jueves, 31 de julio de 2014

Gaudium magnum

En verdad en verdad os digo que hay demasiada santidad en este Santo Varón.
Se cumplen hoy años de la proclamación de la santidad de San Ignacio de La Galaxia: es por esto que hoy os ilustraré con la vida de tan Santo Varón, ejemplo ejemplar y próbido delicuescente, para asombro de las generaciones venideras.
En aquel tiempo, andaban los corintios haciendo capiteles, por todas las capitales, que les faltaban unas epístolas para ir poniéndose en solfa, ¿y que es un corintio sin un par de epístolas? y en las capitales proliferaban los profetativos profetizando aquí y allá mientras los epistoleros estaban en el saloon, y entre capitel y capitel, Corin Tellado manuscribía epístolas, cuando en un recodo de la realidad las vicisitudes se alinearon en conjunción de astros, y los profetas a coro proclamaron la buena nueva: no sólo se le debe rezar, sino que si días como hoy se le invoca con recogimiento y contrición, acontecen esparajismos en loor de alharacas. Entre líquidos libidinosos, vaginas voraginosas, y piernas sin sentido, andaban los tiempos cuando San Ignacio en La Galaxia sufría, sufría profundamente, pero aun así. Lacerado por la pátina del tiempo y supurando por las llagas, entre pátinas y patines y supuraciones pestilentes no dejaba de acometer su cometido: llagado el momento, se dedicaba con pasión ascética a contar las piernas que le faltaban a las mujeres, y él disponía lo necesario para enmendar esos dislates. ¡Santo Varón!
Siempre atento a toda doncella desabrida, encaminaba sus pasos a la recuperación de honras y a encaminar por los caminos, cuando no se peinaba para que los barcos no se hundieran; no contento con ello, con los restos de los naufragios, inventaba amaneceres para los pobres, que agradecidos le cantaban loas bajo su ventana. Como no podía dormir, en esos ratos de recogimiento (de piedras, para tirárselas a los de las loas) consiguió inventar el pararrayos con mando a distancia que se conectaba bluetooth por usb ¡Santo Varón!
Enmendando dislates de piernas de las féminas, que tanto le deben y a las que tanto se entregó, le fue anticipada la llegada de su hora: mediante una alarma en su ordenador supo que debía abandonar las pompas y fastos de este mundo. Regaló las pompas a un grumete y un fasto que le quedaba suelto lo aplicó en enmendar las cuitas de las buenas gentes a su alrededor ¡Santo Varón! Postrado en el lecho de una vecina, preparó el tránsito adecuadamente, dejando precisas instrucciones acerca de cuál es el método infalible para contarle las piernas a las señoras en su Epístola a los Blogeros “Posteandum progressium ab amare multitudine” falleció tal día como hoy, pero otro año.
Y es por esto que los días en la galaxia amanece. Santo varón.

