viernes, 30 de mayo de 2014

Buñol: doble vínculo

Me vine a mi casa a acabar unos escritos: del desastre que me habían montado, apenas van líneas: ya os lo contaré. Salgo de casa y una señora me cuenta, como viene haciendo los últimos cuarenta años, quien es y “que pregunte a mi familia quien es” dando por supuesto que en los últimos cuarenta años, de las millones de veces en que se ha repetido esa situación, ninguna he sabido quien era, ni la he escuchado ni entendido, y además diciéndome sin decirlo que yo no soy de mi familia: en eso acierta: mi familia soy yo, punto.
Hay que joderse.
Y aguantas, porque sabes que esa pequeña malicia sólo es una forma de darte su expresión de amistad, la cosa de ser de Buñol, que lo de manifestar las emociones no lo sabemos llevar, y si sumas la abducción en el sistema con la consiguiente pérdida de lengüaje, comprendes que ese desdoro sólo es una muestra de aprecio: es lo que tiene ser de Buñol, que hay que joderse. En el bar me cuentan cómo han imprecado a una señora y su hijo por ser del PP, henchidos de valentía en cuadrilla, el matonismo como ley: se saben perdidos, y muestran su faz. Se asombra el Alcalde de que lo salude, me saluda como extrañado; seguramente no tengo la suficiente calidad como para saludar al alcalde; en el bar, el arquitecto que anda tras el horror urbanístico de Buñol de los últimos cuarenta años da gritos al candidato del psoe, al cual aprecio personalmente, y me gusta su opción en la alcaldía de Buñol, si fuera libre de rémoras y servilismos; me saluda, y el otro se da cuenta de que estoy ahí: el arquitecto deja de dar gritos; cuando me cruza por la calle, siempre le salta una llamada al móvil que le hace cambiar de acera, para obviar el saludo; a veces la vida se llena de casualidades, o no. Saludo a los peperos reunidos, es día de elecciones, los conozco a todos, como al resto de buñoleros, aunque diga la señora que “yo no sé quien es” sé quienes son todos, del mismo modo que todos saben quien soy yo, es lo que tiene ser de Buñol, que hay que joderse. Cuando voy a mi casa impreco a gritos a un ladrón y haragán inútil que para nada sirve, y se ha escudado, casualmente, en amigos que le cubren: y yo no soy consciente de que uno es concejal ni soy consciente de que si les zumbo en día de elecciones me busco una ruina, es una cosa casual: como es casual que el jueves anterior le hubiera avisado a una concejala del mismo partido de que me la iban a liar parda con cuenta de las elecciones: mal le salió la jugada, muy mal: mi actuación, la bordé.
Y sigo queriendo pensar que aunque equivocados y en bando falso, actúan por generosidad y amistad, que son buena gente al fin y al cabo, no quiero pensar que están imbricados con el imbécil ése en su falacia de vida y engaño continuo, porque son de Buñol, y el malo siempre soy yo. Que voy solo y no busco coartadas ni excusas, pero vamos, los malos somos así. Y así debió ser, porque podía haber usado su concejalía para enviarme a la Guardia Civil por alteración del orden, y no lo hizo, y aunque los estuve esperando, no vino esa tarde la Guardia Civil: vino otro día, y me confortó su calidad humana, educación y capacidad de respeto: no todo está perdido, la verdad; aunque claro, si el vecino me cuenta que le han dicho que ha hecho un butrón a mi casa para sacar cosas, y les ha dicho que no, él da explicaciones a la vecina, que es quien se lo ha dicho, vecina de la cual me preocupo por su salud, pero no me dice a mi que me han butroneado la casa: claro, no me lo dice, se lo cuenta al presunto butronero, pero debe ser por mi bien, el malo soy yo.
Difícil de entender, jodido de vivir: se acabó el jet-lag: aterrizado en Buñol: hay que joderse.
