En verdad en verdad os digo que hay demasiada santidad en este Santo Varón.
Se cumplen hoy años de la proclamación de la santidad de San Ignacio de
La Galaxia: es por esto que hoy os ilustraré con la vida de tan Santo
Varón, ejemplo ejemplar y próbido delicuescente, para asombro de las
generaciones venideras.
En aquel tiempo, andaban los corintios haciendo capiteles, por todas las
capitales, que les faltaban unas epístolas para ir poniéndose en solfa,
¿y que es un corintio sin un par de epístolas? y en las
capitales proliferaban los profetativos profetizando aquí y allá
mientras los epistoleros estaban en el saloon, y entre capitel y
capitel, Corin Tellado manuscribía epístolas, cuando en un recodo de la
realidad las vicisitudes se alinearon en conjunción de astros, y los
profetas a coro proclamaron la buena nueva: no sólo se le debe rezar,
sino que si días como hoy se le invoca con recogimiento y contrición,
acontecen esparajismos en loor de alharacas. Entre líquidos libidinosos,
vaginas voraginosas, y piernas sin sentido, andaban los tiempos cuando
San Ignacio en La Galaxia sufría, sufría profundamente, pero aun así.
Lacerado por la pátina del tiempo y supurando por las llagas, entre
pátinas y patines y supuraciones pestilentes no dejaba de acometer su
cometido: llagado el momento, se dedicaba con pasión ascética a contar
las piernas que le faltaban a las mujeres, y él disponía lo necesario
para enmendar esos dislates. ¡Santo Varón!
Siempre atento a toda doncella desabrida, encaminaba sus pasos a la recuperación de honras y a encaminar por los caminos, cuando no se peinaba para que los barcos no se hundieran; no contento con ello, con los restos de los naufragios, inventaba amaneceres para los pobres, que agradecidos le cantaban loas bajo su ventana. Como no podía dormir, en esos ratos de recogimiento (de piedras, para tirárselas a los de las loas) consiguió inventar el pararrayos con mando a distancia que se conectaba bluetooth por usb ¡Santo Varón!
Enmendando dislates de piernas de las féminas, que tanto le deben y a las que tanto se entregó, le fue anticipada la llegada de su hora: mediante una alarma en su ordenador supo que debía abandonar las pompas y fastos de este mundo. Regaló las pompas a un grumete y un fasto que le quedaba suelto lo aplicó en enmendar las cuitas de las buenas gentes a su alrededor ¡Santo Varón! Postrado en el lecho de una vecina, preparó el tránsito adecuadamente, dejando precisas instrucciones acerca de cuál es el método infalible para contarle las piernas a las señoras en su Epístola a los Blogeros “Posteandum progressium ab amare multitudine” falleció tal día como hoy, pero otro año.
Siempre atento a toda doncella desabrida, encaminaba sus pasos a la recuperación de honras y a encaminar por los caminos, cuando no se peinaba para que los barcos no se hundieran; no contento con ello, con los restos de los naufragios, inventaba amaneceres para los pobres, que agradecidos le cantaban loas bajo su ventana. Como no podía dormir, en esos ratos de recogimiento (de piedras, para tirárselas a los de las loas) consiguió inventar el pararrayos con mando a distancia que se conectaba bluetooth por usb ¡Santo Varón!
Enmendando dislates de piernas de las féminas, que tanto le deben y a las que tanto se entregó, le fue anticipada la llegada de su hora: mediante una alarma en su ordenador supo que debía abandonar las pompas y fastos de este mundo. Regaló las pompas a un grumete y un fasto que le quedaba suelto lo aplicó en enmendar las cuitas de las buenas gentes a su alrededor ¡Santo Varón! Postrado en el lecho de una vecina, preparó el tránsito adecuadamente, dejando precisas instrucciones acerca de cuál es el método infalible para contarle las piernas a las señoras en su Epístola a los Blogeros “Posteandum progressium ab amare multitudine” falleció tal día como hoy, pero otro año.
Y es por esto que los días en la galaxia amanece. Santo varón.
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