domingo, 27 de julio de 2014

De razón hidro lógica

De un tocón me ha salido un brote: a D. Antonio le habría asombrado su vis profética
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
pero con alegría y sin asombro he visto el brote del tocón y el júbilo se ha apoderado del día: andaba haciendo leña. Un brote minúsculo, en un tocón de un limonero que fué cortado hace, al menos, sesenta años; el Padre de Peregrino, el Dorado, amojonó un limonero: yo había dejado a la vista la raíz para ver el proceso: con una rama, la subsumió bajo una raíz, así la fijó al suelo y arraigó. Ese limonero ahora parece seco (y sólo admitiré parece) y junto a él, este tocón, que ni tenía “fichado” me asombra con un brote.
Hago con un brote recién salido que crezca en horizontal para amojonarlo desde otro limonero, y ahora descubro esto: no es baladí, los limones son deliciosos, y no me vale cualquier árbol de todo a cien, mis limones son de estirpe.
Voy viendo como el trabajo da frutos con estos milagros que de tan evidentes tendrán hasta explicación científica. Pero de un tocón oculto me sale un brote. Milagros suceden.
Buñol está muy seco: en los altos de los montes he visto pinos secos en un paseo con Javier, y el río donde nos bañábamos de jóvenes, deplorable en su abandono y dejadez: lo que han hecho en Los peñones con tanto concejal, y tanta protección al medio ambiente, es digno de ejecución sumaria.
En la plaza, Peregrino sigue tratándome como al niño al que enseñó a cavar, y me encanta; el padre de CHardan me riñe porque he expurgado (esporgado) demasiado, y todos olvidan que aprendí, con ellos al lado, y de ellos, y que si lo hago es por alguna razón. Y hay un mantra que oigo en toda conversación: hay demasiada sequedad porque no llueve.
Claro no llueve y la tierra está muy seca.
Porque no llueve.
Y todos acordes en ello, y todos en un acuerdo conversacional sobre la lluvia: los más jóvenes me retan a decir otra causa, los mayores lo saben, que es porque no llueve, los listillos me hablan de las aguas subterráneas (que sólo ellos conocen por donde discurren)  y los ecologistas apoyan la razón de la lluvia.
Y yo callo, no asiento.
Porque en breve espacio de tiempo para lo que es la geología, demasiado breve, se ha certificado un aserto mío:
Si se continúa con la erosión laminar y se hace el túnel, habrá problemas de agua.
Y hay problemas de agua.
Y esto fué en el 2011.
Porque el manantial de San Luis ni crece ni mengua, pero sí hay concejales que alardean de haber beneficiado a empresas con conducciones específicas, y se hizo el túnel, y aquí ya la impudicia en la ejecución del gobierno del pueblo es norma, y la sensatez es algo que quedó escondido en algún remoto lugar del que nadie recuerda el sitio preciso.
Pero yo escribí
Habrá problemas de agua en Buñol
Hay problemas de agua en Buñol.
Y no es la lluvia.
Y ante la indolencia sesteante del partido de la oposición el tripartito “Buñol 2000” (IU, PSOE, y una sucursal de IU) sigue cometiendo desmanes, despreciando a la historia, y al trabajo de los hombres, con sus aberrantes ejecuciones en el castillo:  lo han enlucido de rosa, de manera que ahora desde donde se veía castillo, si no lo sabes, ni lo adivinas; se oscurece el castillo al anochecer, y se ilumina un amago de media luna que quiere ser una escultura y sólo es una excusa de un dispendio para forrar a un indolente; ejecutaron el túnel contra la voluntad de los vecinos y despectivizándome públicamente por el informe que (gratuitamente) entregué al pueblo sobre el impacto que tendría tal obra.