Y como no he venido un día a dejarme ver, que me ven que ando trabajando, me van contando, y mostrando afabilidades y aprecios, cariños y amistad, y me secretean, y me cuentan, y me cuentan a mi lo que prefieren no hablar en público, porque predomina la puñalada por la espalda, la taqiya, la maledicencia, y la vileza, siempre por la espalda, y veo a la gente con tristeza: el único éxito del cual se puede alardear en los últimos cuarenta años en Buñol es el de la proscripción de la alegría, de la amargura como ley, de los haraganes dando dicterios y de los inútiles ensoberbecidos; y la gente trabajando, honrada y sensatamente, intentando llevar una vida honesta y ponerse a salvo de tal recua: así debían actuar los judíos diez minutos antes de que empezaran los campos de concentración, de exterminio. Tocan a la puerta: los bomberos: que me han denunciado que hago fuego: el bombero certifica que tengo encendida la chimenea, intenta excusarse el hombre, abochornado; en la puerta un vecino dice “que sale humo por la chimenea” el bombero se ruboriza, pobre “¿arde el tejado?” le pregunto, para salvar la situación; pero claro: si sale humo por una chimenea como en los últimos diez días, pues es motivo para llamar a los bomberos: de su casa a la mía hay diez metros, si llega.
Y subo al ambulatorio por primera vez en mi vida, y tengo medico adjudicado por primera vez en mi vida, que he andado diez días con el pecho morado de un tropezón con su correspondiente caída inoportuna y adecuada, y me hablan, y hablo, y veo y escucho, y me van diciendo, y voy enterándome de cosas de las cuales en muchos casos no quisiera enterarme, no quisiera que hubieran sucedido; y veo nietos de amigas, y de repente los de la calle nueva estamos gritándole a un crío subido a un nisperero: asombrado de ver a su padre en tal apremio, y ya somos mayores, que lo reñimos como nos reñían los viejos: que bien nos lo pasamos a veces, seguimos siendo críos que juegan en la calle nueva. Y Sigo con mis hachas: señores: a dos manos, dos hachas, tengo un dominio que ya estoy preparado para servir en las huestes de El Cid: mientras tanto, todo el mundo me ofrece la desbrozadora, aparato que desconocía su existencia, y hasta su nombre, pero me han ofrecido unas veinte, y claro, acepto esas ofertas, pero aquí sigo con el hacha, supongo que me dejarán alguna en algún momento, probablemente cuando ya haya cundido el tajo, porque voy adelante; las desbrozadoras deben ser un animal legendario como el grifo o la sierpe del mar; y en la puerta de rosales Peregrino me alerta de miedo de que al quemar la brosa vaya a hacer arder el pueblo, y le hago caso, porque es Peregrino (de nombre) y la autoridad es la de los que saben, que todos dan por supuesto que yo no se nada, de nada.
Hay que joderse.
Y el pueblo va viendo, va diciendo, van contando, van manifestando simpatías “es muy injusto lo que te han hecho” me dice alguien sin yo haber dicho nada, de nada, de absolutamente nada personal; “toda la vida engañados y tu sin hablar, pensábamos una cosa y era justo la contraria” me dice otro vecino; y es que el tiempo pone la verdad en su sitio, y no es que yo sea un ejemplo a seguir o un modelo a imitar, pero la verdad siempre se impone, a pesar de tanta sombra, a pesar de tanto miedo.
Que el que no tiene luz propia, tiene malasombra.
Y se hace de noche y vuelvo al Litro y me tomo el café en la terraza y en la mesa de al lado tres veinteañeros están analizando y discutiendo sobre partituras de Bach, y me suena realmente maravillosa esa conversación que me reconforta y apacigüa, y eso me certifica que soy de Buñol, que no todo está perdido, que somos de donde somos por la luz y nos certifica el tiempo, y vuelvo a casa con las segadoras de Millet, con mis perros callados: la noche torce el silencio al punto de amanecer.
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sábado, 24 de mayo de 2014

