sábado, 5 de noviembre de 2016

A fuer de modernos

El hombre domina la tierra cuando Roma organiza y ordena el paisaje: las centuriaciones, la organización del agua, los caminos; que luego desde ese orden se desarrollan autopoiéticamente dando lugar a toda la civilización: no es lo mismo orientarse respecto al oriente y occidente y la configuración del espacio, que la normalización de norte y sur: el sol sale igual para todos, pero en mi pueblo más tarde, y de otro modo, por la configuración montañosa.

Y eso configura pueblos, carácteres, los caminos, y las relaciones; la reciedumbre o la explosividad de cada lugar y marca diferencias entre los diversos lugares, y se generan sistemas de relación de cada pueblo, de cada comarca, y respecto al resto del mundo.

La ominosa industrialización que ahora tiene como epítome el Nuevo Orden Mundial, configura todo espacio como un mismo espacio: de tal modo, un piso es substancialmente igual en cualquier lugar del mundo; y se organiza de manera mecánica el sistema vital: ya nadie trabaja por libre: ya no hay placas en los portales de Médico, Arquitecto……todos pertenecen a corporaciones, y todo éxito en el trabajo depende del lugar en la corporación, del nivel alcanzado en esa pirámide de escalada: el resultado es que la sanidad mira más por estar bien en la corporación que por el enfermo, y todo así. Y mantener el nivel en la corporación exige un determinado status, consistente en determinada gama de coche, y no otra; determinada casa, adosada o exenta, pero en determinados barrios, y no en otros…determinadas actitudes sociales: la corrección política es la sublimación de la estupidez, pero fundamenta el sistema social que nos quieren imponer.

Aparentemente, porque a la tercera caña sale, siempre, el carácter, la condición y la peculiaridad de cada uno.

En las corporaciones, llegados a un nivel, son todos intercambiables: vales lo mismo para una corporación sanitaria que para una de alimentación, de telefonía o de construcción, y por tanto eres fácilmente reemplazable e intercambiable: nadie vale por sí mismo, y por tanto la mecanización de todo proceso lo que hace es despersonalizarlo todo: lo importante es “el protocolo” de actuación (Se dice procedimiento) y, sabiendo ser políticamente correcto, y cumpliendo los trámites básicos exigidos (fundamentalmente saber inglés y estar debidamente sajonizado) igual sirves para un determinado puesto, en una, u otra corporación: se acaban los individuos, son los puestos lo importante, no las personas en el desarrollo de una vida: Los tres mosqueteros hoy día serían expulsados de todo ejército; el  capitán Achab trabajaría a salario en cualquier corporación, y al final, o te conviertes en un solitario trabucaire esquivo y aislado, o debes transigir: con absolutamente todo, porque la configuración del estado no es en favor de las personas, sino en beneficio de las metacorporaciones, actuando como correa de transmisión, excusa y justificación.

Desde otra perspectiva, cita muy bien un buen escrito alrededor del tema Wanderer.

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