Pero hay problemas de agua.
Y “es que no llueve” y nadie queriendo citarme, ni queriendo pensar argumentos; como un mantra “es que no llueve” y con el pueblo lleno de contadores de agua (en Buñol el agua es gratuita desde que mi tatarabuelo, mi bisabuelo y mi abuelo trazaron las conducciones y sus normas higiénicas en Buñol) y resulta que un concejal gastó un dineral en poner tomas de contadores en las puertas de las casas, pero la configuración del sistema de distribución de aguas, al desconocerlo y no haberme consultado, no lo conocen realmente, y lo que hacen de obra nueva es además de feo, estulto y aberrante; y si sumamos que “por supuesto” que nada de lo que yo escribí vale, ni nada de lo demostrado por el tiempo, la sequia es “por la lluvia” y no les queda más remedio que…….
Con las consiguientes destrozas higiénicas: desde hacía cien años que mi abuelo erradicó enfermedades, no había leishmania en Buñol: ahora la hay.
Va a ser el clima cambiático. O es que que no llueve.
Me temo que andan ya negociando la privatización de la gestión del agua en Buñol, para sangrar aun más a un pueblo exangüe, para cortar el agua a la gente, y para enseguida privatizarlo para obtener las consecuentes plusvalías, regalías y dinero para ordalías, aprovechando la pertinaz sequía, con lo cual tendremos aún más desgracias de las que ya padecemos en España, que no son pocas, y en un pueblo en el cual todo se configura alrededor de un manantial y un castillo, destrozan el castillo, y querrán anegar el manantial.
Los bárbaros al tomar Roma lo destruían todo porque no lo entendían, eso es fácil; cuesta mil años hacer un huerto, una centuriación, un sistema de riego y de agua potable corriente para la gente, y un sistema de alcantarillado que han evolucionado siguiendo la Lex Augusta hasta que llegaron a modernizarlo todo (¡que atrasado soy, madre mía!) y ahora todo es efímero, de obsolescencia programada, y claro hay que “repensar” el tema de agua, previa una somanta de propaganda constante a lo largo del tiempo, con negritos y moscas y eso, “poner en valor” el tema del agua, “concienciar” a “la ciudadanía” de su importancia, y entonces “no nos queda más remedio” que cobrar por el agua; y luego “por una mejor gestión” a privatizarlo. La excusa de la Aguirre para convertir Madrid en la casa de putas de Europa es que “había muchos puestos de trabajo” si, de puta, macarra y camello.
Y ahora los mismos que han anegado balsas, se cargaron el  acueducto, destrozaron la trama de distribución de agua en Buñol, son los que van a dar una imaginativa solución maravillosa a la par que científica, que pasa por que paguéis por lo que jamás se ha pagado y jamás se debería pagar.
Porque de los problemas de la distribución de agua en Buñol, del trazado y de todo su recorrido, curso, forma y fundamento hay una persona en el mundo que lo sabe todo, al dedillo, y sin óbice ni cortapisa: yo.
Y en Buñol todos lo saben: pero la damnatio memoriæ me la han aplicado en vida.
Me temo que no es Buñol, lo triste es que hablo de toda España.