Fe, desparpajo, heroísmo.

Los milicianos inspeccionaban con cualquier excusa cualquier sitio a comienzos de la guerra, empezaron tímidamente; no tardó en salir el horror que llevamos dentro, no tardaron en aflorar monstruos. En prevención, los católicos de Buñol guardaron los sacramentos, y lo sagrado: a mi casa varios, por todas las casas había ajuar talar disimulado, escondido.
En la inspección, los milicianos que habían de llevar a la cárcel a mi abuelo encontraron dos enfermos postrados “como mucho, en tres días aviados” con todo el rozar de telas y acomodar termómetros y vaciar bacinillas, siguieron la inspección.
El Cristo yacente es fácil; el crucificado debieron disimularlo en dos camas, imagino: efectivamente, en tres días, aviados.
En la iglesia a la izquierda está el Cristo, a la derecha junto al altar el yacente: el Sagrario está en su sitio.
El heroísmo es el del miliciano de Buñol (solían ser de otros pueblos, para evitar afectos) que al acabar la inspección, asomó al cuarto
que se mejoren
Que no todos los malos se definían por el bando, ni todos los héroes por adscripción.

viernes, 16 de mayo de 2014

El nombre del padre.

He parado marcha en la casa de mi padre, las vías y cordeles de la vida torcen la senda conforme a criterios que no me han sido dados. Hacia adentro, estoy confortado y triste a la vez: quizá os cuente el porqué, no me va a gustar hacerlo, pero tal vez lo haga público. Hacia afuera es la panadería y la droguería, es la carnicería y el bar; es la gente, son los amigos del colegio y es la luz: es mi luz, me conforta, me puede destruir; es mi agua, es mi cielo, es mi gente, y soy de ellos, es así.
Es muy largo el camino para llegar a casa.
Los amigos lo han sido siempre, aunque el que no ha estado soy yo, y tengo esa sensación horrible de haber fallado, de no haber estado donde debería haber estado, de tener que disculparme, como niño pillado en falta.
Es impresionante la intensidad y grandeza de las emociones que tienen hacia mi, que tengo hacia ellos, en qué manera somos todos una unidad sagrada, no se explicároslo mejor, pero hay cosas que me han pasado a mi y yo no estaba, pero son mis amigos y me duelen profundamente; hay cosas que son mías sin haberlas ni conocido, ese es el dolor enorme de la noche pasada, esa sensación de haber fallado es la que tengo, en muchos casos. La noche ha estado poblada de fantasmas horribles y rotundas certezas, la noche ha sido dura por cosas de amigos, está rayando el alba, en punto de amanecer.
Yo soy de Buñol.

miércoles, 14 de mayo de 2014

Siegan las espigadoras.

Mientras escuchas un disco, no escuchas otro: escuchas ése. esta sencillez ha fundamentado la propaganda en la que se ha sustentado la industria discográfica, y la editorial, al menos desde el “Boom” hay toda una subsección dedicada a lo que hay que leer, que poner de moda: todo eso disperso en revistas, programas de radio y demás, que alimentan a la industria editorial. El bombardeo con las emisoras de radio musicales que empezó en los setenta está dando un momento patético, si no su final: la única que se puede escuchar es Radio clásica, la verdad, y de música, de ser fulgurantes estrellas han pasado a ser pálidos asomos de intereses discográficos. Lo de Radio nacional de España, es algo que no es de juzgado: es de hoguera de la Inquisición, con palos y antorchas.
Y llegó la red.
Morán, Amézaga, Granados, aparecieron por el novedoso método de “alguien conoce a alguien que….”muchos otros aparecieron por las casualidades de la red; los lectores no somos gente de aluvión que leemos al dictado de las modas que se nos imponen, y está transfundiendo a la música: Mélodie toca muy dignamente y la conozco por Sabine, y me alegro, muy recomendable; Diana Navarro ha sido conocida hasta en su existencia por mis lectores, y mi tendencia al pelmismo; Muchos descubrieron a Ariadna Castellanos, las Migas, Dorantes, por mi persistencia: los clichés preestablecidos que inducen al prejuicio van cayendo: es muy difícil no escuchar Orobroy, la caravana de Dorantes o el último disco de Amigo y encasillarlo: el toque se clasifica en directo, las grabaciones son de un vigor que trasciende etiquetas, y prejuicios. A pesar de sus crímenes contra la ortografía, la gramática,  y hasta la caligrafía, Aparisi es en este momento el mejor pintor de España con vida, sin ningún género de duda: y lo podéis ver desde donde estéis.
La red va cambiando prejuicios, usos y costumbres: la información ha dejado de estar al servicio de la propaganda porque se pone inmediatamente en evidencia, y de tal modo va saliendo la transmisión de la cultura: creo que sería muy difícil que yo hubiera escuchado a Mélodie si no fuera por Sabine; y así va todo: prima el producto sobre su difusión, moda, valoración o etiqueta.
Y en lo que se refiere a creación literaria, transmisión de pensamiento, o escritura me temo que soy de los que vamos a establecer el paleomomento: porque así como este texto va trufado de enlaces a otros por si no los conocéis los vayáis viendo, si queréis, se puede hacer más allá del metatexto una creación que conlleve la mezcolanza de videos/música/ pintura, fotos, hiperenlaces, secuencias, y niveles de creación como los que buscaba infinitamente Cortázar, en modelos para armar que pueden dar de si un nuevo momento de creatividad y creación al cual estaré encantados de asistir.
Y las espigadoras de Millet me miran desde el pasado alumbrando al futuro, que hay que saber mirar, ver y no dejarse llevar por oleadas (eso es cosa de orcos) y discernir: así, la vida es mucho más divertida.
Aunque por todas partes se empeñen en proscribir la alegría.

