Gracias, Crispal.
Que un tipo de la altura ética e intelectual de Ignacio te tache de héroe a bocajarro, sin suavizar sus palabras fue para mí, más que un elogio, una exageración que agradecí con orgullo. De su biografía trazó algunas pinceladas que hacían adivinar una vida ajetreada huyendo de algo o buscando algo inalcanzable. Me pareció (es una impresión mía) que su corazón albergaba alguna cicatriz antigua no solventada. Quizás una mujer, una traición, un rechazo..., y un hombre que huye del recuerdo de un pasado feliz. Pero, notas biográficas aparte, Ignacio me transmitió afecto, quizás admiración, y sentí que, a pesar de su figura imponente y su voz cavernosa, en el fondo tiene un corazón de oro, es una persona noble (como se era noble antiguamente) y se puede confiar en él.
2 comentarios:
Queda para siempre en la columna derecha de La Galaxia.
La leche. ;-)
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