viernes, 25 de julio de 2014

Ad sancti Iacobii limina peregrinatio

Impostando la voz, las solteronas se dirigen a los niños en una farfolla que pretende ser de empatía: aberrante. Con tal infantilismo se dilucida todo en España hoy, con los autoproclamados líderes poniendo cara de lo que pretenden decir, y jugando como niñas repipis ante el espejo para creerse el papel que pretenden jugar, y no se dan cuenta de que ya no cuela la falacia, no cuela la estupidez, no son niñas, y todo es ridículo: como entre ellos se jalean, no se dan cuenta de que ante todos los demás están en evidencia; la gente calla, temerosa del poder que detentan, usurpan y saquean, pero cada vez callan menos y cada vez son mas ridículos vestidos de pomposos en su banalidad; nada nuevo, Apóstol, ya dictamina el Evangelio
¡Ay de los que meditan maldades, traman iniquidades en sus camas; al amanecer las cumplen, porque tienen el poder!
Codician los campos y los roban, las casas, y se apoderan de ellas; oprimen al hombre y a su casa, al varón y a sus posesiones.
Y todo el constructo social fundamentado en el infantilismo más absurdo: todo se malicia en condiciones de infantilismo; si llevas el juego a madurez se soliviantan: si pueden, me matarán. Infantilismo, de “y tu mas” y de poner caras de dignidades ofendidas, y de sobreactuar en sus sonrisas y simpatías, algo pluscuamridículo; infantilismo de niños que quieren chillar, y reprochan frases como ofensas cuando desconocen el significado de las palabras; infantilismo al ser pillados en falta y señalar al contrario, sin ni siquiera querer hablar del asunto; infantilismo de negarse la realidad escondiéndose en lo mal que lo hace el otro: la viga, la paja y el ojo. Infantilismo que se esconde y fomenta la soberbia absoluta de la absoluta falta de formación y educación.
Y la envidia planeando en toda relación, la codicia dominando la república, la maledicencia como dicterio, el mal como ley suprema.
La sombra del diablo oscurece el mundo; las babas de Lucifer han anegado España.
Puesta en evidencia la falacia del régimen tardofranquista al sustituir al ilegítimo Borbón por otro, como si sirvieran de algo, se ha visto con absoluta claridad como los partidos antimonárquicos que reivindican una república imaginaria, de unicornios y enanitos en los bosques, son los alborotadores del régimen para que todo siga igual, haciendo creer a la gente que su afán republicano es cierto mientras asean sus cuentas corrientes a la sombra del Borbón ilegítimo; bandera falsa, todo estatuido bajo una bandera falsa: se dicen ecologistas mientras destruyen la naturaleza, y ciegan toda posibilidad de sustento a la gente; se dicen defensores del autoabastecimiento mientras anegan toda posibilidad de autoconsumo a la persona, cortando, literalmente, el acceso a una huerta que puede dar de sí un leve soplo de bienestar a una familia: véase Buñol, véase España entera: toda creatividad y autonomía, independencia personal, es perseguida, pues todos debemos actuar conforme a los dicterios de la moda, y dificultan hasta la imposibilidad el apartarse del sistema, hediondo y nauseabundo; usan el ecologismo como bandera para forzar una recalificación urbana y llenar España de barrios con ínfulas de Manhattan y realidades oprobiosas de barrios feos y sumisión a supermercados y multinacionales de productos prefabricados ¡con etiqueta de naturales y buenos para la salud! y todos a bailar el ritmo que les marcan: no asumir la realidad, sino esconderla en un magma de feísmo, horror e impudicia: es buena la naturaleza, por eso la destruimos para poder rehacerla y enseñaros la naturaleza tal cual nos queremos creer que es, y van destrozando España; el capitalismo es malo: por eso liberalizamos todo entregándolo a la codicia; tu cuerpo es tuyo, por eso se entrega a la impudicia y a la pedofilia toda relación en un magma de obscenidad saturada de mecánica y concepción industrial: el amor como producto de fábrica, que aberración.
Los primeros que salen comprueban con sus huesos
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.




