En el 2009 el gobierno de España puso un aval a una empresa privada; ahora una ministra de España debe arreglar ese roto y encima vendérnoslo como un logro: si José Luis rodríguez “El puma” usó el nombre de España, que para él debería ser sagrado, para favorecer a Sacyr en un negocio de listo “mi cuñado que está en el ministerio…..” y así han ido las obras públicas en España en los últimos treinta años, que todas deberían ser demolidas: se oferta un precio muy bajo para luego en los modificados hacer el negociazo: España hundida, y la ministra a defender los intereses de una empresa privada de gente cuando menos dudosa, y no los intereses de España.
¡Ah! que son partidos rivales, y por eso no han dicho ni mu del anterior gobierno ni usan esta enorme destroza como artimaña de propaganda.
Van juntos, el que no quiere ver no ve.
Y encima se inventan lo de “Marca España” yo juré defender a todos los españoles y a España, no a Adidas ni a a mercedes ni nada de eso. Dan vergüenza ajena, tanto cinismo e hipocresía: sueldos obscenos saldrán de tal ocurrencia.
El “debate” debe ser el aborto. Se alienta esto con leyes y hasta el episcopado juega: la vileza está servida, hagan juego señores. El aborto. Entrar a lo que es la intimidad de las personas, ponerlas en almoneda, y ser objetos industriales de uso, disfrute y producción, y no la consideración de la persona como valor en sí misma: y la clerecía jaleando tal discusión. Les vendría bien, si no leer el Evangelio, al menos ojear el catecismo, aunque fuera el de niños: han entrado al “debate” ese es el error: de lo más íntimo de las personas jamás se habla porque el hecho de hablarlo ya es faltarles al respeto; ponerlo en almoneda una infamia; jalearlo es ser un codicioso de la plutocracia.
Hay cosas que nunca se deben hablar delante de los niños. Y cosas que se solventan en familia, y jamás deben salir de ahí: por respeto a las personas.
Esto que es en sí mismo herejía en su planteamiento, cabe en una sociedad que fuerza el sajonismo como forma social, y en la cual se alardea de la ignorancia del propio idioma, en favor del inglés, el idioma del enemigo, que se podrá imponer por su pobreza y carencia de toda belleza; porque el idioma es la justificación de la ignorancia: no lo sé, pero no lo saben en inglés, y la corrección política es comportarse como sajones puritanos que da vergüenza esa forma social: y lo jalean, en radios financiadas por el pp y con obscuras sumisiones a los lobbys de poder de Washington.
En todos los niveles de la administración los amargados han hecho su vida: ¿para qué esforzarse en leer un libro, si tengo el poder sobre “la cultura”? así conformo a medida el mundo en delirios de sueños de adolescencias no resueltas en madureces deplorables y en tonterías y estupideces sublimadas. De tal modo, por elevación de la vulgaridad, la mediocridad ha dado paso a la gleba como forma de gobierno, y así nos va. La única norma que se cumple siempre es la confusión. Y el gobierno avaló la bestiada del canal de Panamá, que si nos hemos quejado de los sobrecostes de las obras de pueblo, esto nos va a salir barato: nadie irá a la cárcel; lo pagaremos todos. Algunos con la propia vida, porque hay demasiada gente al límite. España avalando a mercaderes.
La confusión, el arma del diablo.
Pero todos, se miran y se encuentran tan bellos de verse reflejadas en ese espejo.
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