nunca llega: vamos avanzando no al neolítico sino a un estado feudal de cuentos: una clase demasiado alta, una casta sacerdotal que será la burocracia, y los demás a callar.

Y lenta e inexorablemente van imponiendo ese modo.

2 comentarios:

Conrad López dijo...

En los estados feudales de cuento el rey chungo duraba menos que Cagaluto en el ayuntamiento (ayuntamiento no democrático, of course) y los subditos acababan siendo felices como las lombrices.

No, tío. No es de cuento, es de pesadilla.

Peggy dijo...

En los cambios se necesita mucha adaptacion a nuevas situaciones y eso asusta en general ....se empieza de cero y vuelta a empezar ......