Y aunque García Lorca ya profetizó el horror del industrialismo y la obsesión de la modernidad como enorme error, caigamos en ello: en nombre de la codicia, mientras “reivindican” a García Lorca no por su obra ni por su persona, sino por una idea preconcebida de él: por supuesto, sin haberlo leído jamás. Porque denominan “cultura” a la difusión y absorción de consignas emanadas de un magma profuso de iniquidad, y en ese vacío de medias verdades –más falsedad que en mentiras ciertas- generan una incultura que destruye todo hecho cultural en nombre de “la cultura” que se fundamenta en difusión y grandes pompas de vacuidades y apariencias: si se habla de un escritor, nunca lo han leído “no tienen tiempo” o si de música, apenas reconocen más allá de ritmos facilones y soniquetes simplones; y todo discurso es una ampulosidad banal que nada dice ni nada proclama: si no sabes de lo que hablas, lo llenas de neopalabros: la pedantería, a través de neolingüa, intenta generar un sistema de “nuevas conciencias” cuando enmascaran al egoísmo, a la soberbia, a la infamia, a la vanidad, a la manipulación, a la mentira: ”quiérete a ti misma” “mi cuerpo es mío” “autoestima” y luego ya las derivaciones de la “energía” del universo y la ramplonería de la “inteligencia emocional” que las concentra estúpidamente en un sistema de cursilerías banales alrededor de la naturaleza, con lo cual sólo se ve que en vez de formar parte de ella se encuentran superiores: la soberbia emanada de esta nueva “teología de la vegetación” sólo genera estupidez, que justifica el haber empobrecido a la gente a base de hacerlos creer ricos y llenarlos de coches, posesiones y títulos de la nada, valores imposibles y apariencia banal de escayola y ruindad: el hombre ha abandonado la tierra, los pueblos y manantiales, y así se pierde la vida, se pierde todo.
Y el último beneficio es la vacuidad de la propia vida: todos sublimados en el nivel de menor inteligencia posible, de menor formación cultural posible, de menor fundamento cultural, de menor sensibilidad artística, nula apreciación musical y total ausencia de educación amparada bajo un sistema de formalismos sociales a los que llaman educación. Lo más acerado de esta denominada educación es la hipocresía.
Y se quedan tan orondos.
Lo avanzó Scott en Blade runner, Carpenter en Escape de Nueva York, Gillian en Brazil.
Porque la obsesión de la modernidad, ya sin justificación en marxismos ni comunismos de ningún tipo, se fundamenta en la moda: y la moda es la sumisión al dicterio de la propaganda de la industria, y visten como les mandan, y viven como les dicen, actúan según personajes de ficciones aberrantes queriendo estar en un “ultima moda” permanente y eterno, sin ningún avance ni personal ni social, y cada día el infantilismo se hace más apabullante, más ridículo, más cruel.
España en almoneda bajo la hégira soez y cruel de un Reich enmascarado, con la hez política creyéndose los guardianes del campo de concentración, y tan sólo siendo los delatores de los españoles, presos en campos de exterminio económico sustentados en lo financiero y agobiados por la pobreza; los españoles exangües por exanguinación a base de impuestos legales: que son saqueos reales; en la miseria al haber sembrado de sal los campos, haber eliminado la industria “modernizandola” y entregándola a las corporaciones de la plutocracia; modernizando la agricultura y ganadería para que no produzca nada “por nuestra salud” porque el consumo ha de estar protegido, y nadie puede ya criar un cerdo, nadie tiene gallinas; la pesca, dependiente de la “generosidad” del pérfido sarraceno que nos enfanga hasta la invasión de pateras con tropa de inundación; y las enfermedades del hambre se juntan con las que provienen de la miseria y nos llevan a la nada, dejando a los inmigrados en una posición de absoluto desamparo que a nada bueno conduce, y a los españoles cada día más degradados, mas pobres, mas enfermos: ha vuelto el raquitismo a España, con la lepra y otras enfermedades que ahora, cambiándoles el nombre, se harán de nuevas; como se hacen de nuevas ante una crisis fiduciaria que es más que visible que ha sido provocada para domeñar espíritus y doblegar voluntades, insuflar miedo y recelo en la gente al punto de que se instala la soledad en un pueblo que compartía toda cuita en casinos e iglesias, mercados y lavaderos, y nadie nunca se quedaba aislado: ahora la soledad es ley, y la amargura se ha instalado cubriéndolo todo, como la lava.
Apóstol Santiago: Cierra España.





