Queremos puerto de mar. Nos sentábamos en las escaleras de la iglesia y el mundo empezaba a abrirse a nosotros que ávidos y soberbios adolecíamos a una madurez que llega diez minutos después, cuando mor de la red nos encontramos y nos toca darnos cuenta de que aunque seguimos siendo aquellos chiquillos que recitaban poesías frente a una pared, ya somos señores, más mayores de lo que lo eran nuestros padres entonces, pero nos resistimos y nos reímos mucho: a cuenta de esto y con la red establecida como casino universal trascendemos el tiempo y el espacio y volvemos a ser niños que quieren parecer hombres, y recreamos en la virtualidad una adolescencia que a veces va a la niñez y a veces a la madurez, y empezamos a poner videos de las canciones que escuchábamos y a recrear nuestro mundo con las palabras que nos conforman y organizan, y como un resorte salta todo el pueblo y se apuntan a esta sesión virtual de regresión a una infancia vivida y vívida, y como una gran plegaria colectiva el pueblo entero se subsume en un viaje al pasado maravilloso. Soy de Buñol, pero lo cierto es que estos días Buñol es Castroforte del Baralla, la patria de todos los españoles.
A cuenta de este rigor, y en ese rigor esta noche en Buñol se juntará muchísima gente en una fiesta que trasciende el tiempo y gusta a todo el pueblo: por azar, dimos con los resortes de lo más profundo del ser humano: la infancia, nuestra infancia, y todos la hemos compartido. Y todo el pueblo la ha compartido, disfrutado, y vivido en los grupos de la red, y eso ha sido la voz del pueblo, más allá de las miserias que a cada uno nos adornan: no estaré, pero será una gran juerga: ya me enteraré.
Esto, que ha sido por el empuje directo de la gente, y sólo se ha podido hacer porque si ha sido, ha sido porque todos se han implicado y divertido con ello, es la voz del pueblo: lógicamente los partidos políticos tiemblan ante esto, porque el pueblo deja de ser un objeto virtual de un discurso vacío y se materializa y manifiesta, y el pueblo es alegría y nada ceniciento ni sombrío, pero está en la naturaleza de la estructura política asustarse ante estas expresiones: nada preocupante, porque no va contra nadie y va a favor de todos; nada preocupante, porque esencialmente la gente es buena y quiere el bien suyo propio y hasta de su más odiado vecino, aunque sólo sea para poder seguir odiándolo; nada preocupante, porque a pesar de lo gris y siniestro de la política, Buñol es un pueblo de gente alegre y trabajadora, divertida y esencialmente honesta, y sabe perfectamente discernir entre las pequeñas disputas y cuando hay que estar: y en esas, todo el pueblo está, para todos, siempre.
Y esto me da una medida de prognosis de futuro: la evolución de la hégira de la política va a tener que ser, como es la blogosfera, abierta, pública, para todos y de las personas, una a una y con nombre y apellidos, a la vista y conformada para las personas, porque lo que realmente se ha reunido en la red y sido una atronadora aclamación es el Senatus Populusque Buñolensis, y cualquier persona, que en sí y en su derecho quiera dedicarse a la política en cualquiera de sus formas, ha de atender que esto es el pueblo expresándose, más allá de las pequeñas miserias y más allá de las tonterías partidistas y sesgadas: el pueblo habla, y no otra es la voz que se ha escuchado y la que se debe escuchar. Porque el camino al paraíso de todos los hombres es la infancia, debemos procurar a los que vengan una infancia mucho más bonita que la que nos fué dada.
2 comentarios:
Pues que viva por muchos años Buñol y sus gentes.
Te acabas de ganar entradas de primera fila para el tomate.
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