jueves, 8 de mayo de 2014

La radio en la noche


Estoy en una biblioteca pública.
Anoche, martes a miércoles, a partir de las doce de la noche en RNE hacen programas de algo. El que da paso al amanecer de tan cursi y remilgado,modoso y sumiso, apesta; el que va de medianoche hasta ese programa empezó a dejar entradas de llamadas de tf a los oyentes: estaban explicando como hacer un “curriculum vitae” y cual era la “problemática” pero todo con mucha asertividad, empatía, y muy positivo: todo el mantra de estupideces al uso.
LLamó un sr. explicando cosas que estaba viviendo: como se duchan y lavan en bibliotecas públicas, como se disimulan entre la gente para que no se les note la ruina, como se apoyan entre ellos para poder pagar el billete de metro a alguien que tiene que ir a un sitio a dar la cara por la posibilidad de un puesto de trabajo, como además de no abusar de cáritas hacen una red de apoyo: se ayudan entre ellos, con los billetes de metro, con el lavarse, el comer, el aparentar…..momento en el que lo cortaron, porque ese “no era el tema” y el tema era el cv y si hablaban de otra cosa se les comía el espacio.
RNE se ha ido por el sumidero, por mucho que alardeen de haber subido en oyentes, lo cierto es que acto seguido yo pasé a radio clásica. La tibieza, el relativismo, la sumisión al dictado de la corrección política, la estupidez en suma, están acabando con una red de emisoras que debía de tener algo de vergüenza: ya no digo proteger al idioma, que lo destrozan, simplemente hacer radio, porque si en España hoy un sr. cuenta como están sobreviviendo ocultos en el medio de la sociedad los desalojados del sistema por la horrible situación de desastre a la que nos han llevado, y hablaba con educación y correctamente, si ese sr. no tiene espacio, si esa situación hay que “no visibilizarla” porque ya ignoran su idioma presas de tal corrección política que hablan un mal sajón traducido, si para todo se aplica un “protocolo” cuando cierto tipo de tareas se hacen mediante un procedimiento u otro, si hay que destrozarlo todo, lo están consiguiendo.
Estoy en una biblioteca, en este rato certifico que los baños son utilizados y no como ocasión sino con hábito, pero muy discretamente, y la mayoría de gente que hay aquí tienen más de treinta años, muchos cincuentones, o casi, los bibliotecarios intentar no ver casi nada y no enterarse.
El sistema ha muerto, muere matando, y ya es más que evidente.

sábado, 3 de mayo de 2014

Per Fidias, el Mirón del Polícleto.