domingo, 13 de julio de 2014

Azimuth canicular

Tristes tiempos éstos, en que no se puede hablar ni callar sin peligro” y si así lo dictaminaba Luis Vives, se marmola a todo tiempo dominado al mismo factor: la confusión. Todo es confusión, fárrago, tráfago, costoso, aburrido y doliente, nada hay directo, limpio ni sencillo: cualquier cosa está trufada de mil legislaciones, ordenanzas y dicterios que sólo sirven para justificar la vida de haraganes, haraganes que crecen en número bajo el paraguas de la administración y se multiplican en su propia salsa de codicia y iniquidad, bajeza y cinismo que sólo propicia la confusión, inseguros de todo lo que hacen necesitan certificarse hasta en la propia certificación: saben que actúan mal, saben que es un mal trabajo, necesitan jalearse para justificarse, y cada vez es mayor el número de sumidos en la burocracia hedionda, cada vez es mayor su soberbia y maltrato a las personas, cada vez es más evidente su incapacidad e inutilidad, cada vez la estructura a la que sirven, que debería ser de funcionamiento de España, está más degradada y es más inútil: objetivo conseguido; no funcionamos como nación, sino como el gueto de Varsovia, como presos de un campo de concentración, con la hez política halagando al amo de manera sumisa.
El sistema ha muerto, y muere matando.
Entra la canícula. La gente abonada a devaneos lleva los cuerpos tatuados: de ser un símbolo definitorio, y nunca elegante, ya su vulgaridad y ordinariez aberra: y desde luego no son ninguno el personaje de Bradbury ni el arponero del Pequod. La gente está pluscuamharta del sistema en todas sus formas y variantes, justificaciones, cinismos, alharacas esparajismos y numeritos de dignidades ofendidas y poses de actuación estúpidas.
Van tatuados, como reses; no son arponeros samoanos.
La confusión, la herramienta del diablo; la estupidez, la colaboración activa de los hombres; la ignorancia, que se sublima en pedantería y cursilería “visibilizar” “visionar” “repensar” “hacer el amor” para esconder toda ignorancia tras apariencia de conocimiento; y aun así ya el hartazgo está instalado en todo el mundo, que ya ni se altera por nada, porque todo puesto en evidencia, nadie puede defender nada de este hediondo y nauseabundo sistema, en el cual está ya claro que estamos siendo víctimas de un plan tramado y ejecutado con el concurso activo de la estupidez, y nadie está a salvo, aunque así lo crean, todos miran al soslayo que les va a deparar la fortuna, que anda casquivana.
Entra la canícula, el invierno será cruel, y doloroso.
Entra la canícula.
Los perros se echan a la sombra con la lengua fuera. Esto en latín se dice canícula.
La estrella más brillante es sirio, del Canis maior, que tenía en Roma su orto helíaco a mediados de julio. César colaboró con un astrónomo de Alejandría para actualizar los cálculos que servían para predecir las inundaciones del Nilo. La ruta del orto de Sirio se va un día al año por ciclo, por lo cual había que ir ajustando el tiempo de la canícula hasta que con los cambios del calendario la cultura da la fechación precisa en España: la canícula es de Virgen a Virgen: de la Virgen del Carmen a la Virgen de agosto.
El calor que estamos pasando nos vincula directamente con Ptolomeo, Cleopatra, todas las dinastías Egipcias, Roma y los calendarios y la evolución del estudio de la astronomía hasta que en Valencia el Padre Tosca fija el ciclo pascual tal como lo conocemos ahora.

martes, 1 de julio de 2014

Vanidad de santidades, y todo es teologal.

