Mi ordenador tiene UHF; de hecho, lo enchufo con un voltímetro y me conecto por LSD y por estas fechas ando en las pesadumbres de la noche obscura del alma, como todo el mundo, que viene el adviento y nos faltaban los malasombras que cambian la hora para agradar al amo y ser aun más sumisos al becerro de oro. Por el UHF de la historia con los de mi edad sé perfectamente de que va el Tenorio, por eso cuando presenté Una realidad fractal me hospedé allí
¿La hostería del Laurel?-En ella estáis, caballero¿Está en casa el hostelero?
porque uno se da cuenta de que nunca ha visitado ciudades, por las ciudades se pasa: ha visitado mujeres; y desde niño tenía las consideraciones adecuadas sobre el tema, que veíamos la obra entera y cada vez tiene un entendimiento y se percibe de un diferente modo: y disipada la disolución de la disipación te vas dando cuenta de que en tu vida lo que marca es lo que te ha marcado: y hay quien ve porno y quien ve carreras de motos, y quien lee, y quien sabe, y quien es imbécil por tierra, mar y aire, que ahora es el tiempo en el que lo único que se ve son niños cuarentones en tv haciendo gracias, que de cada cosa han de hacer la gracia de “que mono es el niño” y recursividades aberrantemente hipócritas de un optimismo forzado por todas partes en la radio que es ridículo: le llaman “ser positivo” como si fueran un polo de un imán o enfermos de sida.
Sólo me salva de la ordinariez la música, y selecciono, cada vez más.
Con la muerte del clericalismo aberrante de la herejía del Vaticano II (3 con las que saques) la pesadumbre de la historia se cierne sobre todas las cosas, como en 1545, cuando, en la hostería, los neoclericales estaban haciendo esos paganismos con guitarricas que aberran al cielo
Cuan gritan esos malditos
Carlos I agonizaba en Yuste (Yuste ¿de parte de quien viene?) y a cuenta de esa agonía le hilaron parte de la amargura de la prisión a Carranza, con Las Casas en San Gregorio “retirado” y San Luis ya vuelto de Las Américas; claro que para hacer tal obra en verso (que esencialmente es muy mala) y luego poder oírla hay que saber castellano, y nadie que ignore el salterio y la historia sagrada, la concepción rítmica de rezar y el rigor del Via Crucis puede decir que sabe castellano: lo muestra Dorantes en su música, alguien lo ha escenificado con su Caravana; lo marmola Paco de Lucia en Almoraima, lo certifica Bastida en su conversación con Barallobre, y ahora, vuelto en La casa del Barco, veo que toda esta parrafada que conforma mi vida, mi ritmo mi estudio, los amores y el alcohol
en noches eternas de curda y divague
conforman el jaez de una estructura vital fundamentada en el trabajo y sustentada por las vigas de mobila del catolicismo, la antigüa religión destruida por el clero y los clericales, y con las espigadoras de Millet me aberro de ver a abuelas “positivas” vestidas de brujitas “sexys” y el enorme borrachódromo en que han convertido todo, porque celebran una fiesta pagana de adoración a las calabazas de los sajones.
Hay demasiado calabaza y demasiado melón, con esto de saber sajón.
Pero claro, yo veo D. Juan Tenorio en UHF, ellos saben inglés, se burlan de mi porque se latín.
Y de este modo, nos han vendido como esclavos.
pues desperdicias tambiénel momento que te dan,conmigo al infierno ven