Los olivos tienen el tronco retorcido, enroscado y prieto; el pino es vertical, rectilíneo, enhiesto: es por la velocidad de crecimiento que el pino es más aparentemente vertical.
La savia sube a los árboles por la fuerza de coriolis: esta fuerza es la que impulsa el movimiento dentro del árbol; los brotes y yemas se deben a la acción del sol y al empuje de la savia cuando la actividad solar impulsa su fragor diario: cuando llegue el fragor nocturno, en La Candelaria, la mínima actividad es la que favorece el expurgue y la poda, siempre lo ideal es el menguante de enero, lo ideal es La Candelaria.
La lenta velocidad del olivo en su crecimiento da los troncos retorcidos, y una madera prodigiosamente dura y buena, la velocidad da la altura y la profusión de los pinos; y esto es la energía que da de sí la naturaleza: no busquéis más allá cursiladas de abrazar árboles y energías ocultas, que bastante hay con las evidentes: que no pocas variables agitan el universo cada vez que comemos, porque el mundo se ha llenado de vendedores de crecepelo, aspirantes a cowboys con pistola, mercachifles y estafadores, para los cuales lo que importa es su indolencia, y por todos los medios quieren despistar el tema principal: incapaces de arreglar lo que han roto, mientras buscan un culpable (los fachas, la cia, el sionismo, el anti sionismo, el capitalismo, el anticapitalismo y la globalización a favor y en contra a la vez) intentan montar esparajismos para mantenernos entretenidos. Nunca necesitareis en vuestra vida a un político; por la estructura del sistema quizá a un abogado, la policía nunca está cuando se la necesita, y es posible que necesitéis un médico: pero tres veces al día todo el mundo necesita un agricultor, y esto que Bertinat me recordó, de tan evidente, lo obviamos y ninguneamos, cuando deberían ser sacralizados conforme lo trascendió Millet con las espigadoras, con el Ángelus, con las segadoras; y estamos alejándonos de la tierra para acabar comiendo mierda de siete colores empaquetada en las cooperativas del soviet en reparto de inmundicia a la plebe: llámese mercadona o el corte ingles, y haya peculiaridades nacionales, nos llevan a la koljosianización de la producción, a las cooperativas soviéticas, a la tristeza y a la amargura: y no hay que dejarse vencer, no debemos permitirlo.
Es la Virgen de Agosto y termina la canícula. Empieza a retirarse la luz, deriva hacia el sur y la sombra alarga; es más limpia y lúcida y el tiempo acompaña: el calor no es asfixiante, y ya se han pasado los rigores de la recogida de la cosecha: haya sido buena o mala, ya está el año cumplido.
Acaba hoy la canícula y es la Virgen de agosto; sobre tal es el escrito arriba referido; La virgen de agosto dará paso a la apoteosis, por la Anacreusis canicular y todos agotados nos arrojaremos a la fiesta del pueblo, excepto en Buñol, donde el tripartito “Buñol 2000” ha vendido la fiesta, el pueblo, la plaza, y los habitantes a una empresa ajena, muy ajena, para solaz y justificación de masas dinerarias que fluyen: todos los pueblos tendrán su fiesta, Buñol sufrirá su amargura y su desidia, indolencia y mediocridad.
El tiempo retuerce los troncos de los olivos para que podamos vender el aceite español de siglos de hambre y Ángelus al capitalismo fiduciario, que rebajará su grado “por el colesterol” y nos llevarán a un estado de inanición histérica, como se ve en toda la gente que “come sano” hoy en día; se vende la fiesta, la plaza, el solar patrio por la Aguigue para hacer de Madrid la gran casa de putas, y venden toda la producción española de aceite a multinacionales obscenas, nos están vendiendo como esclavos, somos los habitantes del guetto de Varsovia, y aquí aun se preocupan de las memeces que quieren los traficantes de esclavos, los ensordecidos y sórdidos burócratas, la memez asentada como norma fundamentada en la corrección política. Tal avancé en “Una realidad fractal” tal está sucediendo
El que sea de pueblo que disfrute de sus fiestas, el que sea de Buñol, purgue sus pecados.
Viene el adviento, y debe cogernos confesados.
4 comentarios:
"...estamos alejándonos de la tierra para acabar comiendo mierda de siete colores empaquetada en las cooperativas del soviet en reparto de inmundicia a la plebe..."
Que gran reflexión Ignacio. Creo que ahí está el origen de muchos de nuestros males actuales.
El tiempo pondrá las cosas en su sitio en Buñol. Tened paciencia, decia Sta. Teresa.
No hablaba de Buñol, lo veo a nivel mundial, claro, en Buñol lo palpo a diario pero lo veo allá donde fijo el foco.
Nada te turbe,
Nada te espante,
Todo se pasa,
Dios no se muda.
La paciencia
Todo lo alcanza.............
La comida es cultura, el ultimo bastion antes de que acaben de descerebrarnos. Si no la defendemos nos toca "Soylent Green"
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