Santa Sofía de la piedad asciende a los cielos en cuerpo y alma: en la infinita soledad de Macondo, no es noticia a confirmar: García Márquez plantea a lo largo de toda su obra lo evanescente de la naturaleza de la condición humana ¿si nadie lo denomina, certifica, clasifica, dictamina y otorga, existe? la santidad es perenne en su obra, el rasgo teológico en su obra, que es grande y persistente, queda opacado totalmente por él mismo: el contaba historias para vivir, y no hablo de dinero; embarcado en el Pequod buscaba su propia condición: y doy por hecho que consiguió darle a su caza alcance, en algún momento de su vida.
Como Paco de Lucía y tantos otros, de sí mismo contaba la historia que encajaba verosímilmente con lo que podía quedar bien con su oficio y orden público; A García Márquez se le lee, a Paco de Lucía se le escucha: lo demás forma parte de su imperecedera caza al alcance, condición en la cual no todos van embarcados, no todos los que quieren embarcar son admitidos, no todos son tripulantes del Pequod, no a todos pueden llamarles ustedes Ismael, no todos alcanzan con Bartleby la infinita sazón de dar a su caza alcance.
Para los sanedrines filisteos de “la cultura” y “la progrhez” descubrir el orden místico interno de García Márquez es una herejía, seguro, por la cual me condenarán (otra vez) a la infinita hoguera de la traición y la maledicencia; para los filisteos del sanedrín del catolicismo (al final, no se engañe, al cielo iremos los de toda la vida) ni siquiera si han leído u escuchado, han percibido ni imaginado que pudiera tener un rango teológico: si no lo certifica un cura, varios críticos, un par de obispos y “como todo el mundo sabe” no hay mística posible ni teología factible: si no es bajo el orden preestablecido, nada vale: de tal modo, se pierde la percepción bajo el confuso y repugnante sistema de clasificación de absolutamente todo: en nuestra estulticia ingénita ordenamos el mundo clasificándolo por doquier: de amigos y amantes, de grados de confianza, de partidarios y adversarios, de tribus más o menos definidas o más o menos visibles en las cuales más que el adorno de las virtudes propias se unifica baje el criterio del denuesto de lo diferente, del rechazo a todo aquello que no entre en nuestro feble y sectario concepto de nosotros mismos.
De este modo está siendo una época en que la excelencia es sofocada bajo el ardor de los tópicos tristes y las militancias absurdas, del sectarismo ridículo y de la negación del otro: García Márquez ata a Aureliano Buendía al Laurel y es una gran metáfora teológica, y Santa Sofía de la piedad no es un personaje casual, ni nada en Cien años de soledad se comprende en rigor sin una trascendencia mística: pero claro, para llegar a este punto hay que haberlo leído; ni Entre dos aguas es una rumba jaranera, ni la obra de Paco de Lucía carece de mística: todo al contrario, es un orden místico riguroso, de una excelencia y probidad apabullante, el desgajarlo e intentar clasificarlo y ordenarlo en rangos absurdos confunde a la gente y les niega la percepción sublime de la mística profunda de la obra de Paco de Lucía: hablo de los conocidos, hablo de lo que yo conozco: hablo de mí. Hablo de vosotros: mi panadera habitual anda trajinando masa buscando una forma y sabor de panecillos tal como los hacía su padre; mi tabernero habitual anda entre los trajines de su familia y negocio, la huerta y la vida, en rigores místicos habituales: ninguno de los dos son conscientes de que andan en caminos místicos, y no creo que sean lectores de Éste lado de la galaxia.
A esto se refería Santa Teresa cuando hablaba de que Cristo andaba entre los pucheros: encontrar estas verdades sencillas a veces nos cuesta la vida, y el precio de la vida es la propia vida, como aprendió Maic man, que anda buscando en esencias y orígenes el camino para darle a su caza alcance, y entre brumas y jaleos, ruido y confusión a veces Granados para y escucha jazz y empieza a ser consciente de que anda dando caza al alcance, en sus trajines cotidianos y sus hábitos novedosos a fuer de antigüos: él se renueva  a diario, por eso lo percibe todo cambiante, y andará en su particular caza, como Luis, que anda descubriendo en los demás la excelencia que el rezuma y sólo la certifica cuando la ve reflejada en otros, y todos andamos de tránsito por estos mundos buscando siempre a bordo del Pequod con abundante tripulación que hace que navegue la nave hacia puertos extraños y destinos ineluctables, mientras tanto los malasombras hacen que I perciba que la estructura social que se ha generado en los pueblos en los últimos cuarenta años, es, esencialmente el ku kux klan, y tengo que darle la razón porque la tiene; y Sabine encuentra ahora que la base de la esencia de su feminidad es el amor y es feliz con arco iris como mujer de pueblo culta que es, y bien culta, doy fe, y deja lejos todo ruido y jaleo anonadante que nos ha ensordecido los últimos cuarenta años y todos vamos en la nave, haciendo pan o cortados, escuchando o leyendo, haciendo o como espectadores, sin ver que esencialmente somos unos más dentro de la naturaleza de la cultura, y en muchos casos alcanzamos rangos místicos reales, sin siquiera darnos cuenta ni ponerle nombre.
No sabemos leer si nadie nos lo explica, y nos consideramos una sociedad alfabetizada; no sabemos ver la excelencia en la música si alguien no nos la señala, y nos consideramos todos melómanos, no sabemos ver el milagro que es un pan salido del horno y queremos comprender a Paco de Lucía, a Bach, a García Márquez, a Torrente Ballester, a Dalí, a Tip  a Harpo, a Ignacio Tomás, y nos hemos olvidado de que lo esencial es la hogaza de pan, el cortado, y que ahí anida el germen y el rigor de la mística.