Entre la gaviota y la rosa, su majestad cojea

Adelanté que si volvía a primera línea F. González significaba que cambiábamos al Borbón por el Letizio: en todas las jugadas palaciegas, González ha estado por medio; ahora lo tenemos por todas partes y hasta los más inesperados elevan loas a la bondad de Letizia; están preparando el caldo para que les cuaje bien la paella.

Han instalado tal desmadre en la clerecía que tenemos sesudos análisis acerca de los condones: aunque en ese libro el Papa hubiera anunciado la parusía para el sábado, aquí solo se habla de condones, así de espabilados nos hemos vuelto, menudo país.

Y aplicando los métodos paranoico-delirantes que me son propios, sé con certeza que la sospecha del Embajador, es una certeza de facto por todo lo alto: el Borbón cuajó la trama de que le pidieran ayuda para que sepamos que le han pedido ayuda y así que caiga José Luis Rodríguez “El puma” pero se mantenga el psoe, que falta le hace, al Borbón, y al pp, que “son más cosas las que les unen que las que les separan”

Con este panorama, y visto el dispendio y el loor a la estupidez a la que nos tienen sometidos constante y apabullantemente, la única opción clara, limpia y que define bien las necesidades de los votantes está en Barcelona: ha prometido construir aeropuertos para extraterrestres: total, para llevarse la comisión cualquier excusa es buena, al menos la frikada es divertida.

Pero el Embajador ha contado sus sospechas, y yo las mías: como no somos de ningún medio de comunicación tradicional, nos quieren imponer un carnet para poder bloguear, pasar la censura y ya hay quien da por supuesto que va a ser, al menos “Director general de internet” porque yo lo valgo; el miedo a la libertad es una ley en esta obscena satrapía.