En el espacio siempre hace frío, tierna, la Princesa Amidala tapa a un niño Anakin desorientado en el espacio exterior: el Gungan se da cuenta de todo; Amidala apenas dejó hace poco de ser niña, Anakin se hace en un mundo desorientado y confuso para él, sin una adecuada formación y con demasiadas premisas que no se han adecuado a su condición, su infancia, no asumida bien se impone y en el vigor de la juventud extrema no madura: quiere imponerse a la muerte sea como sea, por puro egoísmo, que no por amor, por no perder sus referencias personales e íntimas: por miedo.
“El miedo lleva a la ira, la ira lleva al odio, el odio lleva al sufrimiento. Percibo mucho miedo en ti" le conmina el maestro Yoda: no maduras si no te liberas del miedo, que forma parte de la condición humana, y por ende de la sabiduría: el miedo condiciona todo, el miedo es el aliado a batir. "Miedo, el miedo atrae al temeroso, al fuerte, al débil, al inocente, al corrupto. El miedo, el miedo es mi aliado" dice Darth Maul, y dice bien: el miedo es lo peor.
El miedo es producto de la ansiedad: por algo sucedido, por el temor a lo que sucederá, por la incertidumbre: es la inmadurez, si no controlas totalmente tu entorno no estás totalmente seguro, la obsesión del control pervierte a la persona en su frágil condición, por eso se hace evidente siempre: si no al presente, al tiempo; los celos, las madres protectoras queriendo controlar al milímetro, son manifestaciones del miedo, engarzado en el alma humana por la inmadurez: no se puede controlar todo; nunca controlamos nada, realmente. No podemos controlar nada, pero la especulación de la vida nos hace creer que lo controlamos, nuestro cuerpo, nuestra amada, nuestra vida, a nuestros hijos, una situación…. y es una ficción abominable, porque nada controlamos: pero así lo creemos, y esa obsesión por el control proviene y acentúa la ansiedad, el miedo; y de ahí entran por todas las puertas las enfermedades mentales, porque la obsesión por el control total es ponerse en el lugar de Dios y ser omnisciente, porque nadie es Dios, ni siquiera los que se declaran ateos, que confiesan ser dioses de sí mismos, realmente.
El miedo atenaza la mente y se manifiesta, evidentemente en algunas situaciones, y la capacidad de respuesta inmediata es producto de la trayectoria del individuo; la asimilación del momento y la sensación forma parte de la madurez, o de la inmadurez.
Y predomina la inmadurez, porque nadie se ha deshecho de su leyenda personal y pervierte la realidad para acomodarla a su percepción degradada, y por eso el miedo: te enfrentas a la situación en la realidad que en tu ensoñación has visto perfecta, pero la realidad no es tu ensoñación y entonces el miedo domina, porque nunca te has liberado de él.
El miedo es producto de la ansiedad que es producto de la inmadurez, porque permaneces en la leyenda personal y no te encajas en la realidad: por eso se ha fomentado la difusión de drogas, los vicios, la despersonalización: ahora, todos acogotados por miedo, eso interesa al sistema, a esa oligarquía hedionda y nauseabunda.
La dimensión del miedo nunca se corresponde con aquello que lo proyecta, con la amenaza a batir: por eso todo se desproporciona, desmedido, erróneo: porque se aumenta y aumenta en la confusión que genera y se genera, y todo lo lleva al traste: la confusión, el arma del diablo; el miedo, la proyección de la ansiedad; la ansiedad, tan presente en nuestros tiempos: el mal manipulándolo todo por pura perversión, sin ningún beneficio real sino sólo buscando la destrucción, porque la codicia también es una proyección del miedo en la soberbia, el pecado original.
Por eso todo el sistema de enseñanza se basa y fundamenta ahora en el miedo, no el conocimiento o la virtud, sólo en el miedo, sólo en la dualidad premio-castigo que en la máxima expresión histérica se traslada a las relaciones personales, desvirtuándolo todo, ensuciando la belleza de la vida.
Porque si una persona madura y se libera del miedo, es un hombre libre y eso esta repugnante socialdemocracia lo abomina: la libertad es la gran conquista de cada uno, la hez intenta impedirlo, y a muchos nos proscribe por que podemos ser perniciosos: la libertad es el enemigo.
"Tu enfoque determina tu realidad" dice Qui-Gon Jinn a Anakin; "Concéntrate en el momento. Siente, no pienses, usa tu instinto" porque la vida es a cada momento, pero para percibir cada momento conviene liberarse de la ansiedad, del miedo, y para ello hay que haber madurado, porque nos va la vida en ello, y el precio de la vida es la propia vida.
En el espacio hace frio; el frío condiciona la navegación.
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