Bienaventurados

Los gansos.

¿ha dicho los gansos?

¿tu tienes un ganso?

“es una metáfora”

Cuando en la vida de Brian acuden al sermón de la montaña, desde el final nadie oye nada y cada cual interpreta lo que le da la gana; luego la vida sigue: que mas da un crucificado…en ese momento: cuando me argumentaban la estupidez del libro aquel del código da Vinci siempre era la misma conversación:

-¿crees que somos tan distintos de los de antes?

-No

Entonces, si Cristo, algún apóstol, o algo así hubieran tenido algún lío sexual, ¿no habría perdurado el cotilleo hasta hoy?

-Tu lo que pasa es que eres un facha.

La gente no puede asumir su propia vida y necesitan el mayor referente posible para autojustificarse: en vez de adecuarse a la virtud, adecuan los referentes a su necesidad porque se saben falibles, y fallados.

Si, bienaventurados los gansos.

Los políticos saben –saben, con toda la certeza del mundo- Que sus palabras son historia en estado puro, y en su humildad lanzan mensajes evangélicos y silencios atronadores: y creen que la gente les interpreta su estupidez de tonto de pueblo como si fueran auténticas lumbreras: el tontaina de zp suelta lo del viento, y se cree más que Cristo (ya lleva muchas referencias al evangelio, modificándolas, para darse pisto) mientras pone cara de profeta de la verdad absoluta recién llegado de Raticulín.

Menos mal que tenemos a la Pajín que nos lo explica, y a Pepiño el de los palotes que nos aclara los concetos.

Y la gente, vehementemente defiende al tontolaba éste.

Pues en la misma anda el PP : Rajoy evangélicamente, cada cierto tiempo lanza un discurso (él sabe que las generaciones venideras lo estudiaran, antes que a Churchill, y en el mismo rango que al Evangelio) y sabe que a partir de ese momento todas las aguas se encauzan, como se separaron las del mar Rojo, y todos comprenden SU enorme grandeza de líder elegido por sí mismo y con el beneplácito de su mamá.

Me temo que toda la política española está llena de mamás, como la de Ignatius J. Reilly.

Y en esas andamos: bienaventurados los gansos.