Un cínico nefasto, ridículo, patán y demagógico va a presidir el desfile del día de la Hispanidad: un memo que tiene problemas de coordinación en sus gestos, que deploró el desfile, que sigue servilmente la política del predecesor a la vez que se somete al poder plutocrático, y dice que es presidente de España: es un alto ejecutivo de alguna multinacional siniestra, y además es el “original” creador de un nuevo paraministerio, para colocar a otro de la hez, que se llama la “Marca España” lo cual ofende a la humanidad: yo no juré la bandera de adidas ni defender la pizza torradellas.
Cientificiamente han subdivido España y degradado a que sea algo así como una fábrica de churros presurizados para poder venderla al mejor postor: conscientes de que han quemado la tierra siembran la confusión y subvencionan el crimen. A Rariano no hay que silbarle en el desfile: se les echan piedras, ruscos, cantos y guijarros y así él y el impostor vayan recibiendo el mensaje: dadle el recado.
También va a celebrar la progredumbre el día de la comunidad de vecinos valenciana con aspiraciones a suburbio: la palabrería inculta, de patán que quiere decir algo culto y no sabe ni vestirse: se celebran a si mismos en el día que se han dado a si mismos de ellos mismos mismamente con la constitución que se han dado a si mismos con sus mecanismos, y que casualmente coincide con la celebración del Reino de Valencia, y no con una subdivisión cientifista de España para poder medrar más los haraganes y robar más los arrimados, politicastros, sindicalistas, y progrhez en general.
Ya queda menos: con cualquier excusa se irán, todos, dejando esto como tierra quemada y a partirse la espalda el pueblo español: cuando se haya vuelto a levantar, volverán tras haberse fundido toda la pasta robada, encima lamentándose de que han sido oprimidos, reprimidos, comprimidos y constreñidos y exigiendo un protagonismo que no quieren reconocer en el saqueo de España.
Con esa gente sólo hay una cosa que celebrar: su forma de arder en hoguera pública.
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