Lo peor que les podía pasar: han conseguido sus objetivos: es la peor de las muertes, y les está pasando a ellos.
En su delirio cientifista, soñaban con un paraíso mecanizado de tecnología, orden y control de absolutamente todo: lo han conseguido, el progrecesar les ha llevado a donde querían ir: la distribución de comida se hace en cooperativas estatales, sólo que bajo la apariencia de privadas, y así mercadona, el corte inglés y demás engendros que han ahogado el pequeño comercio; todo lo necesario se distribuye en grandes centros, y si quieres otra cosa no la puedes encontrar, es un precio desorbitado, está prohibido o es malo para el colesterol. La manera de vestir es por uniforme: la gente viste igual en nueva York que en Calcuta, Tokio o Yátova, mismos modelos, mismas marcas, mismas hechuras, mismas miasmas. Las enfermedades son absolutamente las mismas, y se tratan con el mismo “protocolo” y los mismos parámetros en todas partes, siempre en los policlínicos del politburó, aunque se disfracen de hospitales privatizados, todo va controlado y “uniformizado” y catalogado en un delirio de piezas industriales; la enseñanza es según el criterio delirante sajón que da de si tanta estupidez y crímenes en las escuelas: pero hay que “saber ingles” de manera que ignoran su propio idioma, disimulado en delirios de farfollas sublimadas y de tal modo hay que no incurrir sino ser adalides de la corrección política: todo el mundo hace la “fiesta de la graduación” no preguntéis de que se gradúan ni que es el grado ni nada de eso: sale en las películas americanas, las más conspicuas sindicalistas de defensa de todo menos de la realidad lo hacen, es que “es lo que toca
y a abundar en el progrecesamiento, hasta caer en el paroxismo de la tontería: en Valencia se hace en muchos colegios “pero debería ser en todos” lo de explorar la sexualidad como norma obligatoria: de tal manera, quiera el niño o no, y por supuesto absolutamente ajeno a la voluntad de los padres, ha de aprender a tocarle la chorra a su amigo, y dar placer, porque “hay que probar para saber” y tal aberración no es delito de lesa humanidad, y las niñas lo mismo por ambos lados, en una aberrante y terrorífica versión de películas porno soñadas por amargadas feas y gordas sobre cual es “la verdad” del “propio cuerpo” y que hay que “profundizar” en la sexualidad: si no eres maricón te suspenden, si no juegas, estás perdido: el tortillerismo y la mariconeria obligatorias en las escuelas, progrecesando la realidad.
Si, han alcanzado sus objetivos de igualdad feminista por ley, de mariconismo por ley, de tortillerismo casi obligatorio, de distribución por cooperativas, policlínicos para todos, y cuando dan la orden de todos en bicicleta lo hacen, y la gente aun si vas por el carril bici en Valencia te llaman la atención: se puede ser más gilipollas en la ignorancia.
Ya han impuesto lo que creían que pensaban y les habían dictado ¿y ahora que?
Ahora a ahondar en lo conseguido, a profundizar en la estupidez, a seguir destrozando el idioma y asesinar la gramática: así, nadie ve una película o un cuadro, lo visibiliza o lo visiona; nadie tiene un problema, todo  es una problemática confusa con su coyuntura y todo; hablando en pedante y deformando toda palabra quieren creerse que inventan una nueva realidad: la realidad sigue estable, la estupidez manifiesta, y el nivel de tontería es ya magnífico: en radio nacional siguen diciendo ucranio en lugar de ucraniano; arrestar en lugar de detener; luego hay que “dar visibilidad” a ciertas memeces: se creen Cristo, devolviendo la vista a los ciegos cuando intentan  que todos miren a un lado para que no miremos con que descaro nos roban.
Ya lo de “empoderizar la mujer” me niego a comentarlo, da vergüenza ajena.
Lo que ansiaban lo han conseguido, y está en marcha: anonadados por su éxito, no saben para donde pegar ni como salir de ésta, porque se cae por todas partes, pero se mantiene incólume los principios que motivan todo esto, que siempre lo han motivado: la amargura, la eterna insatisfacción, la tristeza, la maldad, la perfidia, la envidia, la solterona que no tiene a quien abrazarse y dictamina lo que debe hacer todo el mundo abrazando a toda la humanidad en vez de reconocer su fracaso total ante sí misma.

El sistema ha muerto, y muere matando.

