Certifica Álvarez Cascos la muerte del pp. La aberrante socialdemocracia murió el día que el pueblo echó abajo el muro de Berlín, y andan como zombis creyéndose en su flaqueza intelectual más que los demás, instalados en la soberbia, como corresponde a la poca longitud intelectual; manejados por la plutocracia, bien no han hecho, lo han roto todo y han saqueado a manos llenas: son la izquierda, muchas palabras, trabajar es pecado, que lo hagan otros, siendo la palabrería su único distintivo. Y dejan todo como un erial. Pero no darán cuentas, mirarán y señalarán los pequeños defectos de los demás, jamás reconocerán su error: eso es la esencia del mal.
Con Rub Al Kaaba creyéndose Lenin pero mejor en 1919, un tipo que debería estar en la cárcel haciendo compañía a González y Guerra junto con muchos otros por la muerte de Lasa y Zabala, que justificó la tortura y el crimen mientras denostaban a Pinochet por lo mismo, y pactando desde el estado con asesinos para justificar lo injustificable, con un partido de gente anonadada, han conseguido su objetivo: el funcionamiento como secta hará que ante su más que evidente fracaso se revuelvan y como fieras ataquen todo, jamás justificarán sus actos ni pedirán perdón: la izquierda todo lo arregla matando gente, la progrez lo justifica, el pp dirá fshfsh y nada más, porque ambos son partidos de izquierda, algo que murió en su nacimiento y sólo ha servido de coartada a vividores y haraganes y jamás ha producido ni consentido que se produzca nada bueno para la humanidad.
Un régimen socialdemócrata ponderado y pendulado como éste ha propiciado que se entregara el solar patrio, el trabajo de siglos el esfuerzo de la gente y la alegría al beneficio de las multinacionales, la plutocracia rompe todo y estos han vendido todo, por un plato de lentejas: miserias en todo caso, esclavos dando órdenes, hez, mierda.
El sistema va a cambiar: a ellos la historia ya los pone en su sitio, y no tienen ya quien les hable en la mesa comunal de tanto mal que han hecho: se han forrado y han hecho demasiado daño: el desprecio es su pan y su gloria, la historia los machacará, la realidad los juzga, uno a uno y ya se señala a los votantes como apestados: ese favor han hecho al bien común, son la hez.
Y no me va a convencer los numeritos que vienen ahora, de si los asesinos matan, pero poquito, de que el ala pp del psoe lo hace mejor, de que si elecciones, de si palabritas, de si ese ha robado, mientras esconden su botín, nunca mejor dicho: ahora esto ha muerto, y hay que extender el certificado de defunción antes de que su podredumbre nos infecte a todos: ese certificado lo ideal es extenderlo mediante multitudes furiosas con palos, y antorchas, y una causa general a la hez, con hogueras y quemados en vivo, para mayor espectáculo: toda tibieza irá contra quien lo haga, cual manda el hedor del vómito de la bestia.
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