LLamarse Ignacio es como ser de Buñol, naces con ello y has de apechugarlo, por tus pecados, o para obligarte a ser humilde.
La iglesia de San Ignacio en Roma, y muchos otros monumentos han sido fotografiados por la empresa Hal 9000.
La peculiaridad es que son fotos de alta definición: 9.85 Gigapixeles.
Son fotos navegables de un nivel de definición impresionante.
Noticia vía Backfocus; aquí Hal 9000.
El que vale, vale, y el que no, mártir del Japón: eso es el original del dicho habitual. San Francisco Javier, segundón de segundones y encantado de serlo asumiendo su condición, marchó a evangelizar el Japón. Luego hubo episodios gloriosos, como cuando se obligó a abjurar del catolicismo a todos los funcionarios del mikado: como no encontraban una fórmula lo suficientemente expeditiva, se les hizo abjurar del catolicismo con una fórmula de un funcionario imperial: “juro por Dios padre, hijo y espíritu santo que abandono el catolicismo…..” y ale, todos a negar el catolicismo en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo. Parece un ejercicio literario, pero es historia en estado puro, cuando tenga la referencia a mano os la pondré si eso. Los Jesuitas (aquello eran jesuitas, aquello eran curas) trajeron a la civilización el Tao te Kin, el I Chin y demás artefactos culturales que se asumieron a la propia cultura, aunque la progrez se lo apropie como negación del catolicismo, forman parte de los libros sagrados: leyendo los libros sagrados se accede a la percepción de la naturaleza de la cultura, y no a ese mandarinato al que nos quieren someter: últimamente me siento muy aldea gala.
Mandarines, porque aquí todos acceden al mandarinato y no hay la suficiente memoria histórica para ser la señorita del abanico (paseando por el fresco rio) y ser objeto de deseo y atención: aquí todos mandarines, todas mandarinas o todos accediendo a los rangos del mandarinato: sea político, sea universitario, sea el que sea: se establece un mandarinato en cada momento y a cada ocasión para poder cumplir la taxonomía y acceder a la escala que te dará acceso a ser mandarín de ti mismo: y en ello andamos, nadie es senshei ni nadie es libre; todos accediendo a una escala de rangos ceremoniales confusos para poder ser mandarines: sea de la comunicación, sea de lo que sea, todos quieren ser mandarines, y lo que es peor; todos buscan caudillos y ser acaudillados, y aquí ya ninguno de los que se postulan vale, ninguno de los que vale se postula.
Segundones que no asumen su condición, paranoias delirantes compartidas, mandarines y escalas jerárquicas que solo se justifican en si mismas y en la vanidad, esto es lo que conforma España hoy. Y ha de llegar Septiembre: será el auténtico otoño caliente.
El hombre del saco se paseaba por Sabadell aterrando madres y jugando con niños. San Ignacio hoy sería anatemizado por esta sociedad hedionda.
Los obispos armados perseguían militarmente y pasaban a cuchillo a los salteadores que molestaban a los peregrinos a Santiago: luego iban, daban misa y eso, gente de bien: nada que ver con la clerecía actual española: son la proyección de lo que quieren que sean la propaganda anticatólica. Los católicos sumidos cada día más en el desconcierto, lo cual, parece ser que es lo que interesa a la conferencia episcopal S.A. Mientras tanto, la gente que busca en su fe y en el catolicismo sosiego a sus inquietudes, se tiene que esconder de la jerarquía eclesiástica: San Ignacio y Santa Teresa se escondieron de la jerarquía de la época: “ándese con prudencia vuesa merced, que andan los tiempos recios” y los dos andaban escondiéndose de la inquisición.
Aquel que tenga inquietudes, zozobras, desasosiegos, y quiera beneficio espiritual, vaya a las fuentes más clásicas: el Evangelio, Santo Tomás, Santa Teresa, San Ignacio: la iglesia católica en este momento está poseída. Toda, sin excepción. Indefendible.
Para la serie de tv “Cosmos” de Carl Sagan, Vangelis hizo la música: la obra, con perspicacia la llamó “Ignacio”
AMDG.
2 comentarios:
Precisamente ayer compré los Ejercicios Espirituales en una librería de viejo. Feliz día de tu Santo, Ignacio.
Orlando
Muchas gracias, te echaba de menos.
Tienes un enlace a los originales en la columna derecha aquí.
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