De un tocón me ha salido un brote: a D. Antonio le habría asombrado su vis profética
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
pero con alegría y sin asombro he visto el brote del tocón y el júbilo se ha apoderado del día: andaba haciendo leña. Un brote minúsculo, en un tocón de un limonero que fué cortado hace, al menos, sesenta años; el Padre de Peregrino, el Dorado, amojonó un limonero: yo había dejado a la vista la raíz para ver el proceso: con una rama, la subsumió bajo una raíz, así la fijó al suelo y arraigó. Ese limonero ahora parece seco (y sólo admitiré parece) y junto a él, este tocón, que ni tenía “fichado” me asombra con un brote.
Hago con un brote recién salido que crezca en horizontal para amojonarlo desde otro limonero, y ahora descubro esto: no es baladí, los limones son deliciosos, y no me vale cualquier árbol de todo a cien, mis limones son de estirpe.
Voy viendo como el trabajo da frutos con estos milagros que de tan evidentes tendrán hasta explicación científica. Pero de un tocón oculto me sale un brote. Milagros suceden.
Buñol está muy seco: en los altos de los montes he visto pinos secos en un paseo con Javier, y el río donde nos bañábamos de jóvenes, deplorable en su abandono y dejadez: lo que han hecho en Los peñones con tanto concejal, y tanta protección al medio ambiente, es digno de ejecución sumaria.
En la plaza, Peregrino sigue tratándome como al niño al que enseñó a cavar, y me encanta; el padre de CHardan me riñe porque he expurgado (esporgado) demasiado, y todos olvidan que aprendí, con ellos al lado, y de ellos, y que si lo hago es por alguna razón. Y hay un mantra que oigo en toda conversación: hay demasiada sequedad porque no llueve.
Claro no llueve y la tierra está muy seca.
Porque no llueve.
Y todos acordes en ello, y todos en un acuerdo conversacional sobre la lluvia: los más jóvenes me retan a decir otra causa, los mayores lo saben, que es porque no llueve, los listillos me hablan de las aguas subterráneas (que sólo ellos conocen por donde discurren) y los ecologistas apoyan la razón de la lluvia.
Y yo callo, no asiento.
Porque en breve espacio de tiempo para lo que es la geología, demasiado breve, se ha certificado un aserto mío:
Si se continúa con la erosión laminar y se hace el túnel, habrá problemas de agua.
Y hay problemas de agua.
Y esto fué en el 2011.
Porque el manantial de San Luis ni crece ni mengua, pero sí hay concejales que alardean de haber beneficiado a empresas con conducciones específicas, y se hizo el túnel, y aquí ya la impudicia en la ejecución del gobierno del pueblo es norma, y la sensatez es algo que quedó escondido en algún remoto lugar del que nadie recuerda el sitio preciso.
Pero yo escribí
“Habrá problemas de agua en Buñol”
Hay problemas de agua en Buñol.
Y no es la lluvia.
Y ante la indolencia sesteante del partido de la oposición el tripartito “Buñol 2000” (IU, PSOE, y una sucursal de IU) sigue cometiendo desmanes, despreciando a la historia, y al trabajo de los hombres, con sus aberrantes ejecuciones en el castillo: lo han enlucido de rosa, de manera que ahora desde donde se veía castillo, si no lo sabes, ni lo adivinas; se oscurece el castillo al anochecer, y se ilumina un amago de media luna que quiere ser una escultura y sólo es una excusa de un dispendio para forrar a un indolente; ejecutaron el túnel contra la voluntad de los vecinos y despectivizándome públicamente por el informe que (gratuitamente) entregué al pueblo sobre el impacto que tendría tal obra.
Pero hay problemas de agua.
Y “es que no llueve” y nadie queriendo citarme, ni queriendo pensar argumentos; como un mantra “es que no llueve” y con el pueblo lleno de contadores de agua (en Buñol el agua es gratuita desde que mi tatarabuelo, mi bisabuelo y mi abuelo trazaron las conducciones y sus normas higiénicas en Buñol) y resulta que un concejal gastó un dineral en poner tomas de contadores en las puertas de las casas, pero la configuración del sistema de distribución de aguas, al desconocerlo y no haberme consultado, no lo conocen realmente, y lo que hacen de obra nueva es además de feo, estulto y aberrante; y si sumamos que “por supuesto” que nada de lo que yo escribí vale, ni nada de lo demostrado por el tiempo, la sequia es “por la lluvia” y no les queda más remedio que…….
Con las consiguientes destrozas higiénicas: desde hacía cien años que mi abuelo erradicó enfermedades, no había leishmania en Buñol: ahora la hay.
Va a ser el clima cambiático. O es que que no llueve.
Me temo que andan ya negociando la privatización de la gestión del agua en Buñol, para sangrar aun más a un pueblo exangüe, para cortar el agua a la gente, y para enseguida privatizarlo para obtener las consecuentes plusvalías, regalías y dinero para ordalías, aprovechando la pertinaz sequía, con lo cual tendremos aún más desgracias de las que ya padecemos en España, que no son pocas, y en un pueblo en el cual todo se configura alrededor de un manantial y un castillo, destrozan el castillo, y querrán anegar el manantial.
Los bárbaros al tomar Roma lo destruían todo porque no lo entendían, eso es fácil; cuesta mil años hacer un huerto, una centuriación, un sistema de riego y de agua potable corriente para la gente, y un sistema de alcantarillado que han evolucionado siguiendo la Lex Augusta hasta que llegaron a modernizarlo todo (¡que atrasado soy, madre mía!) y ahora todo es efímero, de obsolescencia programada, y claro hay que “repensar” el tema de agua, previa una somanta de propaganda constante a lo largo del tiempo, con negritos y moscas y eso, “poner en valor” el tema del agua, “concienciar” a “la ciudadanía” de su importancia, y entonces “no nos queda más remedio” que cobrar por el agua; y luego “por una mejor gestión” a privatizarlo. La excusa de la Aguirre para convertir Madrid en la casa de putas de Europa es que “había muchos puestos de trabajo” si, de puta, macarra y camello.
Y ahora los mismos que han anegado balsas, se cargaron el acueducto, destrozaron la trama de distribución de agua en Buñol, son los que van a dar una imaginativa solución maravillosa a la par que científica, que pasa por que paguéis por lo que jamás se ha pagado y jamás se debería pagar.
Porque de los problemas de la distribución de agua en Buñol, del trazado y de todo su recorrido, curso, forma y fundamento hay una persona en el mundo que lo sabe todo, al dedillo, y sin óbice ni cortapisa: yo.
Y en Buñol todos lo saben: pero la damnatio memoriæ me la han aplicado en vida.
Me temo que no es Buñol, lo triste es que hablo de toda España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario