viernes, 15 de marzo de 2013

Pinturas rupestres

 

El Guernica estaba en todas las paredes como símbolo de pertinencia, como definitorio, como las quinceañeras ponían ídolos barbilampiños; los mismos que denostaban los pósteres de ídolos barbilampiños, tenían el Guernica con el mismo trasfondo y sustento, son pinturas rupestres que indican la pertinencia a una tribu, con la vehemencia de la inmadurez e ignorancia sublimada en un papel otorgado a sí mismos en su leyenda personal; normalmente las de los ídolos barbilampiños ocultaron esa tenencia en su almario al querer parecer maduras; los del Guernica se crecieron conforme el tiempo los avasalla: y en su parámetro de autojustificación siguen en su adolescencia perpetuada y no queriendo ver nada más que su misma mismidad: y no me enseñes otra cosa ni me demuestres mi estupidez o te mato; nada quiero ver ni salir de esta situación, y todos los demás están equivocados: si me hacen ver mi error, si puedo los mataré, que no son de los míos, siendo esta categoría tan voluble y vehemencial como el propio decurso de la vida: pero somos más en la consigna y la obediencia, y como nos creemos que somos maravillosos, adelante: y como habían ganado las elecciones con toda la afección de cursilería, estupidez, propaganda, deseos insatisfechos y codicias sublimadas, le hicieron un sitio especial al Guernica en el Prado con unas medidas de Fort Knox y claro, es un cuadro de mucha categoría y merece un trato especial ¿que se habrán pensado Velázquez, Goya o Murillo? hombre, un respeto.

Los mismos que apenas poco antes despreciaban con gestos ostentosos y esparajismos ridículos a todo aquel que no adorara a los Beatles aunque ni sabían inglés ni ganas, pero había que adorar a los Beatles, igual que luego había que adorar a los cubanos llamándolos por su nombre “Silvio” como si fuera de toda la vida y acabaran de comer con él y por supuesto todo el mundo sabía quien era: menudo pelma, cursi y facilón colaron, vaya coñazo el pelmismo-leninismo, pero tanto despreciaban y tanta condescendencia a la gente normal, que acabaron no sabiendo nada, pero daban lecciones de todo: y del mismo modo que se burlaban de la gente que hablaba valenciano decidieron enseñarles a hablar valenciano “normalizando” el idioma y normalizando su subnormalidad: y para que el futuro no nos ahorquen por cursis, apuntémonos a la corrección política y creámonos diplomáticos florentinos y cardenales venecianos de lo culticios y maravillosos que nos encontramos a nosotros mismos: como somos más que los demás, dilapidamos toda la herencia recibida por consenso y el que venga detrás, que arree.

De tal modo el Guernica, los beatles, silvio y todas esas memeces se transmutan en identificadores tribales necesarios para ser asumido por el sistema.

Y avanzando el tiempo, aquí nos han traído: sabían de todo más que nadie, se lo había dicho su mama: así estamos y nadie busque culpas fuera.

Cuando los de la tribu de Efraím derrotados intentaban cruzar el río Jordán, encontraban a los de Galaad vigilando los vados: como habían perdido la batalla, todos negaban su adscripción ¿Eres efraimita? yo no. Vale: di Shibolet.

Y como no sabían decir shibolet, los apiolaban ahí mismo, porque sabían que no eran de los suyos: la diferencia de pronunciación los delataba.

LLenaron la realidad de shibolets que se los han acabado devorando: el shibolet de la mujer oprimida los pone en evidencia cuando se ve que aúpan a los opresores de la mujer si les conviene; su shibolet de la defensa de la cultura los pone en evidencia ante cualquier tema cultural o de estudios: como son científicos ignoran todo de la ciencia y la adoran como a un ídolo pagano; pero siguen intentando crear shibolets a cada día, y no ven que la realidad les ha impuesto su rigor y el shibolet que les ha puesto no lo han pasado; siguen ahí como zombis porque todos ya sabemos que nada son y para nada valen aunque hayan engañado a todos tantos años, y la codicia y el robo se justifican pero al tiempo se ve que para nada valen, nada son y la progrhez se configura así como la primera generación en la historia de la humanidad que deja menos herencia que la recibida.

Por eso están tan rabiosos.

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