Lo estudié en matemáticas: en cierta medida soy un especialista en catástrofes naturales: Riadas, situaciones de emergencia sobrevenidas, incendios…y me interesé por el tema, las catástrofes en mariposa suelen ser las más habituales.
Y va pasando el tiempo que me convierte en su víctima y aliado, como pasa el rio, y ella se lava el pelo y no está y vas viendo, y vas viviendo:
no existen las catástrofes naturales.
Un terremoto por espectacular que sea es algo normal, como un volcán, como una riada, más o menos esperados o más o menos extraordinarios pero no son catástrofes: son procesos normales: la mayoría de los climáticos, explicables con las ecuaciones de Lorentz de la teoría del caos, que tan mal leídas e interpretadas han sido para adecuarlas al cambio climático inexistente: porque si algo demuestra la teoría del caos, es que si algo es cambiante, no es fijo, y si es fijo, no es cambiante: decir que algo que cambia es cambiante y en base a ello montar toda la catástrofe que han montado con el clima cambiático, es de pobres de espíritu.
La catástrofe siempre es algo humano; a consecuencia de algo sucede una catástrofe; algo inesperado y malo le pasa a demasiada gente (y siempre es demasiada gente) y es lo que pasa en Haití: sin solución de continuidad el ejército ha de tomar el poder y empezar a actuar: por lo que yo sé, el ejército brasileño y el de Estados Unidos lo han hecho y lo están haciendo muy bien.
Algunas catástrofes son predecibles: las riadas por ejemplo, incluso incendios (siempre y cuando pueda yo trabajar tranquilo, claro) y en el momento en que a nadie le pase nada, no es catástrofe, sino algo que ha pasado.
Y como todo el mundo sabe, una hecatombe es matar a cien bueyes.
Y como en todo aquello que tanto se adjetiva para desvirtuar su significado, ya han aparecido, in situ y aquí, y supongo que en todas partes, los que saquean, roban, y aprovechan la desgracia para medrar: los bancos cobrando comisiones de la gestión de las ayudas; y a nadie se le cae la cara de vergüenza: y más vividores del asunto: la emisora de radio de Venezuela ha demostrado que por la radiación electromagnética de los satélites americanos se generan hipocampos (que se ve que no saben que son caballitos de mar y se creen que son grandes campos) y que alineados según el horóscopo con ascendente en descendencia, provocan terremotos: esto, según ellos, es el ensayo para la invasión de Irán.
Hay otro que ha demostrado que el terremoto y demás es por culpa del cambio climático: me niego hasta a buscar el enlace, está en el Reader de la columna derecha; habrá quien saque las huchas del Domund y se quede si no todo una parte, y habrá ONG que hará su agosto a cuenta de la desgracia ajena.
Es lo que hay: la catástrofe es la humanidad.
Hay que empezar a elaborarnos las arcas de supervivencia espiritual en estos tiempos de zozobra, como ha sugerido Séneka, porque si no, al final sumergidos en esta realidad adjetivada hasta el exceso y mal hablada, peor entendida pero muy confusa y forzando a la violencia, no sabremos ni nuestra identidad: nos robarán hasta el nombre, harán copias de todo y se lo atribuirán porque ellos estarán autorizados por el poder establecido.
Eso sí: apuntad, luego no digáis: los neopalabros de la neolingüa que ahora van ponerse de moda son: proactivo, sostenible (y jamás sustentable) y ya el máximo ninguneo: “es que eso está muy sobrevalorado” siempre y cuando claro no hablemos de lo políticamente correcto.
La realidad espeluzna.
3 comentarios:
Como te comentaba, la idea de las arcas es de un amigo mío. En una ocasión él decía:
"Yo no sé si, a estas alturas, podemos hacer algo para salvar los trastos. No lo sé. Sin embargo sé que cuando el diluvió exterminó la tierra y a todos los seres vivientes de su faz, sólo los que entraron en el el Arca fueron salvos.
¿No nos interesaría entonces construir pequeñas Arcas, pequeñas comunidades conscientes de lo que está pasando, en las que salvar lo que podamos? Pues aún no tenemos las naves construídas y nos estamos metiendo en agua."
Me apunto tus previsiones para la neolingua.
Es raro que un terremoto en sí mismo mate a nadie. Lo que mata son las casas hechas por los humanos desplomándose sobre los mismos humanos. Las riadas se llevan las construcciones ilegales o que deberían ser ilegales según la ley, que están donde no deben... Así todo.
Siempre hemos vivido en la catastrofe, lo que adormecidos por el soma hoy nos sorprendemos cuando el suelo que tiene que agrietarse se agrieta. Para sobrevivir hay que tener los pies en la tierra y para sabervivir hay que saber esperar la muerte con una sonrisa.
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