If

Traicionado por los amigos, por la novia que actúa según conveniencias, por su país, Dantés encuentra en la mazmorra del castillo de If entre andrajos y miseria la clave y el tesoro.

Se llenan las calles de las ciudades: la vergüenza hace que los españoles minimicen ante todos el tamaño de su desgracia y la inicuidad del sistema; se retraen, y la gente se retrae, conscientemente y poco a poco, van dejando de lado al caído en desgracia, con todo tipo de justificaciones del propio sistema de relaciones y de vivencias, con la autocompasión se va dejando de lado al caído; se va excusando el abandono, se le va dejando de lado de un sitio social que ocupaba y que por vergüenza de nuevo no va a reclamar; cuando la caída es estrepitosa y lo pierden todo acaban en el metro, bajo el puente; en la calle.
Mantengo la percepción de que cuando alguien cae lo que hace es ir bajo el puente de otra ciudad, para no ser reconocido por su ambiente, por su sociedad, por la vergüenza.

España se llena de vagabundos en el mismo tiempo que no se le cae la cara de vergüenza al borbonismo socialista. Es la peste borbónica.

No es el tesoro de la isla de Montecristo lo que le transmite entre la miseria de la mazmorra a Dantés, es la clave de comprensión de la actitud humana en su condición, a distinguir lo aparente de lo veraz, a ver el fondo del alma de la gente, tan obscura, tan miserable.

En Borgidas contaría que en un vagabundo está la clave de como se cayó en la crisis, y que mantiene el conocimiento de aquello que podría acabar con ella, mientras gira la esquina del callejón y no lo vuelvo a ver; en la realidad está la clave de que muchísima gente conoce ya la miseria humana y su condición cobarde de la amistad y la relación, habiendo preferido haberse hecho a un lado, y conocen las claves de comportamiento de subir, y de bajar, y pueden enseñar a subir socialmente con todas las triquiñuelas ejercidas, y sufridas, meditadas en la soledad de la intemperie.

España es la mazmorra del castillo de If; Si no consiguen ejecutar a Dantés, transmitirá con el mismo rigor que ha recibido la clave de la maldad y la miserable condición humana, y mucha gente va aprendiendo lecciones que le van siendo dadas, ese es el tesoro de la isla de Montecristo, y les va a estallar en la cara a todos porque no hay un sólo prisionero, hay muchos españoles en la clave, en posesión del secreto.