En lo alto del monte del Perdón hay una composición escultórica, donde te haces la foto. Entre dos molinos, en un gigantesco parque eólico.
Todo el mundo veía gigantes.
Era el gran triunfo del pequeño Goliath ecologista frente a las todopoderosas nucleares, era el choque de la todopoderosa industria del carbón frente al todopoderoso petrodólar; era un gigantesco avance de la humanidad, era un retroceso en el avance energético, igualmente gigantesco; era un atentado contra EL paisaje, era una renovación: fuera lo que fuera, era enormemente gigantesco.
Sólo había molinos.
1 comentario:
¿Verdad que hasta resulta obsceno? Y desde luego una horterada como la copa de un pino.
Un saludo
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