viernes, 2 de mayo de 2014

Brumeando

Es fácil ennegrecer la leyenda pensando que Erasmo no vino a España temeroso; es fácil dulcificarla pensando que no vino porque aquí no había impresores cualificados a su criterio, aun; sostengo que instalado ya en una comodidad plácida de trabajo y vida, prefería mantenerse en parámetros conocidos, que aventurarse en los meandros de Luis Vives y toda la docta escuela que en España había, se estaba gestando, y vivificaría todo: al fin y al cabo la inquisición no es sino anécdota, cuando la categoría es la certeza de que la soledad nos es propia: y nunca compartida, ni es la misma soledad, aunque entendamos la soledad del otro; la sensación del abandono, la tristeza del aislamiento siempre que salgas de las rutinas precisas y métricas a las que te aherroja toda cotidianeidad, toda estructura, toda sociedad. Cuando las rutinas del aburrimiento no te incitan a la indolencia, sigues camino. Con Claudio Rodríguez saboreamos el Don de la ebriedad, sabiendo que no nos es necesario socializar nuestras excesivas cautelas impulsivas, sino simplemente sobrellevarlas en sociedad, como se ve que el mismo mundo se da la vuelta porque lo estudiado te da el coraje de atravesar la puerta y asomar al abismo, que aterra y asombra: luego, ya nada vuelve a ser lo mismo, porque nunca lo había sido: no ha cambiado nada, te ha cambiado a ti.
Suena Blue train, y la conversación es de dos niños vestidos de vaqueros que en tal medida comprenden entornos; no es un problema de adecuarse a tiempos o estar a la pauta que establece la moda, es ver que toda moda, una vez trascendida, es todas las modas, y por ello somos vaqueros  en el saloon, aunque andamos buscando quien ha robado el Halcón maltés, y como nos descuidemos y encendamos la luz nos veremos vestidos de toreros: el ansia primigenia, aunque sabiendo que la puñalada será trapera, el tiro por la espalda: siempre buscando de frente, viendo que todo es sibilino, lento y disimulado en afeites y cosméticas para negarte tu valor, lejos de la vanidad: y no lo hacen otros, lo haces tú y va en el paquete, porque no te has conformado a ocupar el puesto asignado sino que prefieres desarrollarte desde él y no allí, y eso, es pecado de lesa traición a este mundo burocratizado y vulgar, ensalzando la ordinariez.
Anuncia la mañana el fresco de la brisa,
la borrachera del amigo
y la débil luz de las lámparas.

Acabo de leer el último libro de Juan.

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jueves, 1 de mayo de 2014

Vías pecuniarias.

Lesa patria. Delito contra el patrimonio cultural de la humanidad, contra el medio ambiente y contra la cultura.
Si hubiera un Rey en España haría rodar cabezas literalmente.
Las vías pecuarias son patrimonio de España, estabilizadas por Los Reyes Católicos y fundamentadas en la Lex Augusta, son la estructura arterial de España, no sólo del ganado: junto a la estructura de caminos es la verdadera red de comunicación, y en muchos casos la mejor vía económica: el tránsito de ganado nos facilita cosas coyunturalmente macroeconómicas de mucha enjundia y tesis doctoral: la comida. Y hoy día, eso, son palabras mayores.
Es patrimonio de España, no se puede enajenar ni privatizar: y si por abulia de autoridades se ha abusado del uso, si hace falta se desalojan con misiles o bombas atómicas: las vías pecuarias, los caminos, y toda la estructura de comunicación de España son el fundamento de nuestra historia y cultura, y hoy día son más necesarias que nunca: venderse al dinero fácil sólo evidencia la catadura de gobernantes y periodistas: Jiménez Losantos que tanto bramaba contra los acampados en la Puerta del Sol por ocupar espacios públicos jalea que desde la Aguigue se privatice la Cañada Real: junto con el canal de Isabel II (cuyos predios son espectaculares) son el germen ya visto de muchas fortunas de dinero fácil de los que quieren convertir España en un burdel, fomentando Madrid con prostíbulo moderno llamándolo Eurovegas y creyéndose mafiosos de película americana (el jefe por supuesto, nunca el muerto)
Vender el agua, los caminos y las cañadas, cordeles y veredas es lo más suicida que puede hacer España como nación, la estupidez más grande, la muerte por inanición, y en este rango el liberalismo se asienta, y se justifica, porque es que “no entendeis” lo suficiente, claro, ellos, los liberales, se han adjudicado ya el puesto en “El ala oeste de la Casa Blanca” según los papeles de la serie, y actúan como si fueran de Washington de toda la vida: de los que están dentro de la Casa Blanca, claro: nunca los mendigos que duermen en cartones.
Ni ecologistas, ni políticos, ni periodistas ni nadie clamará contra este delito, cuya gravedad es histórica, de haberse vendido por un plato de lentejas, dejando tierra quemada para siempre, y se quedan tan orondos.
Ha firmado el mayordomo de la Aguigue; sus lacayos nos querrán convencer de la bondad de tal medida: todos silenciarán cualquier protesta porque la infamia la taparán con toneladas de dinero, y hambre para toda España.
Y hasta las piedras claman por su infamia.